IV

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Hades.

Otro día en el inframundo, pero algo raro pasa

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Otro día en el inframundo, pero algo raro pasa. Las almas murmuran desde el Elíseo hasta el Estigia. Probablemente por la visita de mi hermana Hestia.

Las Moiras deberán decirme que le mostraron que causo tanto revuelo en el inframundo. Preguntarles es lo más sensato.

- Hermanas, el inframundo murmura con fuerza y deseo saber que pasa.

- El inframundo clama de admiración, han logrado ver la belleza de una diosa luego de tantos siglos - Habla Cloto con serenidad en su voz

- Observe, mi señor - Láquesis movió sus manos para formar una niebla, logro ver a una chica de espaldas. Cabello platino moviéndose al viento, quizá alguna mortal que tendrá un trágico final que la traerá hasta mi reino

- ¿Acaso no la reconoce mi señor? - cuestiona Aisa, me limito a negar

- Es Perséfone, diosa de la primavera e hija de Deméter - Cloto mueve sus manos y me muestra a la diosa más bella de todo el maldito universo

Mi corazón se detiene, en toda mi vida había visto una diosa tan hermosa. La única vez que logre verla fue hace dos décadas, una bebé recibiendo la bendición de los padres del universo.

La veo, es simplemente perfecta, pero hay tristeza en sus ojos. ¿Qué podrá hacer sufrir a una diosa primaveral llena de vida como ella?

Agradezco a las Moiras y voy directo hasta mi carro, no puedo sacar a esa diosa de mi pensamiento. Luego de siglos siento vida dentro de mi.

Lo único que deseo es verla, saber si no estoy siendo engañado por mi mente. Esto se vuelve estúpido hasta para el rey del inframundo. Necesito visitar el Olimpo y verla, espero su madre no me intente asesinar antes de respirar cerca de ella.

Es bien sabido que Deméter no quiere dioses cerca de su hija, lo que jamás imagine es que su hija fuese Perséfone.

Pero no puedo aparecerme como si nada, debo tener una buena excusa para presentarme al Olimpo.

Y que mejor excusa que las guerras de los mortales. La afluencia de almas ha aumentado los últimos meses y todo por una estúpida guerra. Es momento de confrontar a mi estúpido hermano y sus decisiones sobre el mundo mortal.

Ordeno que se prepare mi carro mientras me preparo para salir de mis dominios. Me acompaño de mis típicas vestimentas negras y Tánatos deberá hacerse cargo del reino mientras tanto.

Atila, Furia, Burdeo, y Terror los sementales que tiran de mi carro esperan. Podría darme el lujo de llegar a lomos de un dragón pero no quiero asustar a la diosa.

Pero eres el rey del inframundo y el dios de los muertos. Eres tu el creador del miedo.

Oh mierda, la pequeña voz de mi cabeza tiene razón. Soy el temido a quien nadie menciona, y sigo pensando que una criatura puede asustar a Perséfone cuando la realidad es que yo mismo la espantare.

Perséfone Donde viven las historias. Descúbrelo ahora