12 - Mamihlapinatapei

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"Mamihlapinatapei: el ambiente entre dos personas que están enamoradas pero tienen demasiado miedo como para dar el primer paso."

-¿Quieres calmarte? Me vas a marear de tanto dar vueltas en círculos.

-¡Cállate! ¡Tú estabas igual de nervioso cuando el idiota de tu novio se te confesó!

-Pero porque nosotros fuimos puros y virginales, no como otros. Relájate, ChengCheng, Lan Huan y tú lleváis literalmente meses en la fase de folleteo. -Rojo como un tomate, Jiang Cheng fulminó a su hermano con la mirada. Parecía capaz de asesinarlo ahí mismo con el primer tenedor que pillase, y tenía uno muy, muy cerquita, pero Wei Ying era un temerario. Se limitó a sonreírle y a seguir disfrutando de la hilarante escena que era ver a su hermanito tan nervioso. Llevaba literalmente veinte minutos (desde que recibió ese fatídico mensaje de su no-novio) dando vueltas alrededor de la mesa de la cocina, justo donde el otro estudiante universitario almorzaba un sándwich entre partida y partida del Valorant. Cómo aprovechan algunos después de terminar los exámenes finales-. Además, por lo que me has contado... no ha dicho nada de confesarse.

-Ya, bueno, pero es la primera vez que quedamos, ya sabes... que quedamos en condiciones.

-¿Cómo quedáis en circunstancias normales?

-Le mando la dirección de un hotel o me avisa cuando su hermano no está en casa. No salimos para ir al cine, ni a cenar ni nada por el estilo. Nada como esto.

-Vaya, vaya, así que el que lleva las cosas de los hoteles eres tú, ¿eh, pillín?

-¡Es culpa tuya! ¡Si no estuvieses haciendo fiestas o viciando a algo todo el puto día podría traérmelo! ¡Además, ese no es el tema!

-Procuraré salir de paseo más a menudo. De todas formas, si algún día quieres tener la casa libre, solo tienes que pedírmelo y desapareceré unas horas. ¿Con dos os va bien o Lan Huan también es de los que duran mucho? Porque Lan Zhan y yo la verdad es que somos capaces de estar hasta cin...

-¡Wei Ying!

-Vale, vale, ya me centro. -Rio el mayor de los dos hermanos-. Bueno, pues es la primera vez que te invita a una cita en condiciones. ¿Y qué?

-¿Cómo que "y qué"?

-Quiero decir... ¿acaso no te hace ilusión? Porque te veo con ganas de algo más que tirártelo.

Un poco más serio, la sonrisa de Wei Ying se dulcificó. Tenía un punto similar a la de Jiang YanLi, a quién le habría pedido consejo si no hubiera estado ya bastante ocupada con el tema de su maternidad. Con lo poco que dormían ella y su marido últimamente, mejor no molestarlos más de lo necesario, y menos con sus ridículos problemas amorosos que casi parecían dignos de un adolescente hormonado y no de un universitario hecho y derecho. Gracias a ese gesto reconfortante Jiang Cheng detuvo su vagar en seco y, solo por una vez y sin que sirva de precedentes, se atrevió a mirar en dirección a su hermano con ojos asustados. Sentía que el corazón se le saldría por la garganta en cualquier momento de lo nervioso que estaba. La idea de que Lan Huan quisiese intentar algo con él, algo serio, le provocaba tanto terror como alegría. Si pudiera, si se viese capaz, se confesaría él mismo directamente. Ya lo había pensado en más de una ocasión, muchas veces incluso durante algún polvo. Sin embargo, cada vez que pensaba en abrir la boca y hablar de sus sentimientos, las palabras morían en su garganta, incapaces de alcanzar sus cuerdas vocales. Los pensamientos se convertían en una avalancha catastrofista y simplemente sería capaz de marcharse avergonzado de la escena del crimen. Y le daba miedo que, por su inseguridad infundada, fuese a hacer lo mismo durante aquella cita. O, incluso algo peor.

-¿Y si le rechazo sin querer?

-¿Pero qué tonterías me estás contando? ¿Cómo vas a rechazarle? ¡Es Lan Huan! ¡Te acuestas desde hace meses con el soltero de oro de la facultad!

-¡Eso ya lo sé! ¡No lo digo por él!

-¿Entonces?

-¡Yo qué sé! ¿Y si me acobardo, digo algo que no quiero decir y huyo? No podría volver a mirarle a la cara.

-Pues no lo hagas.

-No es tan fácil.

-Claro que lo es, pero tú lo haces más difícil de lo necesario. Estás asustado y no quieres verlo, pero es obvio para todo el resto del mundo.

-¿El qué es obvio?

-Que le gustas, y mucho además. Y también es condenadamente evidente que te gusta. -Siendo por una vez esa nota de calma que Jiang Cheng tanto necesitaba, Wei Ying dejó su sándwich a un lado, se levantó de la silla y se acercó a su hermano. Cuando estuvieron frente a frente le agarró por los hombros, sonriendo-. Mira, Lan Huan y tú tenéis algo. Es el mismo algo que hace que la gente ponga los ojos en blanco cuando nos ven a Lan Zhan y a mí acaramelados. Tenéis el algo de las parejitas enamoradas, solo que todavía no os habéis atrevido a dar el primer paso, pero es evidente. Cómo le miras, cómo te mira... entre vosotros dos hay sentimientos. Sentimientos que, por mucho que te pese, hermanito, van más allá de la atracción sexual.

Aunque parecía reticente a aceptarlo, y eso que sabía que estaba enamorado, Jiang Cheng suspiró y desvió la mirada. No tan en el fondo, estaba deseando que llegase esa cita. Estaba deseando verle y pasar tiempo a su lado, el cómo y el cuándo le traían sin cuidado. Y es que incluso para él eran innegables las miradas que intercambiaban. Ahora bien, que se atreviesen a confesarse en esa primera cita en condiciones era una cosa muy distinta. Y, siento decir, que les costó un par o tres poner sus sentimientos en palabras. Wei Ying y Lan Zhan acabaron desesperados. Sobre todo porque, como se retrasasen un poco más, Wei Ying perdería cierta apuesta que había hecho con Nie HuaiSang y Meng Yao, y como no tenía dinero nunca, le tocaría a Lan Zhan pagarla.

Inefable [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora