Orihime miraba con atención a Ulquiorra, quien se encontraba tecleando en su laptop. Apoyó el codo en el escritorio y recargo su barbilla en la mano.
«Dina-san tiene razón» Pensó al analizar las facciones de Ulquiorra «Ulquiorra es un hombre muy atractivo... ¡Y esos ojos! ¡Dios mío! Son hermosos.»
—¿Qué me ves? —Le preguntó al notar como no dejaba de mirarlo.
—Lástima que es Ulquiorra —Dijo en voz alta.
—¿Qué?
—¿Qué? —Preguntó Orihime al notar que Ulquiorra le hablaba.
—Te he preguntado: ¿qué tanto me ves?
—¡Ah! Nada, no tienes nada bueno —Ulquiorra arqueó la ceja —No sé porque le gustas a Dina-san. Es más, no sé porque no te gusta ella.
—¿Eso te preocupa?
—Obvio no, pero, me intriga.
—Hmp.
—Si, ya sé.
Ambos se quedaron callados, y Orihime siguió mirándolo.
«¡Por Dios! Su piel es perfecta» Vio su reflejo en la laptop y puso una mueca de desagrado al ver aquel grano que apareció en su nariz en la mañana. Volvió la vista hacia Ulquiorra «Ninguna imperfección, pelo negro y brilloso... Ulquiorra es realmente guapo, cualquiera se fijaría en él.»
—Sigues haciéndolo.
—¿Qué cosa?
—Sigues mirándome.
—¿Te molesta?
—Claro, me fastidia.
—Entonces lo seguiré haciendo —Movió su silla frente a él y lo miró cara a cara con los ojos bien abiertos.
—Voy a picarte los ojos —Le dijo mirándola directamente a los ojos.
—No te atreverías.
—Rétame —Orihime sonrió y acomodó su silla en su lugar.
—No voy a desperdiciar mi día viendo como me picas los ojos.
—Si te los pico, no podrías ver. ¿Hoy tienes que maquillar a Dina?
—No, Szayel-kun ayer dijo que ensayarían y en un mes empezarían con las grabaciones, pero, no está seguro de dejarme a cargo o buscar a otro maquillista.
—¿Y tú que piensas?
—Preferiría que busquen a otro, no me gusta dejar mi trabajo abandonado, y después de que me mintieras, menos ganas tengo de faltar.
—No te mentí, altere un poco la verdad.
—¡Eso es una gran mentira! Ayer dijiste que no había tanto trabajo, ¿y qué me encuentro hoy? Mi bandeja de e—mail llena de actividades.
—Las hice por ti, ¿no?
—Eso es lo que quiero evitar, no tienes que hacerte cargo de mi trabajo.
—Estabas ocupada con Szayel, obviamente no podías encargarte de esas actividades, por cierto, de nada —Orihime se sonrojó al escucharlo, incluso se sentía avergonzada por dejarle todo su trabajo del día anterior, claro, tenía que agradecerle —Espero que te sientas muy mal por no agradecerme en todo el día —Cambio de planes, no iba a agradecerle nada a ese patán.
—Sigue esperando.
Ulquiorra hizo una mueca de diversión.
—Acompáñame al estudio de grabación.
—¿Otro pedido?
—Mas o menos, un cantante quiere un arreglo específico en una de sus canciones, y quiero hacer pruebas.
—Bien, vayamos.
Caminaron por los pasillos en silencio, a comparación del día anterior, este era un día tranquilo, casi no había ruido, todos estaban en sus oficinas, algunos tenían música a muy bajo volumen y no había decenas de fanes lanzándole botellas a Orihime.
—¡Orihime-san! ¡Ulquiorra-kun! —Escucharon una voz acercarse.
—¿Dina-san? —Preguntó Orihime reconociendo la silueta de la chica.
—¡Hola!
—¿Qué haces aquí? Pensé que estaban en ensayos.
—Si, pero, Szayel-kun nos dio un descanso, y pensé en pasear un poco.
—¡Oh! Genial, nosotros íbamos al estudio, me adelantare. Te espero ahí, Ulquiorra. Nos vemos Dina-san.
Se alejó lo más rápido que pudo, esperando a que Dina dejara atrás su vergüenza y hablara un poco con Ulquiorra.
Llegó a la sala de grabación y comenzó a acomodar como Ulquiorra le había enseñado semanas atrás.
—Veo que ya no necesitas ayuda como los primeros días —Escuchó la voz de Ulquiorra a su espalda.
—No tanto, pero, admito que aún no reconozco bien algunos equipos... —Giró rápidamente para verlo —¡Un momento! Te deje con Dina-san, ¿qué demonios haces aquí? —Preguntó cruzando los brazos.
—Vine a trabajar, no a platicar con cantantes.
—Creo que las indirectas no funcionan contigo —Se masajeó las sienes —Lo pondré claro: Le gustas a Dina-san, demasiado, está loca por ti. Ella solo busca una oportunidad para acercarse a ti, pero, tú no se lo permites...
—Lo sé —La interrumpió antes de que le diera un ataque.
—¿Eh? —Estaba consternada.
—Ya sé que le gusto, no soy idiota para no notarlo, y si entiendo las "indirectas".
—¿Y por qué actúas como si nada sucediera?
—Es solo que ella no me atrae en ningún sentido.
—Pe-pero si ella es hermosa...
—Claro que lo es, pero, no es mi tipo.
—¿Y cuál es tu tipo?
Ulquiorra frunció el ceño molesto.
—Metete en tus asuntos y deja de tratarme como si fuera uno de tus amigos, no lo soy, recuérdalo.
Orihime asintió sorprendida por el cambio en su tono de voz.
«Rayos, esta vez sí lo hice enojar.»
Continuaron acomodando los equipos y después de algunos minutos, Orihime se encontraba dentro de la cabina de grabación.
—¿Estás seguro de esto? —Preguntó Orihime a través del micrófono.
—¿Por qué crees que lo hago? —Respondió poniéndose los audífonos.
—¿Por qué no encontraste a otra persona que te ayude? —Contestó irónica. Ulquiorra rodó los ojos.
—Canta cualquier canción que recuerdes cuando te lo indique.
—Bien —Susurró poco convencida. Pensó en que canción cantar, se puso nerviosa al sentir que su memoria musical se bloqueaba. Miró a todos lados buscando alguna señal que le recordara a alguna canción.
—En tres, dos, uno, ahora.
Abrió la boca esperando que la letra saliera por arte de magia.
—"Tú, mi sol... mí... —¿Qué rima con sol? —¿Esperanza? —No, eso no rimaba —Mi... Pasión.
—Alto. ¿Qué sucede?
—Nada, no sucede nada.
—Entonces canta.
—¿Qué quieres que cante?
—Cualquier cosa... Tres, dos, uno...
—¡Espera!
—¿Qué?
—¿Vas a grabar?
—Sí.
—Bien, bien. Estoy lista.
—Tres, dos, uno, ahora —Orihime se quedó en blanco —Esto no va a funcionar. Entraré yo.
—Si, es mejor que yo grabe.
—Trae a Grimmjow.
—¿Para qué lo quieres?
—Necesito que me grabe.
—Yo puedo hacerlo.
—No creo que sea...
—Vamos, solo enséñame y yo lo haré —Puso la mirada más tierna que tenía e hizo un puchero.
—Te juro que a veces me irritas tanto que tengo ganas de sacarte a patadas — Se sentó en un banco y le indicó a Orihime que se sentara a su lado —Si esto no funciona, me encargaré de que te descuenten el día.
—Lo acepto —Se sentó ansiosa.
Ulquiorra le explicó con paciencia como debía utilizar el sintetizador y como grabar la voz, mientras Orihime ponía toda la atención del mundo. En unos minutos Ulquiorra ya estaba dentro de la cabina haciendo pruebas de sonido, y Orihime calibraba el aparato.
—Bien, creo que está listo —Dijo Orihime poniéndose los audífonos —¿Tengo que contar para decirte que empieces?
—No, es cosa mía, ya estoy acostumbrado a decirlo.
—Bueno... Tres, dos uno, ahora —Indicó imitando su voz.
—Espera, te dije que no tenías que decir eso.
—Canta —Siguió imitándolo. Ulquiorra la ignoró y se concentró en cantar, mientras analizaba los movimientos de Orihime sobre el sintetizador.
(Inserte cualquier canción de Daisuke Namikawa)
Orihime levantó la vista al escuchar la voz de Ulquiorra, su boca se abrió asombrada, quitó todos los filtros de voz que tenía activados y se dedicó a disfrutar de su voz.
—¿Lo tienes? —Preguntó abruptamente al notar que Orihime cerraba los ojos.
—Intentémoslo de nuevo —Susurró aún extasiada.
—¿Pasó algo? —Orihime negó con violencia.
—Me atrasé un poco y no pude usar toda los filtros que me pediste.
Ulquiorra asintió poco convencido y espero la señal de Orihime. Nuevamente comenzó a cantar, y esta vez Orihime se concentró en hacer los arreglos que él pidió.
