Antes de empezar a caminar saqué un papel que tenía en el bolsillo, la casa de Emma estaba cerca y tal vez, si los nervios no me traicionaban, podría llegar, obviamente no me atreví a pedirle la dirección a mi madre así que por mi cuenta la investigué, sino después tendría que contárselo todo.
Caminé por las calles frías, y más frías aún porque no me había acordado de que estábamos en marzo y todavía el invierno estaba en su apogeo. Llegué a la casa de Emma, casi mansión, medio congelado, toqué el timbre con mi casi inmóvil mano a causa del frío y esperé.
- ¡Hola! - dijo una voz a mi oído.
- Hola, Emma, me has asustado - dije.
- Lo siento, ¿Tienes frío? - escudriñándome al ver como temblaba.
- No, para nada, estoy nervioso.
- ¿Por qué? - preguntó sonriendo.
- Porque no tengo coche y no sé como reaccionarías cuando te dijera que con todo este frío tendremos que ir andando hasta un restaurante - respiré profundo para volver a tomar todo el aire que antes había soltado.
- ¿Sueles siempre hablar sin comas, sin interrupciones?
- Si, la vida es muy corta para las interrupciones, ¿nos vamos?
Ella rió, por lo menos estaba haciéndola reír. Antes de salir de casa pensé en un restaurante pero después tuve que improvisar porque el frío estaba comenzando a ser cortante, tanto para ella como para mí. No era un restaurante muy elegante, no me gustaba ese estilo, pero tampoco era el típico bar que te encuentras en una esquina, aquel lugar era un tanto formal con un toque de informalidad, acorde con las personalidades de Emma y mía.
- Hoy tú te dejarás llevar por mí - dije.
- Está bien.
Le ayudé a quitarse la chaqueta y también a sentarse.
- Gracias, que caballero.
Sentí como me sonrojaba, no estaba acostumbrado a recibir halagos de otra persona que no fuera mi madre.
- De nada, y tú estás muy guapa.
- Gracias, tú tampoco te quedas atrás - dijo moviendo las cejas, de manera que supiera que había sido un piropo real.
Ella no era como yo, yo tenía que apartar la vista de ella cuando me halagaba, pero ella sin embargo, se quedaba mirándome a los ojos, sin vergüenza, esperando, tal vez, otro cumplido.
- Bueno, hay algo que me ha dejado en vela toda la noche anterior, y es que hoy por fin podré oír la excusa que tienes que darme de porque te reíste en mi cara aquel día - comenzó diciendo.
- Después de comer, ya sabes, quiero dejar esa intriga hasta el final.
- Esa suelen ser las mejores películas.
- Eso dicen - afirmé.
Cenamos entre las muchas preguntas que tenía para Emma acerca del ballet, cuándo, dónde y porqué fueron las básicas, después se añadieron otras como "¿Qué vas a estudiar en la universidad?", de ella, antes que me lo dijera esperaba que dijera bailarina profesional, aunque dudó al principio terminó aclarándome lo que creía, y yo, una vez más no sabía a que responder cuando me preguntaban sobre mi incierto futuro.
- Ya estamos caminando hacia mi casa y yo todavía no sé la única pregunta que quería saber de ti.
- Tienes razón - le sonreí- pero, hoy ya no da tiempo.
- ¿Le estás dando largas al asunto?
- No, o, tal vez, mañana podríamos quedar, no sé, eres tú la quieres saber de mí.
- ¿Yo soy la culpable?, vale, mañana podemos quedar más temprano.
- ¿Que te parece para comer?
- Claro, ¿dime dónde nos vemos?
- No, dímelo tú, has sido la de la idea.
Ella volvió a sonreír, al final parecería ser una chica muy risueña.
- ¿Te parece que quedemos en el lugar donde tuvimos nuestro primer encuentro?
- Justo ahí.
Me dio un cálido beso en la mejilla y entró en su casa, me parece que este sería, por lo menos, el principio de algo nuevo en mi vida.
------------------------------------------------------------------------
Ya que Emma (la chica de la cinta roja en multimedia) es muy risueña os dejo la prueba para que me creáis :)

ESTÁS LEYENDO
ALIVE
Fanfiction(TERMINADA EN EL AÑO 2014) Capítulos cortos, 2-3 minutos de lectura por capítulo. Sipnosis: Harry Styles, a sus dieciocho años es un chico poco normal, no le gustan las fiestas, no le gusta salir de casa y ha pasado la mayor parte de su vida estudia...