6. La hermana fantasma.

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«Ante ti se abre un camino para el que has sido elegido

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«Ante ti se abre un camino para el que has sido elegido. Los dioses te aguardan».

Siddhartha, de Hermann Hesse[*].

Nathan se hallaba tan inquieto que no paraba de moverse por su despacho en The Voice of London. Lo recorría de un lado a otro con enormes zancadas, como si fuese un tigre enjaulado. Pensaba que, por lo poco productivo que resultaba durante esta jornada, bien podría haberse quedado en casa al igual que los días anteriores.

—¿Qué te sucede hermanito? —le preguntó lady Elizabeth al aparecer de la nada; caminó hasta el sofá próximo y se sentó.

—¡Es largo de contar! —Se pasó la mano por el pelo y se lo desacomodó.

     A continuación la contempló con cariño y se le situó al lado. Se comunicaban desde hacía largo tiempo y eran afortunados porque la muerte no había conseguido romper el estrecho vínculo que mantenían en vida. Aunque esto también tenía que agradecérselo a Dan, porque al principio Liz le hablaba y no la escuchaba ni la entendía.

     Supo por Bryan —un amigo en común— acerca de sus aptitudes como médium cuando le preguntó si conocía a alguien que le permitiese contactar con el espectro. Así, dos meses después del inicio de las apariciones, su actual esposa resolvió el inconveniente luego de una extensa charla con su hermana. Lo que inquietaba a la fallecida y que no le permitía el descanso eterno era que deseaba que cumpliese con su última voluntad, porque era tan joven al fallecer que ni tiempo le había dado de otorgar testamento. Recordó —también con nostalgia— que esta fue la primera noche en la que hizo el amor con Dan, en la cama antigua del castillo medieval que había sido propiedad de Liz. En realidad, ese fue el instante mágico en el que se enamoró de ella, pues a partir de ahí nunca volvió a ser el mismo hombre despreocupado de antes.

—Creo que mi mujer se divorciará de mí —le confesó y se removió sobre el sofá en degradados azules mientras sentía que se desinflaba como un globo pinchado—. Cuando estuvo con Willem en el Antiguo Egipto retomaron la relación. Imagina, entonces, dónde quedo yo. ¡Ellos tienen tres hijos en común! ¿Me entiendes?

—Analízalo desde una perspectiva más optimista, hermanito. —El espíritu se le acomodó al costado y lo analizó con ternura—. Hace años Danielle te salvó de morir en la misión de Brooklyn. Y durante todo este lapso has tenido una vida plena. Además, los hijos de ellos son también tus hijos. ¿Acaso no te llamaron papá antes que al padre biológico?... Y no te olvides de que debes prepararte para las separaciones, Nathan, es ley de vida. Recuerda que cuando nos morimos siempre nos vamos solos.

—Lo siento, Liz, no pretendía entristecerte. —La abrazó y la cabellera se le elevó en dirección al techo—. Me encuentro en un dilema, no sé muy bien qué camino tomar. Willem me ha dicho que podríamos llegar a algún tipo de acuerdo entre los tres, pero no me fío ni un pelo de él.

—Pues quizá es tiempo de que analices el pasado y de que lo veas desde afuera. —Y movió el brazo con tanta energía que parecía las aspas giratorias de un helicóptero.

La médium del periódico #5. Las runas malditas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora