Capítulo 10 completo

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Incómodo, fue jodidamente incómodo. Cada uno durmió en su lado y apenas me atreví a moverme en toda la noche, tampoco me hacía falta para notar su presencia a escasos metros de mí, cada célula de mi cuerpo brincaba con su cercanía y mi corazón...no hay sesión de cardio que le haga justicia. Tardé en dormirme más de lo esperado pero lo hice y, en parte tenía razón, no tuve pesadillas esa noche pero me desperté al menos un par de veces y en una de ellas le rodeaba la cintura con el brazo, menos mal que prácticamente roncaba y pude quitarlo sin que lo notase.

Me desperté a eso de las siete por el martilleo constante en la puerta, tardé unos segundos en darme cuenta de que ese ruido significaba que alguien estaba llamando. Me incorporé de un salto y miré a mi derecha, Deimos seguía dormido así que me levanté y salí de la habitación cerrando la puerta cuidadosamente tras de mí.

-Ya va.- respondí conforme me acercaba a la puerta.- Venus.- la normalmente remilgada doctora tenía un aspecto un tanto...extraño, vestía un camisón blanco en lugar de su uniforme y su pelo, habitualmente recogido en un moño, lo llevaba suelto.

- Hola, Layla, ¿te he despertado?- me mordí el labio.

- No, estaba dando vueltas en la cama.- mentí.

-¿Puedo pasar?- miró a mi apartamento, tras de mí, por un momento temí que supiese que Deimos estaba aquí y fuese a echarme la bronca o algo.

- Claro.- vacilé.- Sí, pasa.- respondí haciéndome a un lado.

Cruzó el umbral, cerré la puerta y la seguí hasta el sofá.

- No ha ido bien.- la mire confusa.

- Lo siento, aún estoy algo dormida, ¿el qué no ha ido bien?

- Lo de Hellas, le pedí que viniese a vivir conmigo.- abrí los ojos como platos, ya ni me acordaba.- ha dicho que se lo tiene que pensar.- sus ojos comenzaron a brillar culpa de las lágrimas que comenzaban a acumularse. Ay, Dios, que no llore. No sé qué hacer cuando la gente llora.

- Pero eso no es un no. Solemos hacer un drama de todo lo que nos dicen, yo la primera, pero a veces las cosas son más simples de lo que lo hacemos. Quizá ese <<me lo tengo que pensar>> significa que se lo tiene que pensar de verdad, creo que ir a vivir con alguien es un paso grande e importante y de esas decisiones que no se toman a la ligera, supone renunciar a tu privacidad e intimidad y pasar a compartirla con alguien más, es un gran cambio.

- Pero he estado viendo esas películas humanas que tenéis... ¡todos dicen que sí! Sin pensárselo, al momento, sí, ya está.

- ¿Has estado viendo...?- no llegué a terminar la frase, ¿de verdad ha basado su propuesta en películas románticas nuestras? Si es lo más surrealista que existe, más que estar en otro planeta rodeada de extraterrestres ¿quién se cree esas cosas?- Perdona, a ver, lo primero, las relaciones son mucho más complicadas que como las pintan ahí y, segundo, ¿qué películas has visto? Y lo más importante, ¿cómo te las has creído? – sonrió, en parte divertida por la situación, en parte avergonzada.

- ¡No lo sé! Aquí solo conocemos el romanticismo por vosotros, nosotros no tenemos nada de conquistar a gente, ni atraerles ni nada así, analizamos nuestro entorno, hacemos una lista con lo que esperamos de la otra persona y lo que estamos dispuestos a ofrecer y nos juntamos con quien mejor se adapte a nuestros términos.

- ¿Cómo un contrato?

- Sí, algo así. Aunque bueno, desde que existe el canal Tierra los más jóvenes intentan imitar vuestras costumbres para emparejarse pero como ves no tenemos mucha experiencia.

𝐒𝐢 𝐩𝐮𝐝𝐢𝐞𝐫𝐚 𝐪𝐮𝐞𝐝𝐚𝐫𝐦𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora