Los próximos cuatro meses se basaron en que tenía que conocer más a Emma y que tenía que sacar buenas calificaciones para terminar mis estudios antes de ir a la universidad. Cada día que pasaba, ella me fascinaba más, cada día quería saber más de ella, pero a la vez no quería que el tiempo pasara, sabía que todo esto era como una especie de cuenta regresiva en la que mi reloj un día se detendría y dejaría de funcionar.
Aquel cálido domingo de julio antes de despertarme me sentía raro, confirmé mi estado al intentar abrir mis ojos y éstos estaban muy pesados, levanté mi mano izquierda para darme cuenta que me resultaba muy difícil mantenerla levantada por mucho tiempo.
- ¡NO! - me levanté de la cama de un salto y fui corriendo al baño, me miré al espejo - estoy retrasado un día. ¡Mamá! - grité.
- ¿¡Qué, que pasa!? - llegó nerviosa - vaya, no tienes buena pinta - dijo dándome una mirada.
- Ayer tenía que ir al médico, ¿no te acordabas?
- Creí que te habías acordado y habías ido.
Lo olvidaba, ella había dejado mucha responsabilidad sobre mí al decirme que ya no estaría cuidándome como un niño pequeño.
- Ah, claro - resoplé - tenía que acordarme yo.
- No Harry, en cuanto a tu enfermedad nunca la pierdo de vista, sólo que saliste ayer y creía que irías hacía el médico.
- No importa, tengo que tener más responsabilidad sobre mi propia salud.
- ¿Quieres que te lleve?
- No, no hace falta, tomaré un autobús, volveré dentro de unas horas, también había quedado con Emma.
Si tenía que ser responsable lo tenía que ser al completo, así que esperé al autobús que tardo demasiado tiempo, más el camino de ida al hospital que era un tramo bastante largo, digamos que llegué al hospital medio zombie, y encima seguro tendría la azúcar muy baja haciendo que me costara mucho andar.
- El doctor, doctor Nollan, por favor - dije a la recepcionista.
- Harry, ¿estás bien?
- Me he retrasado un día, con el cambio, el cambio de sangre - conseguí decir.
- Entonces vamos - me tomó del brazo.
Con urgencia me llevó por los pasillos hasta llegar al despacho de mi médico de cabecera, quien nos observó con curiosidad.
- ¿Harry?, ¿Qué ha pasado ayer?
- Se me ha olvidado por completo.
- Siéntate.
Me senté en la camilla y procuré no quedarme dormido o perder el conocimiento, todo fue más fácil cuando sentía como mi nueva sangre corría por mi cuerpo.
- Tenemos que hablar de algo - dije cuando conseguía recobrar mi normalidad.
- ¿Qué es?
- Lo sé todo, oí lo que le decías a ese enfermero cuando te llevó mis resultados.
- Esos resultados no son seguros, Harry.
- Vamos - sonreí - todos saben que una vez que el hígado comienza a deteriorase no hay quien lo pare hasta que deje de funcionar.
- ¿Cómo escuchaste eso?
- Eso da igual como lo he escuchado, lo que importa es que le habéis estado dando falsas ilusiones a mi familia, ellos creen que yo puedo sobrevivir.
- Y puedes hacerlo.
- ¿Cuánto tiempo?, ¿cuatro meses más? - no obtuve respuesta - tengo que irme.
Me levanté frustrado y me acerqué a la puerta.
- Podemos buscar otro hígado.
- Tú y yo sabemos que eso no siempre funciona, además mi tipo de sangre es poco común. No te preocupes, tú no tienes la culpa de esto.
Él sólo tenía la culpa de darnos falsas esperanzas a mi familia y a mí todos estos años.

ESTÁS LEYENDO
ALIVE
Fanfiction(TERMINADA EN EL AÑO 2014) Capítulos cortos, 2-3 minutos de lectura por capítulo. Sipnosis: Harry Styles, a sus dieciocho años es un chico poco normal, no le gustan las fiestas, no le gusta salir de casa y ha pasado la mayor parte de su vida estudia...