Chapter 35: Burning

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Cierro los ojos y respiro profundamente. Estoy muy cómoda con Harry aquí, y no me gustaría que este momento cambiara, me gustaría estar con él así por el resto de mi vida. Y pensar que hace un par de meses yo no quería saber nada de él. Pensaba que él era un cretino, un egoísta, y un estúpido con un ego más grande que él mismo. Y bueno sí me he equivocado, y mucho. Harry es muchas cosas. Algunas buenas y otras malas, pero nadie es perfecto en este mundo. Yo tampoco lo soy.

De repente sentí como la mano de Harry se clavaba en mi muslo. Mis pantalones seguían algo húmedos, pero a él parecía no importarle eso para nada.

Él empezó a acariciar mi muslo, de arriba abajo, hasta que se detuvo en mi entrepierna. Mis ojos se abrieron un poco. Seguía sintiéndome bien y relajada.

Su mano desabrochó el botón de mi pantalón, y bajó mi cremallera.

Mi boca se entreabrió para decir algo, pero no dije nada. Simplemente respiré profundamente, dejando que Harry me tocara.

Su mano se metió bajo mi pantalón y bajo mis bragas. Oh Dios mío, él lo iba a hacer. Su mano estaba increíblemente cálida. Y yo ya estaba empezando a ponerme caliente también. Sentí como dos de sus dedos entraban en mí. Lo escuché gruñir detrás de mí, y me abrí más de piernas para que él pudiera tocarme sin molestia alguna.

Sentí su miembro ponerse duro en la parte baja de mi espalda. Argh, maldito Harry, sabe como pasarlo bien. Finalmente no aguanté más, y dejé escapar un gemido.

-       Eso es nena, gime para mí- le escuché decir con voz ronca. Gemí de nuevo.

Sentí mi sexo húmedo, y no porque mis pantalones estaban empapados de agua de la lluvia.

Algo en mí estaba ardiendo.

Harry provocaba que me sintiera en llamas, y eso me hacía sentir bien de alguna manera.

Arqueé mi cuerpo gimiendo de nuevo. Escuché gruñir a Harry, y sus dedos se movieron en círculos más rápidos dentro de mí. Joder, sí que lo hacía bien. Después paró de hacer eso, y metió sus dedos y los sacó, a una velocidad muy lenta, lo cual me hacía querer que fuese más rápido. ¿Por qué mierda él no iba más rápido?

-       ¿Por qué… vas… lento?- logré preguntar.

-       ¿Quieres que vaya rápido?- me preguntó.

-       Aja- dije asintiendo como pude con la cabeza.

-       Pídemelo.

-       H-Harry… Más rápido.

Sentí como sonreía, aunque no lo logré ver, lo sabía. Y él me obedeció. Oh joder, estaba a punto de llegar.

La otra mano de Harry apretó uno de mis pechos, intensificando el calor, haciéndome arder aun más. Volví a arquearme, y sentí como me corría en sus dedos.

Él sacó su mano de mí. Me giró con brusquedad para mirarlo cara a cara.

-       Chúpalos- me dijo.

Lo miré con inocencia.

-       Joder, deja de mirarme así, me entran ganas de…

Me abalancé hacia sus dedos, saboreándome a mí misma. Era un sabor amargo pero que quisieras más de él.

-       No dejes de hacerlo…

Miré a Harry. ¿Quería que chupara sus dedos? Esto nunca lo había hecho. No dejé de mirar a Harry mientras chupaba sus dedos.

Segundos después, él bajó su mano, y agarró su miembro por encima del pantalón. Yo me acerqué a él, y coloqué mis manos en el cinturón del pantalón de Harry. Él me miró, con algo de sorpresa.

-       ¿Q-que haces?

-       ¿No quieres que…?

De pronto alguien tocó en la ventanilla del asiento del piloto del coche. Harry y yo nos miramos durante unos segundos, y después, él bajó del coche. Yo también lo hice.

El hombre que estaba afuera nos miró a ambos, y después bajó su vista a mi pantalón. Oh. Seguía desabrochado. Me sonrojé, y me giré. Abroché mi pantalón de nuevo, mientras escuchaba las voces de aquel hombre y Harry.

Aquel hombre resultó ser el que se llevaría el coche de Harry para arreglarlo. Aun así me sentía muy avergonzada por lo del pantalón.

Harry y yo caminamos hasta el instituto. Ya habíamos perdido las dos primeras horas del día. Escuché la risa de Harry. Lo miré y fruncí el ceño.

-       ¿Qué es tan gracioso?- le pregunté sonriendo.

-       ¡Debiste ver tu cara! ¡Dios! ¡Tenías el pantalón desabrochado!- él siguió riendo. Yo rodé los ojos.

-       Argh, tampoco es para tanto Harry- le dije.

-       Ya- él se limpió las lágrimas de sus ojos al haber reído- Pero no me gustó que aquel hombre mirará hacia allí- levanté una ceja mientras lo escuchaba.

Cuando llegamos al instituto, cogí mis libros para la clase que me tocaba ahora. Harry me acompañó hasta el aula. Al parecer él decía que alguien podría “secuestrarme” si iba sola.

-       Gracias por acompañarme- le dije bajando la mirada tímidamente.

-       De nada, guapa- él colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja.

Al entrar al aula, todos se me quedaron mirando. Oh, claro, mis mejillas estaban infladas y rojas, y mi cabello algo alocado, además de mi sudadera gigantesca de chico y mis pantalones húmedos. Pero me dio igual. Absolutamente igual. Me gustaba la sudadera de Harry, olía a él. Era como si él estuviese conmigo, aunque no lo estuviese.

Me senté al lado de Lily. Ella se quedó mirando mi ropa.

-       Hola- dije.

-       Hola. Faltaste casi toda la mañana. ¿Dónde estuviese?

-       Callum tuvo un accidente. Se resbaló en el baño, y tuve que llevarlo a un hospital. Fueron bastante rápidos para curarle, la verdad- mentí.

-       Uhm. Ya. ¿Y se puede saber por qué llevas una sudadera de Harry?

¿Qué coño? ¿Cómo sabía que la sudadera era de Harry? Harry dijo que hacía tiempo no las usaba, ¿entonces? Quizás fue por ¿el olor?

Ella notó mi boca entre abierta y mi cara de terror.

-       Él también… faltó durante toda la mañana- dijo ella, como intentando decirme “estuviste con él ¿verdad?”.

-       Y sé que es de Harry porque la vi guardada en el maletero de su coche- explicó.

-       Y-yo cuando venía de camino… me encontré a Harry… y estaba tan empapada por la lluvia, que él me dejó su sudadera y me trajo hasta aquí- dije. No era del todo mentira, era la verdad, solo que había omitido algunos otros acontecimientos.

-       Oh. ¿Y te cambiaste en frente de él?- ¿por qué Lily estaba tan interesada en el tema?

-        ¡N-no! Yo me cambié dentro de su coche, y él esperó fuera… bajo la lluvia. Y se puso otra sudadera porque también estaba empapado.

-       Ah.

Ella pareció creérselo todo. Dejé escapar todo el aire que mis pulmones habían contenido. 

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