La madre del duque Edwards se permitió sorprenderse, fingidamente, pero lo suficiente como para dejar con expectativa a Jade que sostenía con ligera fuerza el asa de la taza.
-Se encuentra muy bien, gracias a Dios...-Jade sintió como un peso de su cuerpo fue alejándose mientras la mujer continuaba hablando-Le recomendaron dos días de reposo y los está llevando al pie de la letra.
-¿Solo dos días, señora Edwards?-Jade frunció ligeramente el ceño-El duque tuvo heridas graves como para desmayarse por tanto tiempo...
-Oh, señorita Thirlwall-la sonrisa de la mujer se formó automáticamente-Le aseguro que nuestro doctor es el mejor del Imperio Gardia y con mucho gusto le daría lujo de detalles sobre su espléndido recorrido ejerciendo esta profesión. Por ello, no tiene que preocuparse. Para esos temas, ¿quién mejor que una madre?
Jade no respondió ya que de alguna forma notó que la madre del duque empezaba a cambiar de tono al hablar. En vez de ello, asintió con una sonrisa despreocupada y continuó tomando de su taza.
El resto del tiempo en el jardín de rosas, Jade y la ex duquesa conversaron de temas que ambas propusiesen, siendo la duquesa la más interesada en dirigir interrogantes hacia la joven dama. No dudaba en preguntar siquiera la más mínima cosa, disimulando, claro está. Si Jade hubiese tenido aquella charla meses antes de conocer al duque, quizás habría aceptado contestar a la pregunta "¿Su familia ha tenido algún percance desagradable que lograron superar con éxito?" con lujo de detalles, no obstante, ahora Jade era distinta. Podía negarse de forma que no pareciese descortés y escapar de preguntas que no le agradaban, agregando comentarios triviales que sus amigas y el duque le habían enseñado.
La ex duquesa, no obstante, parecía no rendirse con sacar algo de información de parte de la dama con quién su hijo pasaba el tiempo, así que decidió ser más directa.
-Señorita Thirlwall, ¿Qué piensa usted de mi hijo?-dijo la mujer luego de pedir unos postres pequeños y coloridos a la mesa-Tómese la libertad de expresarse como guste, por favor.
-Su hijo es una persona realmente admirable. La forma en la que puede manejar una situación extrema es sorprendente. Además de ser atractivo y buena compañía-Jade sintió como sus mejillas querían tornarse rosadas pero tratando de no pensar en la sonrisa brillante de Perriett, logró calmarse.
-He escuchado mucho de ello en los círculos del Imperio Gardia, señorita Thirlwall-rió un poco la mujer. Al parecer Jade parecía defenderse muy bien al ocultar sus verdaderos pensamientos sin ser íntima o personal su respuesta de forma que no fuese a ser malinterpretada-Pero, ¿Qué piensa de mi hijo como prospecto para esposo?
!Ah, la ex duquesa lo había dicho! Sin preámbulos y sin adornos. Fue la pregunta más directa que Jade pudo recibir alrededor de los cuarenta minutos que llevaba en la residencia Edwards.
-¿Disculpe...?
-Oh, señorita Thirlwall, no tiene porqué pensarlo mucho-dijo la mujer agitando la mano como si la pregunta fuese algo comparado al ambiente-¿No es mi hijo acaso un buen prospecto?
-Señora Edwards, yo...
-!Madre!
Ambas fueron interrumpidas intempestivamente por la presencia y llegada del duque Perriett. Lucía un rostro decaído y estaba acompañado de una muleta que lo ayudaba a apoyar su pierna herida con seguridad. Al parecer había escuchado, a metros de llegar al jardín de rosas, la pregunta directa de su madre ya que su expresión de apuro fue evidente.
ESTÁS LEYENDO
El secreto de la familia Edwards |Jerrie|
Fanfiction"La dulce y educada Jade Amelia Thirlwall, hija de la condesa Norma Thirlwall, ha cometido un error que incluye al foco de atención y dueño de suspiros de muchas nobles: Perriett Louise Edwards" --- Con mucho amor y cariño a todas las que lean siqu...