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Perséfone.

Otro día peleando con mi madre como de costumbre

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Otro día peleando con mi madre como de costumbre. Si, los dioses sufrimos de problemas mortales también.

- ¡Vuelve aquí Kore no he terminado de hablar contigo! - mi madre grita por una estupidez como siempre

- Madre solo quiero cinco minutos sola ¡Es demasiado pedir cinco minutos para mi! - Empiezo a alterarme y Zeus libre a mi madre si llego a explotar esta vez

- Kore, cariño no entiendes que es por tu bien - mi madre empieza con uno de sus discursos otra vez

- Madre, te lo estoy pidiendo. Lo único que quiero es recoger flores y practicar mis poderes un rato es todo - respiro para no arruinar mi intento de paz

- Kore, sabes muy bien que no puedes andar sola. No con tantos dioses en busca de ingenuas y vulnerables doncellas como tú - de nuevo la charla sobre lo débil que soy, como si no lo supiera ya

- Madre estamos en tus dominios, sabes que si necesito ayuda tu lo podrás controlar. Eres Deméter y en tus tierras eres la más poderosa - Oh como amo este truco que me enseño Atenea.

Se queda pensativa durante un rato, espero haber logrado algún avance, si es así yo misma le haré una estatua a Atenea como la más sabia del universo. Ganar una pelea con mi madre no tiene precio.

- Bien, lograste convencerme Kore. Puedes ir a los campos pero no te alejes demasiado del palacio, llámame si me necesitas - me limito ha asentir y caminar con una sonrisa en mi rostro

Siento mi poder fluir en mis manos, flores empiezan a brotar. Rosas, gardenias, amapolas, y los narcisos; mis favoritos.

Desearía ser una diosa mayor, alguien importante como mi tía Hera la reina de todo el universo. Lo sé, todo el mundo habla de su matrimonio infeliz pero nadie habla de como maneja su título de reina.

Hestia una diosa inquebrantable que se impuso ante Zeus para hacerse valer, Artemisa la diosa de la caza y la luna y Atenea la diosa de la guerra y la sabiduría. Ni el mismísimo Ares pudo ganarle.

No sé que espera mi madre que haga junto a esas formidables diosas, si lo único que se hacer es brotar plantas. Siento mis poderes hacerse cada día más débiles entre más me controla mi madre.

Los que antes eran destellos rojos ahora son de un rosa pálido, casi blanquecino. Mi madre cree que es porque los aprendí a controlar, mientras yo creo que me vuelvo cada día más débil.

Me recuesto sintiendo la luz del sol, el calor invade mi cuerpo. El sonido del mar en la lejanía me relaja, esta clase de momentos me hace sentir en paz.

Paz que dura menos de un minuto porque siento la luz del sol desaparecer.

No puede ser posible que ahora mi madre controle el clima también. Lo que me faltaba.

Elevo mi vista al cielo y observo un carro negro, tirado por cuatro caballos del mismo color. No conozco a ningún dios o diosa que porte tal oscuridad.

Me parece extraño que mi madre no se haya aparecido para enviarme de vuelta al templo, usualmente lo hace cuando pasa un dios o Afrodita porque cree que me va a "tentar" a dejar mi camino.

La única realidad es que no tengo ningún camino, solo soy un títere en las manos de mi madre para demostrar lo poderosa que es.

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