—¿Qué tal ahora? —Orihime levantó el pulgar en señal de aprobación aún anonadada. Ulquiorra frunció el ceño al verla tan callada, pero, tampoco le dio importancia. Guardó los equipos que utilizó y salió de la cabina —Regresemos a la oficina.
—C-claro —Orihime apagó el sintetizador y corrió hacia él.
Caminaba tras de él pensando en lo talentoso que era, independientemente de su carácter de mierda.
.
.
.
Había pasado ya un mes desde que Dina comenzó a ensayar junto con todo el equipo de audiovisuales, así que, ya era hora de comenzar las grabaciones oficiales. Szayel se encargó de encontrar un nuevo maquillista para ella, cosa que agradeció Orihime, no quería volver a encontrarse con ese trío de maquillistas insoportables, y tampoco quería dejarle su trabajo a Ulquiorra, quien no dudaba en hacer lo que le tocaba a la mínima ausencia de Orihime.
—¡¿Qué?! —Exclamó Dina al escuchar a Orihime —¡Pensé que te quedarías a trabajar con nosotros! Me gusta como lo haces.
—L-lo siento... ¡Pero ayer te avisé! Con eso me quito toda la responsabilidad.
Dina soltó una carcajada.
Desde que comenzaron con los ensayos, cada día en la hora de descanso ellas se reunían para conversar viejas anécdotas y para que Orihime le diera "tips amorosos".
—No me han funcionado a mí, pero, te aseguro que a las personas que conozco si les sirve —Era siempre lo que Orihime decía cuando Dina dudaba. Y claro, para la mala fortuna de Dina, tampoco funcionaban esos consejos en Ulquiorra.
Ambas llegaron a la terrible conclusión de que Ulquiorra era un ser único en su especie (lo que sea que eso significase).
—Se me hace una falta de respeto muy grande que rechaces esta responsabilidad, ¡Orihime-chan, hazte cargo de mí!
—Si no me has visto, no estoy aquí —Respondió "escondiéndose" detrás de su carpeta. Ambas rieron con fuerza —El descanso acabará pronto, tengo que regresar con el amor de tu vida —Dijo revisando su reloj.
Dina se sonrojó con violencia.
—N—no digas eso.
—Amo la expresión de tu rostro cuando lo menciono, nos vemos más tarde.
—¡Suerte!
—¡Lo mismo para ti!
Regresó con rapidez a la oficina y vio a Ulquiorra frente a la computadora exactamente igual como cuando se fue.
—¿A caso no tienes más vida fuera de esa pantalla? —Ulquiorra apenas la miró al escucharla.
—Cuando estoy trabajando no tengo más vida que esto.
—Me voy a reír mucho de ti cuando seas uno mismo con tu silla —No aguantó la risa al imaginar a Ulquiorra gritando por ayudar al no poder levantarse de su silla. Tomó la bolsa donde estaba su comida y salió de la oficina.
Miro nuevamente su reloj, tenía tres minutos para acabar su almuerzo... Afortunadamente Orihime era maestra en el arte de devorar.
Entró nuevamente a la oficina casi muriendo atragantada y corrió a tomar agua. Ulquiorra soltó un bufido burlesco al verla roja y lagrimeando, desde hace un mes hacia siempre lo mismo, y cada día mejoraba su espectáculo.
Orihime lo miró ofendida cuando pudo respirar sin sentir que su garganta se tapaba. Se sentó en su silla con toda la dignidad que le sobraba.
—Todo está en perfecto orden —Aclaró con voz ronca. Ulquiorra dejó escapar una pequeña risa que fingió con una tos.
—Sí, puedo asegurar que no tendremos que llamar a emergencias.
Ella ignoró sus burlas y pensó en llevar a cabo el plan que había elaborado durante todo el mes.
—¿Puedo hacerte una pregunta un poco personal?
—¿Sabes las reglas para eso?
—Sí —Contestó irónica.
Aquellas reglas se basaban en no preguntar nada sobre sus parejas, su juventud y, aunque él no lo mencionó, ella sabía que estaba prohibido hablar de la madre de Daniel. Pero, su plan no abarcaba ninguno de esos puntos.
—Habla.
—¿Qué haces con Dan-chan cuando tienes que quedarte por más tiempo? Así como la vez que lo cuide.
—¿Para qué quieres saber eso?
—Me lo he estado preguntando, esa vez estaba yo aquí y tuve la oportunidad, pero, antes no.
—Suelo tener mis horarios bajo control, sí sé que no llegaré a tiempo, llamo a sus abuelos para que lo cuiden. Pero, si surge trabajo de imprevisto, llamó a una vecina para que le deje la comida, y él se queda solo en casa.
—¿Y no te preocupa que esté solo?
Ulquiorra asintió levemente.
