Capítulo 13: El sueño.

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- Lo más importante es que actúes con naturalidad, no pueden sospechar nada, lo del doctor Mayers...tuviste suerte pero no puedes confiar en la suerte.- Robert y yo habíamos acordado reunirnos en la azotea después de una de nuestras clases. La azotea, era el único lugar sin micros, y podíamos hablar con total libertad.

- ¿Y qué hago con Deimos?

- Más de lo mismo, solo tienes que actuar, como si esto fuese una gran obra de teatro.

- Me juego algo más que una mala crítica en el periódico.- respondí con sarcasmo.

- Cariño, tal y como están las cosas, no tienes nada que perder.

- ¿Sabes ya cual es mi papel en todo esto?

- Creo que empiezo a hacerme una idea.

- ¿Y bien?

- Todavía no.- escuchamos el motor del ascensor accionarse.- Viene alguien.

Las puertas no tardaron en abrirse y de él salió un muchacho que hizo que mi corazón se parase un nanosegundo y que galopase al siguiente.

-¿Qué hacéis?- preguntó acercándose a nosotros. Llevaba su uniforme de trabajo.

- Recordar mejores tiempos, ¿quieres unirte?- Robert fue rápido al responder y se lo agradecí en silencio porque yo no hubiese sabido qué decir.

- En realidad quería hablar con Layla.- sus ojos buscaron los míos.- ¿me acompañas?

- Claro.- comencé a caminar, no sin antes echarle un rápido vistazo a Robert, quien me guiñó un ojo antes de seguir a Deimos al ascensor.

- Perdona por no haber ido a verte antes.- dijo una vez dentro.- he estado liado, tenía que dar parte de todo lo que pasó la otra noche...un coñazo.

- No te preocupes.- respondí. Estás siendo muy seca, di algo más.- he estado entretenida.

- ¿Ah, sí? ¿Con qué?- llegamos a la planta baja y salimos en dirección al otro edificio, algo que de normal no me hubiese importado pero que ahora me ponía un pelín nerviosa.

- ¿A dónde vamos?- pregunté.

-A mi apartamento, podremos hablar mejor ahí.

- Vale.- fue todo lo que dije. En otras circunstancias esto me habría emocionado y me hubiese puesto el corazón a mil, ahora lo hacía pero por otros motivos.

- Bueno, cuéntame.- me animó a continuar mientras caminábamos.

- He estado pasando tiempo con Oliver y con Venus así que me he entretenido.

- Y con Robert.

- Y con Robert- añadí.

- ¿Cómo es que has empezado a pasar tiempo con él?- la pregunta me pilló desprevenida y creo que lo notó.- quiero decir, nunca antes te he visto relacionarte con él.

- Ya, bueno, es de casa, empiezo a echarla de menos y hablar me sienta bien.-No ha estado mal, ¿verdad? Mentalmente me di una palmadita en la espalda.

- Sabes que puedes hablar conmigo si quieres.- ralentizó el paso hasta detenerse delante de una puerta.- aquí es.- La abrió, yo pasé primero, su apartamento era exactamente igual al mío salvo por la decoración y porque las paredes que estaban pintadas de color gris perla.

- Bien, ¿de qué querías...- pero no tuve tiempo de terminar la frase. En menos de un parpadeo, sus labios estaban sobre los míos. Me recostó sobre la puerta de entrada sin separarse un segundo de mí. Me agarró la cara con una de sus manos mientras que la otra reposaba sobre mi cadera. Puse las manos sobre su pecho con la intención de separarle de mí pero mis manos parecieron no querer colaborar y acabé empujándole hasta la cama.

𝐒𝐢 𝐩𝐮𝐝𝐢𝐞𝐫𝐚 𝐪𝐮𝐞𝐝𝐚𝐫𝐦𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora