✺Capítulo 10

296 34 7
                                    

- Mamá, ¿podemos irnos? - dije entre dientes acercándome a mi madre que todavía seguía hablando con Mariah.

- Si, pero, ¿estás bien?

- Si, lo estoy, vámonos ya - la tomé del brazo y empecé a caminar.

- Espero que te gusten Mariah, me voy antes de que este chico se ponga más raro.

Me reí con risa nerviosa y salí de allí lo más rápido que pude.

- ¿Se puede saber que te pasa? - dijo mi madre soltándose de mi agarre.

- Nada, estoy bien.

- No, no estás bien, algo pasa.

- Es... - me detuve a pensar.

No puedo decirle a mi madre que por mi cuenta he organizado una cita con una chica que apenas conozco, no debía decírselo si no quería que ella se entrara hasta el fondo del asunto y se lo dijera a todas las personas que conoce, aunque pensándolo bien, ni siquiera es una cita, será una especie de quedada para decirle a Emma que yo estaba allí cuando ella estaba en coma.

- Son los nuevos medicamentos, me entró mucho calor de repente - dije esperando que mi mentira pareciese válida.

- Harry, ¿quieres que pasemos por el hospital?

- No, ya estoy bien, de verdad, de hecho, creo que ahora tengo frío.

- Vamos a casa, pequeño mentiroso.

Ella me conocía muy bien como para darse cuenta de cuando estaba mintiendo y cuando no, en fin yo había pasado toda mi vida pegado a ella, los dos nos conocíamos muy bien.

El día siguiente fue un poco agotador, no conseguí dormir muy bien aquella noche pensando en la clase de lío que me había metido, una cita, esto era demasiado para mí. En las clases no pude concentrarme y prácticamente era como un objeto más del aula, debido a que no pude concentrarme, tampoco pude apuntar los deberes para casa y eso me dejó con más tiempo libre para pensar.

A las seis de la tarde recordé que no tenía coche y que no tenía ni idea de cómo llevaría a Emma a algún restaurante, ah, tampoco he pensado en una restaurante.

Pensé en no perder más tiempo y busqué algo decente que ponerme, como no tenía nada fui a la habitación de mis padres a hurgar entre su armario, a mi padre le encantaba todos estos rollos de elegancia y no tarde en encontrar un buen traje, me miré al espejo y quedé satisfecho con el resultado de un Harry elegante.

- Harry, hoy podemos... ¿Qué haces vestido con la ropa de tu padre?

- Voy a salir hoy Mamá. - confirmé.

Ella se cruzó de brazos con una sonrisa. No era buena señal.

- ¿Puedo saber a dónde vas a ir? - preguntó.

- Oh, claro, voy a tener una noche loca, me voy a emborrachar hasta quedarme en coma, y tal vez después de unos meses tengas un nieto - le toqué el hombro sonriendo- ¿te quedas tranquila con eso?

- Si, no está mal.

- ¿Vas a tener una noche loca? - mi hermano siempre estaba al tanto de todo.

- Si, Matt, la tendré.

- ¿Es qué hoy se acaba el mundo que Harry va a salir por la noche? - comentó mi hermano entre risas.

- Muy gracioso - nótese mi ironía.

Me acerqué hasta la puerta principal para no tener que responder a más preguntas.

- Harry, ¿A dónde vas? - me interceptó mi padre.

- Voy a salir, adiós.

- Espera, ¿no necesitas un coche?

- No, no creo, estaré bien - dije con risa nerviosa.

Espero estar bien, las piernas empiezan a temblarme y apenas he cerrado la puerta principal de mi casa. Harry, tranquilo.

ALIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora