43.-Versatilidad y entereza

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El duque Sutherland Herman era el primogénito varón del cuarto hermano del antiguo Emperador de Gardia. 

Su familia se conformaba por su madre extranjera, su padre callado pero justo y sus dos hermanas mayores. La primera en nacer vivió hasta los veintitrés años hasta que un fatídico accidente cerró sus ojos para siempre y la segunda se casó a los diecisiete años con el príncipe heredero del reino Thelmon.  

Sus padres no tuvieron prisa por tener un heredero varón e incluso pensaron en detenerse cuando Deysi, su segunda hija, nació. Sin embargo, la emoción de un momento y las efectos en los siguientes meses no provocó que amaran menos al primer hijo varón de la familia Sutherland. Siendo así, ¿cómo es que el duque tenía otro apellido perteneciendo al linaje real de los Edwards? Según la ley imperial y las costumbres venideras, a partir del tercer hijo o hija, su apellido representativo y el de sus casas sería el segundo. Es por ello que la familia del cuarto hermano del Antiguo Emperador ya no fue "Edwards" sino "Sutherland". Y no por ese pequeño cambio fueron menos apreciados en el Imperio ya que cuando el actual emperador de Gardia decidió que no iba a acoger a una reina (segunda esposa) debido a la infertilidad de la emperatriz actual, una parte de la aristocracia gardiana mostró apoyo y simpatía por el duque Sutherland, candidato a la corona. 

Cuando se conoció aquella noticia todos empezaron a definir a los candidatos que apoyarían, no obstante, en un principio se consideró también al segundo hijo de la reina Deysi de Thelmon por la aspiración a "unir" un reino que traería ventajas económicas e influencia. 


-El marqués Dowell fue el iniciador de aquella idea en la cámara de nobles.

La reina Deysi, quien en su momento llegó de visita al Imperio Gardia por aquel rumor de vocear a su hijo como tercer candidato a la corona imperial, frunció el ceño.- No me esperaba menos de un hombre que tiene malas intenciones con la familia Thirlwall. 

Herman Sutherland, que en ese entonces tenía quince años y acompañaba a su padre a las reuniones, preguntó.- ¿Cómo responderá usted ante estos suceso, reina?

Deysi lo miró fijamente.- En primer lugar, sabes que detesto que me llames por "reina" o "Su Majestad" cuando estamos solos.- Herman asintió serio y su hermana suspiró.- En segundo lugar...tendré que ir a declarar el nulo interés de promover a mi segundo hijo como candidato. No voy a permitir que esos sucios nobles se atrevan a utilizar a mi hijo para impulsar una "unión" con mi reino. 

-Muy adecuado, re-hermana.

Deysi asintió manteniendo aquel porte digno que le hizo ganar mucha simpatía en, su ahora hogar, el reino Thelmon.-En cuanto a ti...¿Estás bien con ser candidato a la corona imperial? Pensé que tu sueño era viajar por todo el mundo y recolectar libros extraños.


Herman se sonrojó un poco y fue sorprendente pues no era costumbre verlo en aquel estado. Usualmente aquel joven heredero al título de duque mantenía un rostro inexpresivo y era tan poco sociable que sus padres comenzaron a preocuparse por él seriamente. Incluso recurrieron al consejo de su hija Deysi, obteniendo de ella unas palabras que los confundieron aún más: "Alphonse es muy perspicaz, calculador y hasta profundo. Podría parecer que no quiere socializar porque no conversa con muchos nobles, sin embargo, mantiene atención con un grupo reducido ¿Acaso no lo notan?"


-Puedo seguir haciendo ello mientras soy candidato, hermana. No es como si el emperador fuese a morir justo mañana. 

El secreto de la familia Edwards |Jerrie|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora