Capitulo 18: "Sin nada que perder porque ya no tienes más que arrojar..."

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Narra Jonah

Estaba más claro que el agua que Ian estaba molestando más de lo habitual a Elaine. Y no quería que se acercara a ella en absoluto.

Durante la comida, Elaine estaba en otro mundo, ignorando los comentarios del resto. Ian no paraba de mirarla y, bueno, yo no paraba de sentirme mal sin saber por qué.

— Deberíamos de salir a dar una vuelta —habló Alicia.

— Sí, el bosque está muy verde y podría hacer buenas fotos —sonrió Grace.

— ¡Comprado! Nos vamos esta tarde al bosque —miré a Elaine que no quitaba ojo de su plato. Le di suavemente con el codo y subió la mirada hasta mis ojos.

— ¿Qué quieres?

— ¿Quieres ir al bosque?

— Me da igual —echó la silla hacia atrás y se levantó para llevar el plato al fregadero. Todos se callaron y miraron cómo caminaba hasta la cocina, poco después se levantó Ian para ir detrás de ella.

— No. Ya voy yo —dije levantándome a la vez que él acercaba la silla a la mesa. Callado, se dirigió al sillón y mis pies fueron hacia Elaine. Cuando llegué a su lado, tenía las manos húmedas y con jabón. Sujetaba el plato que había usado y lo limpiaba con fuerza.

— No me apetece ir —dijo una vez que me apoyé en la encimera.

— No pasa nada, puedo quedarme aquí contigo y hacerte compañía.

— Sé cuidar de mí misma —me fijé por un momento en ella y llegué a la conclusión de que para nada puede cuidarse de ella misma, es más débil que Grace, o incluso que Alicia. Por otra parte, no quería presionarla más, se ve a kilómetros que necesita un tiempo a solas.

— Está bien, puedes quedarte aquí sola si lo prefieres —me marché al salón para decírselo al resto. Ian no parecía sorprendido, sin embargo pude notar cómo a él se le iban quitando las ganas poco a poco de ir con nosotros y quedarse en la casa. Últimamente está muy sospechoso, desde que tuve la pelea con Elaine por primera vez, se acercó a ella instantáneamente, cuando hicimos el pacto, se separó. En la fiesta debió suceder algo, porque, era muy extraño que desaparecieran los dos a la vez, prácticamente. Y hoy, antes de comer, estaban discutiendo. Sea lo que sea, está sucediendo algo y necesito saber el qué. Me encantaría hablar de ello con alguien, pero, ¿con quién? Daniel y Alicia no, es imposible, están siempre a su bola y no me comprenderían. Y… Solo queda Grace. Tampoco puedo. Se enfadaría si creo que su “novio” o lo que quiera ser está sospechoso con Elaine. Me tenía que morder la lengua.

— Saldremos en media hora, deberías ir preparándote —me señaló Daniel con su dedo. Yo asentí y subí a mi habitación. Elaine estaba tumbada en la cama hecha una bola. Me acerqué y me senté a su lado. Puse una de mis manos en su cabello y se lo acaricié.

— Jonah… —se apoyó sobre su codo izquierdo para estar a mi altura— Gracias por todo. Eres el mejor —se abalanzó hacia mí y me dio un abrazo. Quedé anonadado y me costó devolvérselo.

— Cualquier cosa que necesites, dímelo. Si quieres que me quede contigo ahora, no me importa... La verdad es que no tengo muchas ganas de ir al bosque... —me miró a los ojos y pestañeó un par de veces. 
— ¿Te quedarías por mí? 
— Por supuesto Elaine, no lo dudes ni un instante —se acomodó y se sentó en la cama de forma que, sus ojos estaban a la altura de los míos. 
— Gracias —sonrió y me dio un beso en la mejilla.
— Iré a decírselo a los demás.

En cuanto se lo dije al grupo, las chicas me miraron tiernamente, Daniel me sonrió de lado e Ian se hizo el loco y salió de la casa murmurando un "venga vámonos de una vez".
Subí las escaleras y entré a nuestra habitación sin llamar a la puerta. Elaine estaba envuelta en una toalla.
— Pensé en darme una ducha... Son 10 minutos, no tardo —noté cómo mis mejillas explotaban en un rojo brillante. 
— Cla-claro. Puedo esperarte abajo en el salón... 
— No tranquilo, me es igual —hizo una breve sonrisa y salió de la habitación. Cuando me quedé solo, miré a mí alrededor y vi un libro en la mesilla de noche en el lado que iba a dormir Elaine. Miré la portada. No tenía ni idea de aquella obra. Abrí la primera página y comencé a leer.

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