🔞ATENCIÓN, ESTA HISTORIA ESTÁ CATALOGADA COMO MADURA. 🔞
PUEDES LEER ESTA OBRA SIN QUE HAYAS PASADO POR LA ANTERIOR. CADA AVENTURA DE LA SAGA ES AUTÓNOMA. LA NOVELA 1, THE VOICE OF LONDON, ES ÉXITO DE WATTPAD WEBTOON STUDIOS.
El cometido prioritari...
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«Amigo en la adversidad, amigo de verdad».
Refrán popular.
Nathan y Brooke huyeron de la vivienda del jarl como almas que lleva el viento. Se alejaron con rapidez en la dirección que, por el trasiego de personas, suponían que encontrarían una ciudad. Entraron en un bosque. Luego siguieron por una red de caminos. A continuación superaron un riachuelo. Y, por último, transitaron a lo largo de una senda.
Cuando creyó que se hallaban a salvo, Brooke les anunció:
—Vosotros quedaos aquí, no os mováis. Iré al fiordo al que salieron los pequeños. Y traigo a Danielle, a Willem, a Cleo y a Chris hasta aquí.
—Buena idea, acá te esperamos. —Nathan movió la cabeza de arriba abajo con énfasis, en tanto le quitaba a Daniel de los brazos y lo cargaba junto a las hermanas—. Los pequeños no deben seguir apartados de sus padres. Estuvieron meses conmigo cuando Satanás los envió al Antiguo Egipto.
La joven cerró los ojos y se concentró. Unió los detalles aislados que su compañero le proporcionó para imaginar el sitio al que arribaron los niños a través del portal. Visualizó las montañas que lo rodeaban, las playas de arena gruesa, el perfume a salitre y a algas, el agua transparente, las marsopas que saltaban y que se divertían unas con las otras... Pero nada ocurrió. Parecía que le hubiesen colocado un ancla de diez mil toneladas.
—¿Qué pasa? —le preguntó Nathan varios minutos después, al apreciar que no había ningún cambio.
—¡Ni idea! No puedo ir allí —murmuró para no asustar a los bebés, que eran demasiado precoces.
—Quizá te he descrito el lugar de una forma muy vaga e imprecisa y por eso no viajas. —Lord Nathan se negaba a darse por vencido cuando no tenían otro medio a la disposición—. Prueba, mejor, ir hacia el monte Songshan con los niños y yo espero solo a los demás. Los pequeños no merecen pasar necesidades, Da Mo puede hacerse cargo de ellos.
—¡Genial! —Y en un arrebato de entusiasmo Brooke le plantó un beso sobre la mejilla.
Los tres bebés chillaron:
—¡Beso, beso, beso!
—¡Papá Nat y Book! —Helen lanzó un gorgorito y aplaudió de alegría, al tiempo que pensaba que le gustaría haber hecho lo mismo con Bjørn.
Ante estas reacciones infantiles se quedó colorada igual que un tomate y sin saber qué responder. Nathan estaba casado con Danielle, que ahora era su amiga. ¿Cómo había sido capaz de montar esta escena?
—No te apenes, Brooke, es algo normal. —Y, para su desconcierto, él también le dio un beso en el cachete.
—¡Beso, beso, beso! —festejaron los trillizos al unísono.