—Sé que Daniel es responsable, y no haría nada estúpido, pero, sí, me preocupa dejarlo y que algo fuera de sus manos suceda. Ha pasado pocas veces, eso me tranquiliza.
Orihime analizó sus palabras, Ulquiorra era un padre controlador, pero también temía no poder mantener todo a su régimen. Se preocupaba mucho por su hijo, y le incomodaba no poder cuidarlo siempre.
—Supongo que lo entiendo, me recuerda a cuando vivía con Sora. Por cierto, ¿haces cosas en las tardes?
—No, cuido de Dan y salgo de compras, hago lo que haría cualquier persona responsable de un hogar.
—Entonces, ¿no tienes planes esta noche?
Ulquiorra dudó en contestar.
—No.
«¡Perfecto!»
—Saldré un momento, ¡no tardo!
Corrió a los sanitarios y comenzó a marcar números en su celular.
Tres pitidos después le contestaron.
—¿Orihime-chan? ¿Pasa algo? Estoy ensayando.
—No me llevará mucho tiempo. Tengo un plan para que salgas con Ulquiorra.
—¿Un plan? Orihime-chan, no creo que eso funcione.
—Solo escucha, recuerda que soy su Fracción, por lo tanto, tengo acceso a su agenda de trabajo. Se me ocurrió agendar una cita contigo, él se verá obligado a asistir.
—Escucha, me emociona la idea de salir con él, pero, me incomoda el hecho de obligarlo.
Dina tenía razón, lo más seguro es que Ulquiorra termine detestándola, pero...
—¿Tienes una idea mejor? Pienso que será una buena oportunidad para acercarte a él y demostrarle que eres buen partido. Solo dime si quieres hacerlo, y lo llevaré a cabo, y también me responsabilizare si las cosas salen... Mal.
—No sé qué resultado tendrá esto, pero, confío en ti.
—Excelente, cancela cualquier plan que tengas hoy a las 20:00. Tengo que regresar.
Espero a que diera la hora en que el turno de Ulquiorra terminaba para darle la gran noticia.
—Termina los primeros tres archivos de la carpeta "Sonido", si tienes alguna duda llámame a mi celular o al número de mi casa.
—A la orden... ¡Ah! Ulquiorra-kun —Lo llamó con falsa preocupación. Él avanzó a ella visiblemente molesto.
—¿Qué hiciste ahora? —Preguntó tensando la mandíbula y apretando los puños, sabiendo que, cuando ella lo llamaba de esa forma, era porque había hecho algo malo que le afectaba a la empresa. Por ejemplo, el día que accidentalmente borró las grabaciones de un cantante y tuvieron que convencerlo para regresar, causando que Aizen le descontara una semana de pago a Ulquiorra (aunque ella lo arregló pidiendo muchas disculpas y depositando parte de su sueldo a la tarjeta de él).
—¡No tiene nada que ver con la empresa! —Exclamó sintiendo el peligro. Él se relajó un poco, aunque, aún estaba tenso por cualquier tontería que fuera a decir.
—¿Y bien?
—Hoy tienes una cita a las 20:00. Pasaré está tarde para cuidar de Dan-chan.
—¿Qué tengo que?
—Una cita, con Dina-san.
—¿Por qué?
—¡Ah! Olvide decírtelo, te programe una cita con ella, a las 18:00 te llegará el recordatorio, ya sabes, para que no se te haga tarde.
—Olvídalo.
—¿Qué? ¿No vas a ir? ¿La dejarás ahí plantada? Eres cruel, más no irresponsable.
—Yo no tengo ninguna responsabilidad con ella, ni con nadie.
—Ella no lo piensa así.
—Te estás metiendo con fuego, Orihime Inoue —Se acercó lentamente a ella —Y vas a terminar quemándote, ten cuidado —Ella ocultó con maestría el miedo que sentía al verlo tan intimidante. Él se alejó para salir de la oficina, pero, se detuvo en la puerta y sin mirarla le dijo: —Recuerda que yo soy quien siempre tiene la última palabra —Y salió finalmente dando un portazo.
Ella dejó escapar el aire que había aguantado y se preguntó si había hecho las cosas mal..
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¡Orihime, en acción! ¿Qué les ha parecido? ¿Creen que su plan funcione? Recuerden en votar y comentar si les ha gustado XD

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Buscando Mamá
Fiksi PenggemarMientras Orihime busca un nuevo trabajo para arreglar su destrozada vida, se encuentra con memorables personajes que la hacen sentir como si hubiera renacido, entre ellos, Ulquiorra Cifer, su amargado compañero, y junto a él, su adorable... ¿Hijo? ¡...