✺Capítulo 24

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Pov Emma.

Bajé al salón después de ir a despedir a Harry. Lucy, nuestra ama de llaves ya estaba a primera hora limpiando por toda la casa, seguro quería que todo estuviera impecable antes que mi madre llegara.

- Buenos días Emma, ¿Qué tal has amanecido hoy? - preguntó al verme.

- Bien, ¿y tú?

- Bien, pasaré por alto que ayer llegaste a altas horas de la noche a casa.

La miré un poco preocupada.

- Y también la visita de aquel joven - continuó.

- No se lo digas a mamá, por favor.

- No lo haré, pero no quiero que lo hagas más, tu madre quiere que te concentres única y exclusivamente en el ballet, ¿entendido?

- Entendido, no lo volveré a hacer más.

- Bien.

Fui en dirección hacia el salón en donde se encontraba en todo su esplendor mi piano de cola, empecé a tocarlo, hacia mucho tiempo que no lo hacia, sólo en los momentos que podía estar sin mi madre en casa podía tocarlo con libertad, y este era uno de ellos.

- Hola Emma.

Miré hacia atrás.

- Hola Mamá.

- ¿Ya estás tan temprano con eso?

- Si, al igual que me suelo levantar temprano para ensayar.

- No discutamos en el tiempo que nos queda juntas ¿vale?, dentro de pocos meses tendrás que irte a otra ciudad.

- Espero que mis profesores de ballet no sean tan exigentes como tú.

- Lo serán aún más, ¿quieres hacerme un favor?

- ¿Cuál?

- De camino a casa tenía que ir a buscar un pedido en la tienda de trajes, se me ha olvidado por completo, ¿podrías traérmelo?

- Si.

Salí de casa y fui en busca del recado de mi madre, estaba listo cuando llegué, así que sólo tuve que pedirlo y minutos después ya estaba de vuelta a casa.

- Aquí está mamá.

- Gracias Emma.

Volví otra vez al salón en donde pretendía volver a tomar las teclas de mi piano entre mis dedos, me encontré con la sorpresa que no había rastro de él.

- ¿Dónde está mi piano? - pregunté a mi madre quien me miraba desde el pasillo.

- Le he dicho que se lo lleven, lo siento Emma, pero es una distracción para ti.

- ¿Distracción? - tomé aire para tranquilizarme - eso es lo que realmente me gusta.

- No Emma, ¿ves?, ya estás divagando, lo que realmente te gusta es el baile y lo sabes.

- No, eso es lo que te gusta a ti, y lo por la razón por la cual siempre he hecho ballet ha sido porque quería agradarte, mi pasión real es la música.

- No digas estupideces.

- ¡No son estupideces!, ¿vale?, me gusta tocar el piano, me gusta cantar y me gusta componer, y a partir de ahora no me voy a dedicar a ser bailarina, quiero ser cantante - me dirigí hacia la puerta principal.

- ¿Ah si?, ¿Quién te va a pagar la universidad?, desde luego yo no.

- Me da igual, toda mi vida he intentado cumplir tu sueño, ahora quiero hacer realidad el mío. Y ¿sabes que?, también quiero conocer a papá.

- ¿Qué?, pero, ¿eso a que viene? - preguntó extrañada.

Salí de mi casa un tanto desahogada y un tanto frustrada, sabía que este momento estaba por venir.

- ¡No tienes a donde ir! - gritó.

Esperaba que todo esto terminara con unas palabras de ánimo de mi madre, en las que entendía que mi sueño era la música y no el baile, yo ya había estado cediendo durante mucho tiempo, pero al parecer esta vez ninguna de las dos quería ceder. Y yo debía seguir mi sueño.

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