22.-La carrera

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Jade no había querido entrometerse entre sus dos amigas y sus respectivas parejas. Por ello y sabiendo lo consentidoras que eran con ella, les aviso con anterioridad que asistiría a la tercera y última prueba del evento de otoño en compañía de Liana y la señora Elyse. Eso no quería decir que no se verían en todo el día; solamente sería en la llegada ya que cuando estuviesen todas reunidas en el lugar, podrían juntarse nuevamente.

Leigh-Anne aceptó con cierta duda pero luego de que Jade le hablase del tiempo considerable que debe estar con el pobre Jordan, se dejó convencer. Por otro lado Jesy, le había dicho con gran amplitud que aún cuando este casada con el mismísimo rey siempre le guardaría un tiempo.

Jade aceptó todas sus palabras creyendo que ellas no entendían que su persona deseaba que ambas tuvieran un momento corto pero significativo con sus respectivas parejas ¿Acaso aún era una niña de cual debían cuidar? !Ella también quería hacer algo lindo por ellas!

Pasado aquel tema, el día de la prueba y desde muy temprano Jade estuvo con libros de historia y geografía rodeando su escritorio. Sería mentira decir que no se quedó curiosa con aquel tema de las minas de zurpalí y la República de Saliere, por ello se mantuvo entretenida tratando de comprender con totalidad la parte externa del supuesto problema. Lo que aún no le cabía en la cabeza, sin embargo, eran los espías en el Imperio ¿Acaso ellos querían extraer algunos documentos de propiedad? ¿Deseaban influenciar a nobles de cámaras distintas para que votaran por ellos? Eso ya sería un tema internacional. Y todos sabían que si las decisiones no eran tomadas de forma diplomática pasaban a un tribunal internacional, no obstante, si una de las dos partes no deseaba participar podía empezar una guerra ¿Podría suponer entonces que Saliere deseaba la ruta sangrienta? No, no lo creía...en todo caso hubiesen mandado un aviso de ataque en algún pueblo como forma de advertencia. 

Jade se pasó la mayoría del tiempo escribiendo y apuntando supuestos que esperaba recordar en comentárselo al duque. Aunque no estaba tan segura si él los recibiría. Al fin y al cabo, su familia no tenía ningún representante en la cámara, salvo su primo (pero este era de otra rama familiar) y estaba además el hecho de que era una mujer ¿Acaso el duque Edwards podría tener ciertos desacuerdos con mantener la conversación de la tensa relación con Saliere? 

Al faltar dos horas para la una de la tarde y siendo la tercera vez que Yesenia insistía, Jade por fin accedió a cambiarse de atuendo para asistir a la última prueba del evento de otoño. Almorzó con anterioridad algo ligero por los nervios y luego su doncella personal pasó a vestirla con prisa ya que el tiempo apremiaba. Aún con aquellos contratiempos, Jade quedó tan bella como siempre. Llevando un vestido blanco y celeste, joyas en su tocado alto y unos guantes de tela fresca, salió a recibir a Elyse y Liana.

La condesa Norma Thirlwall no había conocido formalmente a la señora Elyse y por ello aquella tarde su hija las presentó. Es cierto que como toda mujer mayor y con prejuicios en la sociedad encima, la condesa tuvo sus dudas, pero decidió no comentarlas y dejar que los eventos se desarrollen...eso sí, con los dos ojos bien puestos.

Jade se despidió de su madre, ya que esta no asistiría hasta pasada la tercera prueba, justo para la premiación en el castillo Imperial. La castaña suponía que tenía trabajo que hacer, ya que Gerald le había enviado ciertos informes de su herencia y la administración de la casa (cabe recordar que al ser mujer ella no podía hacerse cargo de ninguna de las dos cosas pero al ser su sobrino alguien probo y digno, se ofreció para ser un "administrador provisional de la familia Thirlwall" y evitar que su padre se apropiara de las propiedades que por derecho le pertenecían a la condesa)

El secreto de la familia Edwards |Jerrie|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora