Después de casi cinco horas de viaje en AVE desde Córdoba a Barcelona Hugo estaba cansado pero tenía ganas de poder salir de aquella estación de tren para poder estirar las piernas y respirar aire puro. Se bajó del tren con sus pertenencias y se puso la capucha de la sudadera, esperaba así pasar algo desapercibido, pero no lo logró. Consiguió captar unas cuantas miradas y murmullos a su paso. Él se limitaba a sonreír a todo aquel que le miraba y, alguna vez, les dedicaba un saludo con la mano. Cómo mínimo, nadie gritaba y eso ya era un gran paso.
Caminó por el andén con su guitarra y su bolsa de deporte colgada del hombro, con calma. Al subir las escaleras para llegar a la plataforma y salir de allí, un grupo de chicas lo paró.
- ¿Perdona...? - dijo una de ellas. Estaba roja como un tomate. - ¿Eres Hugo Cobo? - al chico le dio mucha ternura y se bajó la capucha para que aquella chica pudiera comprobarlo por ella misma. El color de sus mejillas se intensificó y sus amigas se quedaron calladas al momento.
- El mismo - sonrió él. - ¿Cómo estáis? - preguntó.
Todas respondieron al unísono que se encontraban bien y le pidieron si podían hacerse una foto con él. El chico rubio accedió, se debía a sus fans. Posó con cada una de las chicas haciendo caras divertidas, riendo con ellas, dándoles tema de conversación. Estuvieron un buen rato charlando y haciéndose fotos. La verdad es que Hugo disfrutaba un montón conociendo a sus fans y pudiendo dedicarles un poco de tiempo.
- Oye, Hugo... - musitó una de las chicas. Él sonrió para darle a entender que la escuchaba. - ¿Podrías grabar un vídeo para unas amigas?
- ¡Claro! Sin problema - repuso el chico. Se pasó la mano por el pelo para despeinarlo un poco y prepararse para el vídeo. - ¿Qué tengo que decir? ¿Cómo se llaman? - las chicas rieron ante esa pregunta lo cual dejó al rubio desconcertado.
- Es que somos muchas en ese grupo - añadió la otra. - No creo que fuera factible que dijeras todos los nombres - esta vez Hugo rió con ellas.
- Bueno, vale, haré lo que pueda - dijo él.
La chica le dio al botón de grabar enfocando a Hugo y él con la mejor de las sonrisas empezó a hablar:
- ¡Hola illas! No sé exactamente quién va a ver esto... - rió. - Pero quiero que sepáis que me hace muy feliz que después de tantos años sigáis apoyando mi música y que estéis pendientes de todo lo que se cuece. ¡Sois las mejores! - se acercó la mano a los labios y lanzó un beso a la cámara - ¡Os quiero!
Todas las chicas sonrieron a Hugo en modo de agradecimiento y él se quedó por allí charlando un ratito más mientras acababa de hacerse fotos. No pudo evitar echar un vistazo a la pantalla del móvil de la chica que había grabado el vídeo que estaba volviéndolo a ver, para cerciorarse de que todo estaba bien. Mirar a los teléfonos ajenos estaba mal y Hugo lo sabía, pero tenía curiosidad por saber dónde iba a parar ese vídeo. Sólo le dio tiempo durante un segundo el nombre del grupo dónde se estaba enviando ese vídeo: "Payasas", iba acompañado de el icono del whatsapp del payaso y de un limón. Al chico se le paralizó el mundo al ver eso. Sabía muy bien qué significaban esos dos emoticonos juntos. Sabía muy bien que, después de diez años, su nombre estaba inevitablemente unido al de la morena de la peca. Sonrió y cogió sus cosas.
- Illas, tengo que marcharme ya - dijo él. - Ha sido un placer. Muchas gracias por ser tan geniales.
- ¡Gracias a ti Hugo! ¡Aún no me creo que te hayamos encontrado aquí! - rió una de ellas.
El rubio se alejó del grupo de chicas haciendo un gesto con la mano y deseándoles todo lo mejor. A los pocos minutos salía de la estación de Sants con su móvil en la mano para poder seguir las indicaciones del google maps y llegar al punto de encuentro en el que su productor y su mánager lo recogerían con el coche. Caminó por las calles siguiendo las indicaciones de su teléfono y se esperó en la esquina de una calle que no conocía nada. Se apoyó en la pared y estuvo mirando a su alrededor, explorando con sus ojos la noche en la ciudad condal. Se percató de que delante de él había una taberna y por un segundo pensó en entrar y tomarse algo pero finalmente decidió de que no. Y menos mal que su decisión fue aquella porque, justo en ese momento, dentro de aquella taberna se encontraba la última persona que pensaba encontrarse a esas horas.
