Capítulo 27 ✺

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Por razones que desconozco me quedé dormido hasta la hora de la cena, me regañé a mi mismo porque sabía que ahora no podría dormir en toda la noche. Bajé a la cocina seducido por el olor a la cena que estaban haciendo en mi casa.

- Eso huele de maravilla - dije sentándome en la mesa.

- Y está de maravilla - afirmó mi padre.

- He estado durmiendo casi todo el día, ¿Por qué no me habéis despertado?

- Tenías que descansar después de la noche de juerga - aseguró mamá.

- Harry, anoche te vi - dijo mi hermano interrumpiendo en la cocina y en la conversación.

- Pues yo no te vi a ti, ¿Qué estaba haciendo cuando me viste?

- Estabas en la pista de baile, ¿de verdad quieres saber lo que estabas haciendo?

- Ahh - agité rápido las manos para que se callara.

- ¿No quieres saberlo Harry? - preguntó mi madre mirándome.

- Ya sé lo que hacía, bailar, como todos - respondí con risa nerviosa.

- Sí, claro...

- Matt, tenemos que hablar - sonreí y lo tomé de la manga de la camiseta.

Lo llevé a parte, lejos de la cocina, sabía que en parte mi hermano quería aprovecharse de todo esto, él siempre recibía todos los castigos y si esta vez tenía en casa a otra persona en la cual nuestros padres fijasen su atención él estaría más que agradecido.

- ¿Qué estás haciendo? - recriminé.

- No estoy haciendo nada, sólo que sé que a mí me castigarán por llegar tarde como siempre y a ti no, porque creen que seguro te supiste controlar en la fiesta.

- Si me supe controlar - le afirmé entre dientes.

- ¿Seguro de eso? Claro, y ahora, ¿se supone que debo ser un buen hermano y dejar que me echen a mí toda la bronca?

- ¿Si? - dije sonriendo dulcemente.

- Oye, conmigo no funciona eso, eres mi hermano y aunque lo intentes no consigo ver nada bueno en ti.

- ¿Qué quieres?

- ¿Yo? - comenzó a sonreír con esa sonrisa maliciosa - yo quiero muchas cosas.

- ¿Qué quieres para que te quedes callado por esta vez? - formulé mejor la pregunta.

Él pensó, me miró, volvió a pensar y concluyó.

- Mira, por ser tu primera vez no les diré nada, total otro castigo más, otro menos, es todo lo mismo.

- ¿Hablas en serio?

- Hablo en serio.

- ¿De verdad que no quieres nada a cambio?

- No, y no lo sigas preguntando, puede que cambie de opinión.

- Genial - sonreí - ¿puedo darte un abrazo?

- Ahórratelo - se quedó mirándome con cara rara.

- No lo dije bien, quiero darte un abrazo.

Lo abrazé dándome igual el rechazo que iba a recibir de su parte, como cuando éramos pequeños y lo cogía en brazos, él siempre intentaba escabullirse, pero sabía que en el fondo me quería, solo que algunas personas demostramos el amor más o menos directamente.

- Gracias - dije.

- No las des, eres un tío tonto y sé que pronto te meterás en un lío tú solo, así que ¿para qué meterte desde ahora? - dijo metiéndose en la cocina.

En su idioma eso quería decir que me apreciaba.

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