✺Capítulo 28

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Nos sentamos en la mesa en donde nuestros padres esperaban.

- ¿Ya habéis resuelto vuestras diferencias? - comentó papá.

- Si, todo está bien - dije con una sonrisa.

- Harry, ¿no te sientes emocionado por lo que va a ocurrir dentro de poco tiempo?

- ¿El qué? - pregunté sin saber a que estaba haciendo referencia.

- La universidad.

- Ah, si, eso, si tengo ganas de ver como es todo.

- Es una buena beca hijo, tienes que aprovecharla bien.

- Lo haré. No me extrañéis tanto ¿vale?

- ¿Extrañarte?, lo primero que haré será quitar todas las cosas de tu habitación y mudarme a ella - dijo Matt con la boca llena de comida.

- Matt, no hables con la boca llena - le regañó mi madre - y no Harry, no haremos lo que Matt dice, tu habitación se quedará intacta cuando te marches, así podrás venir cuando quieras y quedarte a dormir.

Negué con la cabeza.

- No voy a venir hasta haber pasado los primeros dos años - dije.

Todos se quedaron mirándome.

- ¿Por qué? - preguntó mi padre.

- Porque los primeros años son los más duros.

- ¿Y en verano?

- En verano ya tengo pensando empezar prácticas, para irme familiarizando con todo aquello.

- ¿No vas a venir a ver a Emma? - preguntó Matt.

- Emma estará a pocos kilómetros de mi universidad, podremos vernos.

- ¿Y cuando termines de estudiar que harás?

- Venir a aquí, y buscar trabajo cerca de mi familia para que no llore más mientras estoy fuera - dije sonriendo - incluso antes de terminar la carrera y cuando Matt sea mayor de edad me lo llevaré algunos días para que vea en donde vivo.

- ¿Por qué cuando sea mayor de edad?, yo quiero ir en cuánto entres.

- Es mejor cuando seas mayor de edad, así eres tú el responsable de tus acciones.

Mi familia rió, y me di cuenta de lo gran mentiroso que era, todo aquella historia la había improvisado, no iba a durar tanto tiempo como para ver a mi hermano pequeño alcanzar los 18, pero ya que desde que yo había nacido le habían dado falsas esperanzas acerca de mi, no iba a destruir la delicada cuerda por la que ellos caminaban viviendo de ilusiones.

Pov Emma.

Entré en mi casa y pasé por los sillones del salón en donde seguro los ojos de mi madre estarían clavados en mí.

- Sabía que volverías - dijo con satisfacción.

Yo seguí caminando para llegar hasta mi habitación y empezar a recoger mis cosas.

- ¿Qué estas haciendo? - vi de reojo como me miraba desde la puerta.

- No he venido para quedarme - dije.

- ¿Si?, ¿y a dónde irás?

- A la casa de una amiga.

- Emma, ¿Qué es lo que te ha pasado? Desde que estás con ese chico, Harry, has cambiado tanto.

- Él no tiene nada que ver con esto - la miré - incluso, creo que él quiere que haga lo mismo que quieres tú, cumplir tu sueño y no el mío.

- Emma, este es también tu sueño, ¿es que no te acuerdas?, eras tú la querías ir a esa obra que había estado preparando hace tiempo y yo no te dejé ir. Esa chica era Emma, la chica que quiere ser bailarina.

- L a chica que tú querías que fuese bailarina - corregí - Ah, y también voy a una audición dentro de unos días, no voy a entrar en esa academia de baile, quiero ser cantante - cogí mis cosas y salí de la habitación.

Me acerqué hasta la puerta principal y la abrí.

- Si sales por esa puerta no vuelvas nunca a pedirme que te vuela a dejar entrar - dijo a mis espaldas.

Miré hacia la calle, el camino que debería seguir para llegar hasta mi sueño seguro sería muy duro y difícil, pero nunca en mi vida me había arriesgado, y este era el momento de hacerlo por primera vez.

Me di la vuelta para mirarla a los ojos, quien sabe tal vez una última vez o tal vez no.

- Pues creo que este es un adiós - y salí en busca de mi camino.

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