Cuidalo.

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Orihime se levantó 15 minutos antes que el día anterior, sabía que, sí se retrasaba no iba a tener la misma suerte y el autobús esta vez sí se iría sin ella. Así que, salió y caminó con paso apresurado, era aproximadamente las 6 de la mañana, y el cielo aún se veía oscuro.
Llegó a la base con 8 minutos de anticipación y sonrío con orgullo.
—Muy bien hecho, Orihime —Se dijo a sí misma y la persona que está enfrente de ella la miró raro, pero, no le tomó importancia.
Un par de minutos después llegó su amigo Ichigo.
—Hola, Inoue-san, que sorpresa, si estás aquí, significa que ayer si te dieron el empleo.
—Así es, Kurosaki-kun, lo obtuve.
—¿Y de que se trata?
—Soy auxiliar de una disquera —Él la miró confundido.
—¿Sabes algo de disqueras?
—Por supuesto que no, por ahora estoy en capacitación, sirvo café y té por el momento.
Ichigo rio con fuerza.
—Bueno, por algo se empieza.
El autobús llegó y siguieron platicando sobre cosas banales, en la base siguiente cada uno tomó su propio rumbo.
Llegó a la empresa y vio la lámina de protección, pensó si debería entrar o esperar a Nell.
Se acercó, pero, esta vez no había manera de entrar.
—Qué raro —Dijo —Seguro que hoy es el día libre de Ulquiorra.
Vio llegar a lo lejos a Nell, ésta venía a paso lento. Cuando miró Orihime, se sorprendió.
—¿Orihime-chan? ¿Qué haces aquí? Aún falta una hora para que empiece tu turno.
—¿Una hora? —Miró su reloj, apenas eran las 7:00 —Como nadie me dijo nada ayer, pensé que debería de llegar a la misma hora siempre —Nelliel rio con fuerza.
—Lo siento, ayer olvidé hacer tu horario, error mío —Levantó la cortina y las dos entraron —Ahora, por mi culpa, tendrás que esperar aquí toda una hora.
—No me molesta.
—¿Qué haces aquí, mujer? —Preguntó Ulquiorra al verla.
—Error mío —Se adelantó Nelliel —Olvidé hacer su horario.
—Hmp —Fue lo único que contestó Ulquiorra antes de subir las escaleras.
Poco a poco los empleados llegaban y la rutina se repetía una vez más.
«Un nuevo día »Pensó Orihime.
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Orihime ya llevaba un poco más de un mes trabajando, y sí, se había salvado de ser despedida en la semana de convocatorias, Aizen aceptó que aprendía muy rápido y era disciplinada, Ulquiorra también había abogado por ella, cosa que le sorprendió.
Ya le era de más ayuda a Ulquiorra y a los demás Espadas (como los solía llamar Aizen y aún no sabía porque).
Ulquiorra ya no iba tanto tras de ella regañándola por algo que hiciera mal, cosa que se agradecían ambos. Orihime ya tampoco iba por los desayunos y comidas de los Espadas, puesto que se quedaba con Ulquiorra traspasando pistas y haciendo arreglos.
En el transcurso de ese mes ya tres grupos habían ido a grabar y en las tres veces aprendió mucho de la nueva maquinaria.
Su horario laboral iniciaba a las 8:00, pero, ella llegaba una hora antes para platicar con Nelliel. Y ya había descubierto varias cosas de ella, como que terminó la universidad a los 24 (ahora tenía 27). Vivía sola, y justamente, como ella pensaba, trabajaba tantas horas para no sentirse sola en casa.
También había descubierto varias cosas de algunos Espadas (de los que más relación tenían con ella), por ejemplo: Ulquiorra, Grimmjow y Nnoitra habían estudiado en la misma preparatoria. Supo por parte de Grimmjow qué Ulquiorra dejó la universidad para cuidar a su hijo y la retomó por línea cuando el niño entró a la primaria, es decir, hace un año (para ella el niño se veía mucho mayor de su edad), y en la disquera ya llevaba diez años trabajando. También, Aizen le tenía mucha confianza, así que lo dejaba ir temprano para que terminara su trabajo en casa, por eso algunos Espadas lo envidiaban.
Grimmjow y Nnoitra fueron expulsados de la Universidad por pelearse, Nnoitra ya no regresó y Grimmjow volvió un semestre y decidió salirse.
Szayel trabajaba en las noches en un laboratorio, puesto que estaba titulado como biólogo. Zommari años atrás era brujo y le ofreció a Orihime leerle las cartas, las manos y darle un amuleto, a lo cual ella solo aceptó el amuleto.
También se enteró que Starrk y Harribel eran pareja y tenían una hija llamada Lilynette, y Starrk no llegaba tarde por quedarse dormido, sino que, iba a dejar a la niña a la escuela, por eso Ulquiorra jamás lo sancionaba.
Descubrió que Lilynette y Daniel (el hijo de Ulquiorra) iban en la misma primaria, pero, en diferentes grados, la pequeña niña era dos años mayor que el niño.
Pero, para Orihime, la más grande incógnita era: ¿Quién era la mujer de Ulquiorra? ¿Quién era tan valiente de soportar su horrible carácter? Algo que ella jamás preguntaba y obviamente a nadie le decía.
En ese momento Orihime estaba corrigiendo un informe junto con Gin. Gin le había dado su gafete el tercer día de trabajo, y Tõsen le dio su saco una semana después. Ella Solo debía llevar una falda o un pantalón negro, y una camisa blanca para qué su uniforme quedará completo.
—Orihime-san —La llamó Aizen colgando el teléfono —Llama a Ulquiorra, por favor.
—Sí, Aizen-sama —Fue a la oficina y vio a Ulquiorra con un par de discos en la mano —Aizen-sama te necesita.
—Termina esto —Le contestó saliendo de la oficina y dándole los discos, ella asintió aunque él no la miró.
—¿Me llamaba, Aizen-sama?
—Sí, sé sobre tu situación y los compromisos que tienes, pero, hoy te necesito para esta tarde.
—Lamento decepcionarlo, pero, no puedo, Daniel estará fuera de casa y hoy necesito recogerlo.
—Lo siento, mi querido Ulquiorra, pero, hoy no podrás irte.
—Entiendo.
—Nuevamente lo siento.
Ulquiorra regresó rápidamente a su oficina y vio a Orihime en su asiento.
—Hazte a un lado, mujer —Le dijo casi empujándola.
—Bien —Respondió rodando los ojos, era imposible ese hombre.
Él tomó el teléfono y comenzó a marcar los números.
—¿Papá?
—¿Estás en descanso?
—Sí.
—Esta tarde no podré recogerte donde tu equipo, surgió trabajo ¿sabes cómo regresar a casa?
—Si, pero, no tengo dinero para el transporte.
—Mandare un taxi para ti, dile que se cobre de mi cuenta, sabes cuál es, ¿no?
—Bien...
—Si hablas de tu hijo, yo puedo recogerlo —Interrumpió Orihime al ver como Ulquiorra comenzaba a tamborilear los dedos sobre la mesa —Hoy no hay mucho trabajo.
—Sí, claro —Se burló Ulquiorra.
—Es mejor que yo lo recoja a que lo haga un taxista que no conoces, es solo un niño.
—Estúpida mujer —Murmuró y Orihime gruñó —¿Sigues ahí, Dan?
—Sí
—Cambio de planes, irá por ti otra persona.
—¿Quién?
—Orihime Inoue.
—¿La mujer desesperante de la otra vez? Bien, ya que, adiós.
—Si, adiós.
Orihime sonrió victoriosa.
El resto de la mañana Ulquiorra se la pasó diciéndole a Orihime que hacer y qué no hacer con su hijo: no dulces, no comida chatarra, no televisión, no juegos, no postres, no comida de más.
Orihime comenzaba a desesperarse, Ulquiorra era un padre muy controlador.
—Si llego demasiado tarde, mételo a bañar y duérmelo a las 9:00, dale de cenar una fruta y leche tibia, ni se te ocurra...
—Ulquiorra —Le interrumpió ya harta, y él la miró mal —Sé cuidar niños, sé darles lo que necesitan, y sé que es lo que no necesitan, soy experta cuidándolos, así que, por favor, ya cállate y déjame todo a mí, confía en que va a estar bien.
—Ese es el problema, mujer, no confío en ti.
—Sé que sí le pasa algo, me meteré en problemas legales, así que, te doy mi palabra, él estará bien.
Ulquiorra suspiró y asintió.
Orihime salió 20 minuto antes de la 4.
—¿Te vas tan rápido? —Preguntó Nelliel confundida —Faltan 20 minutos para tu salida.
—Ulquiorra me pidió que recogiera a Dan, así que, me dejó salir antes.
Nelliel ahora estaba más confundida.
—¿Ulquiorra-sama te pidió eso? Él jamás ha dejado a Dan al cuidado de ninguno de nosotros, la última vez que lo vi, Ulquiorra casi me mata por darle una paleta, apenas tenía tres años —Nelliel comenzó a sonreír con ternura —¿Hace tanto que no lo veo? ¿Cómo se verá ahora? Era tan tierno cuando era un bebé, lástima que Ulquiorra-sama es muy protector con él, ojalá algún día me deje verlo otra vez.
—Nell-chan, ¿qué tal si dejamos está plática para otro día? Si llego tarde, Ulquiorra no me dejará verlo de nuevo.
—Sí, sí, lo siento, ve con cuidado y salúdalo de mi parte.
Tomó un taxi para recoger a Dan, Ulquiorra fue tan claro en sus "instrucciones" que incluso le dijo el tiempo exacto en que tenía que llegar, le marcó la trayectoria más corta por GPS y se vio obligada a mostrársela al taxista.
—Lo siento tanto por esto, pero, el papá de Dan me dio órdenes exactas.
—No se preocupe, señora, entiendo su caso, a veces los padres no quieren que la otra persona se gane el cariño de los hijos, ya sabe, para no perderlos, eso pasó con mi ex esposa, solo que los niños se quedaron con ella, ¡ánimo!
—¿Eh? ¿señora?
—Le aseguro que ese hombre entenderá que usted no quiere arrebatarle al niño.
