✺Capítulo 14

215 29 2
                                        

- Bien, vámonos - dijo levantándose de repente.

- ¿Ya nos vamos?, hemos acabado de comer - dije un poco confuso, creí que estaría más tiempo conmigo.

- Ah, no - rió- siempre suelo caminar un poco después de comer.

- Vale, está bien - dije más tranquilo.

Comenzamos a caminar por las calles que ahora estaban casi desiertas, todos estaban ocupados comiendo, o quizás descansando.

- ¿De verdad no tienes pensando que hacer después del instituto?.

- No lo sé - volví a repetirle - es lo que te he dicho, hasta ahora no he encontrado nada que me apasione.

- Si que lo has encontrado, el ballet - comentó con una sonrisa.

- Obviamente no voy a ser bailarín, soy pésimo en eso.

- Si fueras buen estudiante tendrías un mejor futuro... - dijo dejando un espacio para que discutiera con ella.

- ¡Oye!, soy un buen estudiante, muy bueno por cierto.

- Desde luego no eres modesto.

- Pero si soy buen estudiante - rectifiqué.

- Es raro, tienes pinta de no serlo.

- ¿Por qué? - pregunté atónito.

- No lo sé, es lo que creo yo - dijo encogiéndose de hombros.

Resoplé.

- Oye, me ha dolido, nunca nadie había creído que era mal estudiante - intenté ponerme serio para la ocasión.

- Lo siento, siempre hay una primera vez, ¿no?.

- Aún así me ha dolido - dije intentando mantenerme serio.

- Míralo por el lado bueno, creía que eras un mal estudiante porque no tenías tiempo para estudiar, no sé, por tener muchas chicas y fiestas alrededor.

Esta vez no pude mantener mi seriedad, lo que había dicho me hizo estallar en una carcajada. ¿Muchas chicas y fiestas?, nada más lejos de la realidad.

- Pero tranquilo, todo esos pensamientos se espumaron cuando vi que no te desprendías de mamá - culminó.

- ¡No siempre voy con ella! - quise dejar claro.

Ella rió, quería conseguir que me molestara y lo había conseguido. De pronto me quedé observando cómo reía y noté como toda esa alegría y vivacidad emanaban de ella haciendo que salpicara en mí y que yo me sintiera igual que ella. Harry, si te queda menos de un año de vida has que en ese tiempo vivas la mejor parte de tu vida, no la pierdas, no dejes que esta película acabe sin un final feliz, atrápala antes de que sea demasiado tarde.

- Me temo que ésta película ha llegado a su fin, tengo que irme - dijo.

- Aún no te he contado por que me reía de ti.

- Es verdad, adelante.

- Sé que cuando termine de contártelo creerás que es una tontería, pero, antes de que me dejes tengo que decírtelo. Cuando estabas en coma aquel día, yo también estaba en el hospital, haciendo una consulta diaria, eras un caso muy importante porque mi médico de cabecera me dejó a mí por ti, después que me atendieron salí a la sala de espera y vi cómo llegaban tus familiares desconsolados porque tal vez podías morir en cualquier momento, por eso me dispuse a querer saber quien era esa chica por la que mi médico de cabecera me había abandonado y por quien estaban llorando todos esos familiares. Entré sin permiso a tu habitación, en donde estabas sumergida en un sueño profundo, simplemente me atrajiste hacia ti haciendo que me acercara más y más a tu cama, te tomé de la mano y te supliqué que no te fueras, tenías a todas esas personas que de verdad te querían y además toda una vida por delante, y después me fui, esperando que me hicieras caso.

-Harry, es muy bonito, pero siento decirte que yo no me acuerdo de nada de eso.

- Lo sé - me sentí un poco avergonzado al contarle todo eso antes - sabía que no te acordarías.

- Aún así, ya sé a quien le debo las gracias por ayudarme a recordar que si soy querida - dijo dándome un beso en la mejilla.

- Hay otra cosa Emma, me gustas y no quiero que esta película se acabe sin un final feliz para ambos, sé que esto será igual que todo lo que he dicho antes, porque ya sabes, tienes el ballet, tu vida hecha, tu música.

- ¿Y si eres tú toda la música que necesito? -dijo ella.

ALIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora