Capitulo 20: Chicos, ¿dónde está Ian?

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Narra Grace

Una vez sentados en el restaurante, la camarera nos preguntó por nuestras bebidas. Todos pedimos cerveza excepto Daniel que era el que conducía.

— Qué sano, como a mí me gustan —coqueteó la muchacha de veintimuchos años. Alicia subió las cejas y en cuanto se marchó de allí con nuestro pedido, Daniel pasó su brazo por sus hombros.

— Me gusta verte así —besó su sien.

— No me hace gracia, estabais tonteando.

— No, fue ella. Yo no tenía intenciones. Y tampoco las tengo o quiero tener —quitó un mechón de pelo de su cara y besó su mejilla.

— ¿Podéis dejar de ser tan empalagosos? —pregunté con una mueca.

— ¿Envidia? —preguntó Daniel mofándose de mí.

— En absoluto, pero lleváis así todo el día y cansa...

— Ya, claro... —la camarera dejó la bebida en la mesa y se marchó—. Dile a Ian que te dé cariño —lo miré, estaba a mi izquierda. Tenía la mirada fija en Daniel.

— No creo que haga falta que sea tan mimoso para que sepa que la quiero —Elaine comenzó a atragantarse con su cerveza. Jonah puso su mano en su espalda y la ayudó a que se le pasara con un pequeño masaje. Todos centramos la atención en ellos. Elaine tuvo un pequeño reto de miradas con Ian. Fue extraño.

La camarera volvió de nuevo para apuntar qué íbamos a comer. Al terminar, se marchó y nos dejó de nuevo a lo nuestro.

Miré hacía Ian que seguía mirando hacia Elaine. Le agarré del brazo y tiré de él hacia mí.

— ¿Qué quieres? —dijo de manera fría. Parpadeé un par de veces y solté su brazo.

— Da igual... —era de esperar por su parte que no insistiera, pero una parte de mí, pensó que lo haría.  La intuición me falló. No volví a hablar con Ian en el resto de la cena. Llevaba enfadado toda la cena y no sé el porqué.

En cuanto llegamos al bar, fueron todos directos a la barra a pedir una consumición de alcohol. La música se fue apoderando poco a poco de nuestros cuerpos provocando que nuestras caderas se movieran al ritmo de la canción.

A mi segunda copa, las chicas decidieron hacer ronda de chupitos.

— Una, dos y... Tres —bebimos de una y volvimos a dejar el vasito en la mesa.

— ¿Otra? —preguntó Alicia tambaleándose.

— No —zanjó Elaine—. Tengo cosas que hacer —se retiró de nuestro lado, acercándose a Jonah. Lo agarró de la camisa y lo atrajo hacia ella.

— ¡Te dije que estaban juntos! —chilló Alicia mientras le daba un pequeño golpe en el brazo a Daniel. De nuevo esa sensación. Pedí otra copa, me lo prepararon y cuando le di el primer sorbo, me dispuse a buscar a Ian, sin embargo me encontré a Daniel y Alicia en pleno morreo.

— Chicos... —interrumpí. Dios, qué molesto es esto—. Chicos —repetí de nuevo—, ¿dónde está Ian? —Daniel se separó y señaló hacia unas escaleras. Fui hasta ellas pero no encontré nada. Di un sorbo a la copa y me dispuse a volver donde estaban ellos aunque estuviera como sujetavelas. A mitad del camino me encontré con Elaine y Jonah.

— ¡Grace! —mi mejor amiga se abalanzó a mis brazos y me rodeó con los suyos— tengo que contarte una cosa —abrió sus ojos de par en par y miró a Jonah—. Pero ahora no puedo, está Jonah aquí —se rió tapándose la boca y pegó un chillido cuando los dientes del chico se clavaron en su cuello. Subió sus cejas repetidamente y se despidió—: ¡Te veo luego!

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