EPÍLOGO. Redención.

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«La muerte es el comienzo de la inmortalidad»

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«La muerte es el comienzo de la inmortalidad».

Maximilien Robespierre.

La sala del hospital privado se hallaba colmada de personas y de fantasmas corporizados que querían a Danielle. A los espíritus les parecía lo más natural del mundo esperar allí mientras la joven daba a luz. Y tan importante como para abandonar por unas horas el Más Allá.

—¡Dios mío, Tony, deja ya mismo de caminar de un lado al otro, me pones nerviosa! —lo regañó lady Helen y lo sujetó del codo para que se sentase: con este agarre consiguió que la corta cabellera rubia, plena de suaves rizos, se le elevase en dirección al techo.

—¡No aguanto la tensión, es demasiado para mí! —vociferó el padre adoptivo de Danielle mientras la obedecía, el olor a antiséptico y a lejía lo descontrolaba—. ¡¿Cómo puede llevar más de ocho horas en trabajo de parto?!

—Te confieso que por momentos desearía que Willem la hubiese embarazado igual que la vez anterior. —La anciana soltó el aire contenido sin mencionar a la madre de alquiler, aunque todos la entendieron.

—No se preocupe, lady Helen, Danielle cuenta con apoyo en el otro mundo. Isis, Tueris y Bes la protegerán —la consoló Cleopatra y fue hasta ella y le dio un cariñoso apretón en el hombro.

—No se olvide de que aquí está Da Mo para recordarnos que nuestra querida Dany se encuentra en las mejores manos —recalcó Brooke y señaló al monje.

—No sé por qué os contamináis con este temor infundado si todo saldrá perfecto. —Nostradamus le propinó una palmadita en el brazo a la reina Catalina, quien también se había contagiado del nerviosismo—. Escuchad, ahora, mi predicción:

Danielle dará a luz a Ágape

en media hora y no más.

Una pequeña que a nada le teme

y que demorará en mostrar su poder.

—Pues pongo el cronómetro —indicó Operaciones, práctico como siempre—. De este modo podré dar fe de que sus predicciones son efectivas al cien por cien.

     El jefe de la médium no se molestó cuando el astrólogo le clavó la mirada y frunció el entrecejo igual que si fuese una molesta mosca. Estaba acostumbrado a caerle mal a los espectros. No en vano el samurái Taira no Masakado lo había lanzado por el aire en la boda de Cleopatra y más adelante había recibido de las brujas un trato similar.

—¿Recuerda? Así fue cómo conocí a Danielle e intenté reclutarla para el Secret Intelligence Service —le musitó Noah Stone a su superior y señaló al adivino—. Como no lo podía ver pensaba que todo era un cuento. ¡Nada más lejos! ¡Y ahora, encima, está aquí! Ella significa muchísimo para todos. —Y se recreó al pronunciar el nombre de la muchacha con voz sensual.

La médium del periódico #5. Las runas malditas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora