El secreto de la familia Edwards |Jerrie|

46.-Nixhall

Liana había tensado sus labios, cerrándolos en un instante ante una palabra que iba a salir de ellos pero que de manera inoportuna fue obstaculizada por la pregunta de Jade. 

¿Qué si la señora Elyse sabía sobre su viaje inesperado? ¡Claro que no! Ambas no habían vuelto a conversar desde aquel...incidente. Es más, Liana tenía que admitir que fue ella la que más estuvo presta a evadir la presencia de Elyse y por ende siempre en las reuniones del proyecto parecía estar ocupada. Fue un alivio que su padre se haya comprometido en enseñarle con más ahínco sobre el negocio familiar por lo que su excusa fue bien sustentada y absolutamente aceptable. Nadie podía negar ello o al menos no en su presencia. 

Sabía que estaba siendo un poco (muy) cobarde al huir de un encuentro pero el temor a flaquear y ceder nuevamente ante el aura de aquella mujer pelinegra era mucho mayor a su responsabilidad como amiga. Si es que aún se consideraba una amiga...

No obstante, a pesar de que la señora Elyse había insistido en reunirse con ella para conversar y aclarar quizás ese...incidente, al pasar los tres días dejó de preguntar por ella y simplemente parecía que le dejaba todo en sus manos. En pocas palabras, era como si ahora quisiese que ella dé el primer paso y lastimosamente en ese punto Liana había fracasado. 

-No...

Liana dejó salir ese monosílabo con mucho pesar. 

-No tiene conocimiento.-tomó aire y alzó la mirada.-Sobre mi viaje, claro.

-Oh, ¿entonces no han vuel-? ¡Auch!-exclamó Leigh-Anne con cierto disimulo cuando sintió una leve patada de parte de Jesy.-En todo caso, Liana, te deseamos buen viaje. Esperaremos con ansias tus cartas. 

-Creo que está demás decirte que le presentes nuestros saludos a tu tía.-indicó Jade aceptando aquel cambio de tema.

-Es una falta terrible de nuestra parte no enviarle obsequios...

-Tienes razón ¿Qué clase de modales son estos?-apoyó Leigh-Anne lentamente.-Apuesto a que mi madre terminará por regañarme.

-Incluso si han frecuentado pocas veces es adecuado enviar un presente.-acotó Jade.-No pienses que te estamos responsabilizando, Liana. 

-Oh, no.-interrumpió Liana sonriendo nerviosa ante el pequeño diálogo de sus tres amigas.-Fue mi error no comunicárselos antes. 

-Ciertamente hay varias cosas que no nos has dicho...¡Ejem! Pero no es nada condenable, por supuesto.-corrigió Leigh-Anne al instante al ver los rostros incriminadores de Jade y Jesy.-¿Pediremos más postres? De repente mis ansias de azúcar se incrementaron.

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Un par de días después y enterada la sociedad aristócrata del viaje de Liana y Jesy, no se hicieron esperar los comentarios sobre los respectivos acompañantes de las jóvenes damas. ¿Qué mejor entretenimiento que los sucesos acontecidos? 

-Era evidente que la señorita Nelson tendría como acompañante a su prometido, Sir Dowell. 

-¿y...fueron solos? ¿sin ningún chaperón?

-Para nada, querida. Como todavía no están formalmente casado el vizconde Nelson se aseguró de enviar a su doncella de confianza. 

-Además, muchos sirvientes los acompañaban así que enviaron los suficientes ojos como para vigilar alguna actitud desubicada.

-Oh, pero dudo que Sir Dowell haya sido capaz de algo que nefasto. Los dos se ven tan enamorados y tímidos que muy seguido se sonrojan cuando están en compañía del otro.