Ana Julieta estaba con un chico que él no conocía y él la rodeaba por los hombros mientras le daba un beso en el pelo. Algo se rompió un poco dentro de Hugo. No esperaba verla allí, no esperaba verla acompañada de otro chico y no esperaba verla tan guapa. Suspiró y giró la cabeza, no quería seguir mirando porque sentía que estaba invadiendo la privacidad de la chica. Se encendió un cigarro y fumó para aclararse las ideas. No quería pensar en quién era él, no quería cuestionarse por qué se la había encontrado ahí... Era normal que cada uno hiciera su vida, después de tantos años. No se percató que ella lo miraba, mientras él seguía fumando, y cuando él volvió a mirar ella estaba dejándole su bolso a aquel chico entre risas. Volvió a suspirar y le dio otra calada a su cigarro.
En menos de treinta segundos un coche se paró a su lado y en él vio a su manager y a su productor. Sonrió contento de verlos y se subió en la parte trasera del coche.
- Illo, qué estás en Barcelona - gritó su productor emocionado
- Illo, qué fuerte eh - rió él. - ¡Qué ganas tenía!
*
Aquella noche ni Hugo ni Ana Julieta durmieron demasiado bien. Los dos sabían de la presencia del otro en aquella ciudad, los dos se habían visto mutuamente, pero sus miradas no se habían cruzado. Ambos se quedaron durmiendo mirando el techo, preguntándose por qué el destino les jugaba aquella carta amarga. Y se levantaron con el mismo pensamiento.
Anajú vió que tenía el móvil lleno de mensajes a las ocho de la mañana. Pero no les prestó atención. Entró a twitter y como si por arte de magia apareció aquello que no quería ver: fotografías de Hugo con fans en la estación de Sants de Barcelona. Llevaba la misma sudadera con la que le había visto y sonreía ampliamente. Empezó a leer miles de tweets donde se especulaba por qué el chico había viajado hasta allí, vió cómo las redes ardieron por aquel acontecimiento y suspiró. Hugo Cobo era igual a revolución, siempre.
En ese momento una llamada la sacó de su ensoñamiento. Miró a la pantalla de su móvil y lo cogió.
- Buenos días Ana Julieta - la voz de Flavio la animó mucho.
- Buenos días, Fla. - contestó ella levantándose de la cama. - ¿Qué tal?
- Bien, bien. Llamaba para ver que no te hubieras dormido y me dejaras sin transporte para ir a trabajar. - rió él.
- Estoy despierta y activa. Me ducho y vengo, no te preocupes.
- Vale, vale, menos mal - ella rió al sentir el alivio en la voz de aquel chico. - Oye, ¿estás bien en serio?
- Sí, ¿por qué? - Anajú intentó sonar convincente.
- He visto que Hugo está en Barcelona. - repuso el chico de gafas. - Sabes que en breves lo tendremos por La Academia, ¿no? - ella suspiró.
- Lo sé y estoy bien. Somos compañeros y ... - se pensó bien lo que iba a decir - ... amigos. Todo estupendo, Fla.
- Vale, vale, no te presiono. Te veo en un ratillo, majica - ambos rieron y dieron por finalizada la conversación.
Cuando Ana Julieta colgó se quedó pensando en las palabras de su amigo. Ella no había pensado en eso, pero estaba cien por cien segura de que Hugo Cobo tenía planeada una visita a La Academia dentro de sus planes. Era normal. La Academia había sido su casa, seguía manteniendo contacto con los profesores y era el sitio que le dio todo lo que tenía: su carrera musical. Rodó los ojos. Era un muro que saltaría cuando se lo encontrara. Pero, por el momento, no tenía ganas de darle más vueltas.
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Holiiiiiiiiiiii a todes!!!
Este capítulo es cortito y no es mi prefe ni de coña, pero bueno. He tenido unos días de locos en mi vida personal (y mañana vuelvo al curro....). Eso quiere decir que los capítulos serán más espaciados en el tiempo, pero no me olvido de vosotras. <3
Muchas gracias por leerme, en serio.
Mery, /-
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La Directora
RandomAño 2030. Han pasado diez años desde que la edición más icónica y surrealista del talent show acabara. Y la vida después de eso continua, aunque no lo parezca. Pero a veces el tiempo te sorprende y te vuelve a poner en el mismo lugar, cómo si quier...