Después de una semana larga en la que Anajú se pasaba los días en La Academia, rodeada de recuerdos de su paso por el programa y de todo lo vivido con el chico rubio, la morena se encontraba en su piso de Barcelona, estirada en el sofá de su pequeño despacho musical. Miraba al techo, pensando en todo y en nada. El trabajo le iba bien y le encantaba ver como los nuevos concursantes trabajan incansablemente para sacar adelante las canciones de la gala. Los dos pases de micros habían ido bastante bien y se sentía satisfecha. Se pasó las manos por el pelo respirando hondo, exhausta. Al día siguiente tenían ensayos en plató y aquello iba a ser de lo más agotador. Pero el timbre de su puerta la sacó de sus pensamientos.
Se levantó con cara de pocos amigos, no esperaba a nadie a aquellas horas y, a decir verdad, tampoco es que le apeteciera estar acompañada. Caminó descalza por su piso, notando el parquet frío, hasta llegar a la puerta. Se miró en el espejo un segundo y vio su cara de cansada, pero aún así sonrió. Cuando abrió la puerta se encontró con el chico de gafas al que tanto veía últimamente, a una morena con flequillo y a un chico más alto y moreno que le dedicaba una sonrisa de oreja a oreja. Llevaban varias cajas de pizza y unos cuantos paquetes de cerveza..
- ¿Has cenado? - preguntó Flavio sonriendo. Ella negó con la cabeza y se hizo a un lado para dejarlos pasar. - Pues... somos tu salvación, Ana Julieta.
- En realidad, no tanto - rió Mai. - Esto es una intervención, Jujiti.
- ¡Mai! Quedamos que lo diríamos cuando estuviéramos cenando - la regañó Bruno. Anajú rodó los ojos.
- Lo siento, debía saberlo - se acercó a la chica de la peca y la abrazó. - Hacemos esto porque te queremos, Jujis.
- Ya, ya... - dijo Anajú medio riendo. - Anda, pasad al salón, ahora vengo.
Los tres pasaron al salón y Anajú se quedó allí, plantada, medio sonriendo. Sabía perfectamente el por qué de aquella visita y, aunque no le apeteciera hablar del tema, agradecía que sus amigos se preocuparan por ella lo suficiente como para presentarse en su casa sin decir nada. Una lágrima se escapó de sus ojos y la secó con rapidez sorbiendo por la nariz intentando que no salieran más. No sabía si era una lágrima de felicidad, de tristeza, de nostalgia... Pero sabía que sentía afortunada de tener a Flavio, a Bruno y a Maialen.
Caminó por el pasillo con una sonrisa y al llegar al salón los vio sentados allí, charlando animadamente. Bruno estaba sentado en el sofá, Maialen estaba sentada en un cojín en el suelo y Flavio se había sentado en una de las butacas que había en el salón. Se sentó al lado de Bruno en el sofá y se dejó abrazar, como otras tantas veces.
- Vamos a ver esas pizzas... - dijo ella. - Espero que hayáis traído alguna con piña. - rió.
- Eso nunca y lo sabes - rió Bruno con ella.
Cenaron entre risas y anécdotas varias. Flavio les explicó que había tenido que posponer la gira por el programa pero que estaba pensando en hacer unos cuantos conciertos por Barcelona, en un formato más íntimo, de ésta manera podría compaginar las dos cosas. Y todos se alegraron un montón por él. Su último disco había tenido muy buena acogida y la mejor manera de celebrarlo era con unos cuantos conciertillos. Maialen y Bruno contaron que estaban metidos en sus proyectos musicales: ella con su banda, él en solitario. Ambos estaban componiendo y preparando sus siguientes álbumes. Y, lo mejor de todo, era que por primera vez, después de diez años, iban a hacer una colaboración en el disco de Maialen. Ana Julieta sonrió. Le gustaba oír que a sus amigos les iba tan bien, aunque a ella no le sonriera la suerte de la misma manera. Llevaba tiempo sin componer algo que la convenciera, estaba bloqueada y pasaba los días encerrada en su estudio.... hasta que a su vida llegó la oportunidad de ser la directora de la Academia de Operación Triunfo.
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La Directora
RandomAño 2030. Han pasado diez años desde que la edición más icónica y surrealista del talent show acabara. Y la vida después de eso continua, aunque no lo parezca. Pero a veces el tiempo te sorprende y te vuelve a poner en el mismo lugar, cómo si quier...