«Del norte saldrá el mal y caerá sobre todos los habitantes de la tierra».
Profeta Jeremías,
Siglo VII a. C[1].
—¡Despertad, tortolitos! —La voz de Cleo me arroja del sueño más profundo a la realidad, aunque debo reconocer que es la primera vez desde que llegamos del Antiguo Egipto que me despierto con la sensación de haber descansado.
Mi mafioso se levanta de un salto, los abraza y después pronuncia:
—¡Sabemos dónde están los niños! Nathan ha ido detrás de ellos.
Y lo escucho en tanto relata lo que ha sucedido mientras mis amigos se hallaban ausentes. Compruebo —con el corazón en un puño— cómo los rostros pasan del sonrosado a la palidez total.
—¿Estás bien, Dany? —Vuelvo a caer en el vacío y solo atino a alzarme de hombros ante la pregunta de mi compañera, porque sé que si hablo los sollozos tomarán el control; me he fugado de la verdad durante la noche, mientras mi novio y yo hacíamos el amor una y otra vez para consolarnos—. No te preocupes, ahora mismo intento viajar al pasado y los traigo antes de que se encuentren con los vikingos.
Deja la mochila sobre el suelo y se concentra. El esfuerzo es mayúsculo, cada porción de mi amiga se tensa. Pero le sucede lo mismo que a mí y no consigue viajar.
—¡No entiendo qué pasa! —Un manto de pesimismo la envuelve—. Debemos de haber perdido la energía al llegar aquí. ¡¿Cómo conseguiremos volver?!
—Recuerda que Brooke nos ayudará. Os mostraré desde dónde se los han llevado. —Se ofrece mi delincuente.
Deduzco que la intención es distraernos y que no nos agobiemos. Empezamos a caminar hacia allí, cada pareja de la mano. Demoramos alrededor de quince minutos porque los pasos son rápidos y no nos detenemos a analizar la arena ni el agua como la primera vez. Al arribar, Chris escruta la entrada de la bahía y los riscos que rodean la playa. Y, aunque no lo diga, intuyo que piensa que recuperar a los bebés le parece una odisea similar a conquistar Marte yendo desde la Tierra montado en un monopatín. Debo agradecer que no verbalice su escepticismo y que se muestre cooperativo.
—Del otro lado de las montañas no hay nada —me aclara Cleopatra y se recoge la abundante cabellera en una coleta, como si se preparase para la acción—. Es una isla bastante grande, pero sin presencia humana. Ahora es verano y todo se ve hermoso, me imagino que esto en invierno se congela. —Se sacude por un escalofrío, igual que si la nieve, el hielo y el viento le rodeasen el cuerpo.
Willem coge la botella de plástico que ha terminado, la tira y ve cómo flota.
—La corriente y el viento se dirigen en la dirección que tomaron los vikingos. —Se frota la frente, pensativo, y luego se agacha para probar el agua—. No es tan salada como la del océano Atlántico o la del mar del Norte. Aunque no esté tan salobre como en la actualidad, me atrevo a asegurar que es el mar Báltico. Por desgracia hoy en día hay muchas partes sin oxígeno, y, por tanto, sin vida, pero si consideramos que nos hallamos alrededor de mil años atrás ahora mismo está lleno de especímenes y libre de contaminación.
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La médium del periódico #5. Las runas malditas.
Fantasy🔞ATENCIÓN, ESTA HISTORIA ESTÁ CATALOGADA COMO MADURA. 🔞 PUEDES LEER ESTA OBRA SIN QUE HAYAS PASADO POR LA ANTERIOR. CADA AVENTURA DE LA SAGA ES AUTÓNOMA. LA NOVELA 1, THE VOICE OF LONDON, ES ÉXITO DE WATTPAD WEBTOON STUDIOS. El cometido prioritari...