—¿Arrebatarle al... ¡Ya entiendo! Usted cree que es mi hijo, ¿no? Claro que no, es hijo de mi jefe, y me pidió recogerlo.
—¿Ah? ¡Lo siento tanto! He metido la pata, ¿verdad? Ya decía yo que parecía una mujer muy buena para no poder tener al niño, discúlpeme.
—¿Qué va? No pasa nada.
Llegó a la casa donde se suponía que estaba Dan, tocó el timbre y salió una mujer castaña.
—Supongo que tú eres la chica de la que habló Ulquiorra-kun.
—Así es.
—Bien, iré por Dan, espera un segundo —La mujer entró nuevamente a la casa y salió tomando de la mano a Dan —Han llegado por ti.
—Así que tú eres la mujer de la otra vez.
—Claro, pequeño, ¿cuánto tiempo? Muchas gracias por cuidarlo.
—No es nada, querida, para mí es un placer, ¡vuelvan pronto!
—¿Quieres caminar a casa o tomamos un taxi?
—Como sea —Respondió.
—Bien, iremos a pie. Según tu padre, debo darte algo nutritivo para comer, y todas esas cosas, ya sabes, ¿no? —El niño no le contestó —Bien, supongo.
Llevaban caminado aproximadamente diez minutos en completo silencio, bueno, por parte del infante.
—Eres igual a tu padre, solo falta que me digas "mujer inútil" —Se quejó imitando la voz de Ulquiorra, no obtuvo respuesta —¿Sabes? Eres un niño apenas, deberías ser imperativo, correr de aquí a allá, gritar y no dejar de hablar, parece que aquí tú me estás cuidado y no yo a ti.
—Hmp.
—Bien... —Murmuró harta —Eres peor que Ulquiorra, por lo menos él sí me dirige la palabra, para decirme cosas groseras, claro ¡Pero lo hace! Pero tú... ¡Tú eres imposible! Entiendo lo de no hablar con extraños, pero, yo no lo soy... Bueno, si lo soy, pero, no por mucho tiempo, te estoy cuidando, tu padre me dio su confianza para hacerlo, eso hace que deje de ser una extraña para ti —Orihime hubiera seguido hablando por el resto del camino, de no ser que el niño se quedó parado frente a un puesto de comida china/japonesa —¿Quieres algo de ahí? —Él asintió con seriedad, pero, sus ojos brillaban con anhelo —Sabes que tu padre no permite que comas eso —El niño comenzó a caminar con la desilusión en su rostro, Orihime se sintió mal —Aunque... Tal vez podríamos hacer algo sin que él se dé cuenta —Daniel se giró para mirarla y ella se agachó a su altura —Mira, Ulquiorra me dijo que te cocinara algo "nutritivo" pero... Podemos llevar un paquete, la mitad para ti y la mitad para mí, después puedo llevar algo para cocinarte, comes un poco y yo me llevo a casa lo que sobre, así tu padre no sospechará —Él asintió —Pues corre, ¡ve! —Daniel entró corriendo y ella fue tras él con una sonrisa.
Después de comprar todos los ingredientes para el "maléfico plan" (como lo llamó Daniel), el pequeño comenzó a platicarle a Orihime sobre su grandioso día escolar, y Orihime no dejaba de repetirse en la cabeza la frase: "Me chantajeo este niño".
Cuando llegaron a casa de Ulquiorra, se pusieron a comer con gusto.
—Vayamos a la sala y veamos un poco de televisión.
—Papá no me deja ver televisión, mucho menos cuando como.
—Si ya te compré la comida China, no nos afectará ver televisión, pero, después tendrás que hacer tu tarea.
Ambos estaban entretenidos viendo caricaturas, aunque Orihime parecía más contenta que el niño.
—¿En serio te gusta Bob Esponja?
—Por supuesto, siempre lo veo en casa.
—¿Siempre? ¿Cuántos años tienes? ¿Cinco?
—¿Y tú cuantos tienes? ¿Cuarenta?
Daniel no respondió.
Cinco minutos después ambos estaban ahogándose de la risa porque a Patricio le cayó un coco en la cabeza.
Escucharon el celular de Orihime y ella vio que era Ulquiorra.
—¡Baja el volumen! —Corrió a la cocina para que Ulquiorra no escuchara el escándalo que tenían —¡Hola!
—¿Cómo va todo?
—De maravilla, acabo de darle de comer a Dan-chan, le preparé una sopa de verduras, también cocine para ti. Ahora voy a ayudarlo con su tarea.
—Bien, llegaré en dos horas, ¿podrías meterlo a bañar cuando termine con su tarea?
—Si, no te preocupes por eso, suerte en el trabajo —Esperó a que Ulquiorra colgara y regresó a la sala —¡Uuf! Eso estuvo cerca, bien, un capítulo más y comenzaremos con la tarea.

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Nuevo capítulo, esta vez por fin se presenta mini Ulquiorra, y oh, sorpresa, Hime tendrá que hacerse cargo de él, que buen recibimiento a su nuevo empleo.

Espero sus comentarios y votos, ya saben, díganme si les gusta o no.

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