"Cataglottism: besar con lengua."
Agua clara del turquesa más resplandeciente. Burbujas blancas causadas por la repentina intrusión de un cuerpo sólido en el líquido. Jiang Cheng las contempló elevarse, explotarse y ofrecerle la figura de su marido como resultado. Aun bajo el agua, Lan Huan le sonreía como siempre hacía, con esa dulzura que no tenía ni rastro de su cortesía habitual. Y, por una vez, él sonrió en respuesta. Porque estaba feliz, sencillamente por eso.
La camisa blanca y abierta de Lan Huan ondeaba en torno a su torso, ya empapada. Ambos estaban bajo el agua, bajo las tímidas olas de aquel lago al que les había conducido su acampada. Vaya forma de celebrar su aniversario, la verdad. Al principio Jiang Cheng no las tenía todas consigo, pero por una vez había decidido ceder. Quizá porque confiaba en su esposo más que en sí mismo, o quizá porque la última vez que planeó él un viaje se tiraron seis horas en mitad de la nada esperando a que repararan una vía de tren. Al final, fue una buena idea. El lugar era precioso, un bosque de exuberantes colores y vibrante vegetación, riachuelos cristalinos de aguas tan gélidas como revitalizantes, y lo tenían solo para ellos dos. Estaban perdidos en una naturaleza que parecía sacada de cuento de hadas, y era maravilloso. Además su perro, Sandu, un inquieto pastor alemán, estaba encantado. Incluso dentro del agua le oían ladrar, alegre y entusiasmado. Con lo juguetón y amante de la natación que era, seguro que no tardaría ni cinco minutos en unírseles.
Sin haber llegado a emerger para respirar, dio comienzo un juego entre la pareja. Se sonrieron, se persiguieron y trataron de pillarse el uno al otro mientras buceaban. A veces las manos de Lan Huan resbalaban sobre la cintura ajena y a veces eran los dedos de Jiang Cheng los que se enredaban en los cabellos contrarios. Poco importaban las distinciones, el quién tocaba a quién. En meros segundos, sus bocas se encontraron bajo el agua, tan ansiosas como eufóricas.
Se besaron, se besaron cientos de veces. Al aire, en el agua, en tierra firme... Se besaron hasta que se les agotó el oxígeno, hasta perder el aliento y la cuenta de las veces que sus lenguas se habían encontrado. Se besaron como si no hubiera un mañana, como si no hubieran vivido ningún ayer. Se besaron como se besan dos amantes que han estado separados durante años y que, al reencontrarse, no se atreven a desperdiciar un solo minuto juntos. No era su caso, por supuesto, pero lo parecía. Sus vidas, como las de cualquier joven adulto que lucha por mantenerse a flote en un estricto mercado laboral, eran estresantes y demandantes. Ese beso era una liberación a todo ese estrés, unas merecidas vacaciones en los labios ajenos, su lugar favorito del mundo. Y era también un agradecimiento mutuo. Porque a veces Jiang Cheng pensaba que se caería, que no podía más, y ahí estaba la mano de Lan Huan, agarrándole antes de dar un paso en falso al vacío. Porque a veces Lan Huan se sentía sobrepasado, abrumado y acobardado ante las exigencias de su trabajo y de su familia, y ahí sentía dos palmas suaves en su espalda que paraban su retroceso y le animaban a ir hacia adelante.
-Te dije que salir de acampada era buena idea, A-Cheng.
Cuando salieron a la superficie, Jiang Cheng le frunció el ceño momentáneamente. La sonrisa perduraba, aunque solo de medio lado, y le restaba cierto efecto. Sandu ladró desde la orilla justo antes de empezar a nadar hasta sus dueños. Al final, ninguno de los dos pudo evitar una carcajada.
-Eres bobo, Lan Huan.
-¿Y acaso no me quieres así?
-Nunca he dicho lo contrario.
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Inefable [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi fanfic]
FanfictionColección de one-shots XiCheng basada en un post que me encontré por Tumblr hace como mil años, cuando lo usaba. Porque si las palabras son tan variadas y hay tantísimas que no conocemos... ¿por qué no emplearlas para contar historias, lo que más no...