✺Capítulo 18

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Salí de aquel hospital más desanimado de lo que entré, no sé en lo que estaba pensando, por un momento pensé que podría vivir más tiempo con el simple hecho de amar la vida, pero las cosas no son así, tenía que tener todos los votos a favor, y al parecer mi hígado no quería colaborar con eso.

Saludé a Emma con la mano, sólo ver su cara me hacía olvidar mis problemas, la paz que irradiaba junto a la felicidad que me transmitía hacía que nunca quería desprenderme de su lado.

- Siento llegar tarde, Emm - dije dándole un beso.

- No pasa nada, ¿te encuentras bien?

- Si, vamos a dar un paseo - la cogí de la mano.

- Claro.

Caminos un rato en silencio y notaba como Emma se quedaba mirándome.

- ¿Qué te pasa? - pregunté.

- Estás muy pálido.

- Soy muy blanco.

- No, no eres tan blanco.

- Estoy bien, ya te lo he dicho antes.

- No estás bien.

- Si que lo estoy - la miré con una sonrisa - ¿Cómo te soportaba tu ex?

- De la misma manera en la que me soportas tú.

- Tenía que ser un tío con mucha paciencia.

- No, tampoco así, es bailarín.

- ¿De ballet?

- No, bailarín de estos de hip hop, rap.

- Vaya, tal para cual.

- No te creas, tú eres más dulce que él, me gustan los chicos buenos y dulces.

- ¿Entonces era un chico malo?

- Algo así - se encogió de hombros - pero ahora está muy lejos.

- ¿Por qué lo dejasteis?

- Él consiguió una buena oferta de trabajo en Estados Unidos y tuvo que irse, lo dejamos por eso, además era también muy posesivo.

- ¿Dónde os conocisteis?

- ¿Qué es esto, una especie de entrevista sobre mi vida? - preguntó sonriendo.

- Algo así, para cuando seas una bailarina mundialmente conocida - dije devolviéndole la sonrisa.

- Nos conocimos en una convención de baile, todos los años se celebra una en la que se representan diferentes tipos de danzas.

- ¿Amor a primera vista?

- Digamos que sí, por lo menos no creí que era una estúpido al verlo la primera vez, como lo que pensé contigo.

- ¿Cómo? - abrí la boca para que notará que se diera cuenta que no me lo esperaba de ella - con que creías eso de mí.

- No es normal que un chico cualquiera te llene la camiseta de pintura y después te sonría como si nada hubiera pasado.

- También es verdad - le di la razón.

- ¿Emma? - dijo una voz a nuestras espaldas.

Nos dimos la vuelta para que Emma al ver al chico se deprendiera de mi agarre y abrazara al otro chico.

- Has vuelto otra vez - le dijo al chico.

- Si, ahora he vuelto para quedarme.

- Hola - dije para que alguien se acordara de mí.

- Liam este es Harry, Harry, este es Liam - nos presentó Emma.

Le di una sonrisa, era lo mejor que sabía hacer cuando me presentaban a alguien.

- Es el mejor amigo de mi ex, Harry - me comentó Emma.

- Ah - le asentí.

- Emma, tenemos muchas cosas de las que hablar, si quieres podéis venir a la fiesta del bar de mañana por la noche.

- Oh, si, la que hacen todos los veranos, ¿Qué dices Harry?¿Vamos?

- Oh, no, sois vosotros los que tenéis que hablar de muchas cosas.

- Harry, ahora ya no estamos en clase, no tienes que estudiar nada, ¿Cuál es la excusa ahora?

No me gustan las fiestas, se me ha olvidado decirle ese pequeño detalle, pero si quiero vivir mis últimos meses como un adolescente de verdad, tengo que probar una fiesta antes.

- No tengo ninguna, vamos a esa fiesta - dije.

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