Chapter 26: The Baker

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Tapé mi boca con mis manos. Aunque no iba a gritar, yo ya no sabía qué hacer. No escuché a Callum hablar, era como si me hubiera quedado sorda. Aquella mujer seguía con la misma expresión, y aunque no sabía quién era... me sentía descompuesta. Aquella voz, aquella cálida voz que desapareció un día sin más la estaba volviendo a escuchar. Ahora. Después de 10 años.

-       Ella es...- empezó a hablar papá.

-       Mamá- dijo Callum lanzándose hacia su madre, abrazándola.

Yo no pude moverme. Simplemente miraba a aquella mujer, que había desaparecido 10 años de mi vida, que era mi madre. ¿Una madre puede dejar a sus hijos durante tanto tiempo? ¿Y sin dar alguna explicación, carta o nota o cualquier cosa? ¿Sin haberse comunicado con ellos?

-       Grace, cariño, estás preciosa- dijo Eloise.

Ella iba a tocar mi hombro, pero yo me alejé. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? ¿El qué?

-       Yo...- empecé a decir-... No puedo estar aquí.

Corrí hacia la puerta de casa y salí. Pensé que iba a llorar, pero no lo hice. Y quería hacerlo, quería descargar la rabia que sentía en mí, pero simplemente no siempre la rabia se expresa con lágrimas.

Lo sé. Soy una inmadura niña de 17 años. Tenía un montón de preguntas en mi mente para mi madre, pero sin embargo había decidido marcharme. Paré de caminar. Me quedé mirando el suelo, como si fuese tonta. Necesitaba aclarar mi mente, pero no estaba en el lugar correcto: en medio de una calle solitaria. Respiré hondo, y empecé a caminar con más calma, deseando que mis piernas me llevaran a un lugar tranquilo.

A lo lejos vi una tienda de repostería. Me quedé observándola, y entré en ella. Mi mandíbula cayó al suelo, al ver quien estaba allí, con un delantal, barriendo el suelo. Harry. Demasiadas sorpresas para mí en un día, creo. Harry pareció no darse cuenta de que yo estaba allí, observándolo. Se giró, y me miró sorprendido, tal y como yo lo miraba a él. Su boca se abrió para decir algo, pero no dijo nada.

-       ¿Quieres algo?- preguntó él, observando el lugar donde estaban las magdalenas y croissants.

-       Uhm... sí- contesté inconscientemente. Espera, ¿a caso llevaba algo de dinero?

Harry se colocó detrás del mostrador, y dejó la escoba a un lado. Se puso unos guantes blancos, y cogió una bolsita, esperando a que yo le dijera lo que quería.

-       Quiero... un croissant. De chocolate- dije, y observé cómo sus manos cogían unas pinzas para meter el croissant en la bolsita.

-       Serán... 1.20$- dijo él. Saqué mi monedero, oh, y por suerte traía 2$. Se lo di, y él me dio el cambio.

Salí de la tienda, pero entonces escuché que Harry me llamaba. Él corría hacia a mí. Me giré.

-       ¿Por qué no te lo comes allí dentro? Hoy hace... frío- oh, claro, estábamos en Marzo, primavera. Hacía mucho, pero que mucho frío. Espero que se note el sarcasmo.

-       Vale- le dije.

Me senté en una de las mesas dentro de la tienda. Todo estaba en silencio. Solo estábamos Harry y yo. Empecé a comer el croissant. Estaba jodidamente delicioso.

-       ¿Desde cuándo trabajas aquí?- pregunté.

-       Desde que tengo como 16 años- contestó él- ¿Y qué haces aquí?

-       Huir. Intentar pensar.

-       ¿Por qué razón?

-       Mi madre ha vuelto después de no saber nada de ella durante 10 años- conté como si nada. Harry se sentó a mi lado, y acarició mi mejilla con su pulgar.

-       Grace yo... no tenía ni idea.

-       Ya, bueno, eres el único que lo sabe ahora. Te agradecería que no contaras nada.

-       No lo haré. Y es normal que necesites pensar. ¿Quieres que me vaya o...?

-       No, quédate conmigo. Lo único que necesito eres tú ahora mismo- contesté sin pensarlo, y abracé a Harry, enrollando mis brazos en su cintura.

-       Siento ser tan rara- dije- Ayer estaba enfadada contigo y ahora te estoy abrazando.

-       Yo también soy algo raro- él rió- Y yo también te estoy abrazando ahora.

Él me devolvió el abrazo. No lloré, aunque si sentía que lo haría en cualquier momento. Harry olía a pan caliente recién hecho. Será por haber estado aquí tantas horas. Realmente me sorprendió que Harry tuviera trabajo, y que fuese este. Lo he subestimado. Él es más independiente de lo que pensaba, incluso puede que más que yo. Yo no trabajo, aunque sé que lo haré algún día. Pero al parecer Harry no es tan inmaduro como creía, vamos, mírale ahora. Tiene un coche, un trabajo, gana dinero por sí mismo, tiene amigos, un hogar y una familia. Yo solo tengo las últimas tres cosas ahora, ¿no? Quiero decir, lo de familia... ahora me siento muy confundida. Sentí que Harry me besaba la frente, de repente aquel besó se sintió como una caricia. Era hora de volver a casa, y buscar respuestas a mis preguntas. 

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