IX

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Hades.

Sigo en silencio el camino que me muestra Afrodita

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Sigo en silencio el camino que me muestra Afrodita. Sus palabras son un eco en mi mente.

El amor es peligroso, incluso puede llevar a los dioses ha arrodillarse.

Y cuando vi a Perséfone, bailando feliz entre todas esas doncellas las palabras de Afrodita tomaron sentido.

Perséfone me tiene arrodillado a sus pies.

- Aprovecha tu tiempo rey del inframundo, cuando Hestia se de cuenta de la ausencia de Perséfone y empiece a buscarla, la magia del jardín desaparecerá - Afrodita me sonríe con superioridad viendo como hace su trabajo de diosa del amor

- ¿Porqué haces esto Afrodita? - Todos saben que nunca hace favores sin ella beneficiarse

- Mi querido Hades, que Perséfone no sea parte de las vírgenes por siempre me ayuda a mi y creo suponer que te ayuda a ti también - La diosa suelta una risa cargada de superioridad

Desde el Olimpo hasta el inframundo se sabe que Afrodita y Hestia se odian. Peleas de mujeres que los dioses jamás entenderán.

- Nunca pensé que te agradecería a ti y al amor, pero gracias por esto - La diosa me despide con una palmada en el hombro para hacerme entrar al jardín

Afrodita mueve sus manos y pequeños destellos dorados caen sobre el jardín. El lugar es demasiado Afrodita, columnas de mármol blanco con rosas a su alrededor adornan un cenador muy privado a decir verdad. Una tonada romántica sale de algún lugar y una fuente enorme se alza en medio del jardín.

Estoy entre las sombras de las columnas, cuando la bella diosa entra con una expresión de confusión.

Muevo mis manos para que una rosa de un azul oscuro crezca a los pies de Perséfone, la única flor que ha crecido en el inframundo y fruto de la tristeza que embarcan las almas.

Salgo de las sombras y la diosa aún no se percata de mi presencia, esta observando la flor sin saber cómo nunca ha creado una como esa.

- ¿Tú la creaste? Es una rosa muy linda - la bella diosa me observa con cautela, sostiene la rosa en sus manos

- Si, aunque las flores no son lo mío - esbozó una sonrisa y la diosa imita mi gesto

- Si no eres un dios de la tierra ¿Cómo puedes crear flores? ni siquiera yo he hecho una rosa como esta - Perséfone me mira con curiosidad y no se como decirle que soy el dios del inframundo

- Porque nacen de la tristeza de las almas Perséfone y es algo que yo conozco muy bien - La diosa me observa curiosa y más tranquila

- Espera un momento ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién eres? - Hay un poco de impertinencia en la diosa

No la culpo, no sabe que soy uno de los 3 reyes.

- Llamame Hades - Dos palabras que hacen palidecer a Perséfone

- Y-yo lamento mis malos modales majestad, no sabía que era usted - Perséfone se inclina con una reverencia y mantiene su mirada baja

- No debes preocuparte por eso, tu también eres una diosa - Levanto su mentón con delicadeza haciéndola sonrojar

- Pero no soy reina, no podría ser alguien tan poderosa como usted - Perséfone me da una leve sonrisa, se subestima demasiado

Eres la diosa de la primavera, eres importante - Le ofrezco mi brazo y la diosa duda un poco pero acepta

Caminatas por un jardín, un poco común en los términos del romance.

Perséfone no es tan diferente a mi como creí, es más feroz de lo que aparenta pero no deja de ser la diosa más adorable de todo el universo.

- No eres tan temible como los mortales dicen - La sonrisa que me da, me pone de rodillas

- Y tu eres más hermosa de lo que hablan - Las mejillas sonrosadas delatan sus emociones

- Sabes, me mudare al Olimpo en unos días, deberías visitarme - Perséfone coloca un narciso en mi mano

- Así que ¿Logré agradar a la diosa de la primavera? - una delicada risa sale de sus labios, podría ver esa expresión por la eternidad

- El dios del inframundo no me trató como una conquista más, eso te da punto a tu favor - Me estoy debatiendo si debería besarla ahora mismo

¡Perséfone! ¿Dónde estás?

La voz de Hestia se escucha un tanto lejos de nosotros y como Afrodita prometió, el jardín empieza a ser visible para el Olimpo.

- Espero volver a verte, Perséfone - tomo su mano y depósito un beso en el dorso

- Espero volver a verte también, Hades - La diosa se pone de puntillas y me da un beso en la mejilla

La veo desaparecer mientras siento la mirada de Afrodita sobre mi, estoy jodido.

El amor me tiene de rodillas.

Perséfone Donde viven las historias. Descúbrelo ahora