Nadie dijo que sería fácil.

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Ulquiorra se quejó nuevamente.
—¿Podemos comer algo más sano?
—Te pediré una ensalada, querido —Se burló Orihime y Daniel se rio del chiste.
Orihime y Daniel mordieron al mismo tiempo sus hamburguesas y soltaron un suspiro de satisfacción. Ulquiorra comenzó a comer su ensalada sin mucho entusiasmo.
«Esta mujer cree que soy una vaca »Pensó al recordar cómo Orihime le pedía una ensalada tal como dijo, interrumpiendo descaradamente su verdadero pedido.
La mesera que los atendía llevó discretamente una hamburguesa sencilla a Ulquiorra, sintiendo compasión por el pelinegro ante la cruel altanería de su acompañante.
Orihime soltó una carcajada al ver el rostro estupefacto de Ulquiorra cuando recibió su hamburguesa.
«Sigue, sigue y verás »Ulquiorra pensó en todas las posibilidades para hacerle pagar «En cualquier momento querrás un postre, ¿y sabes qué? Yo no te lo voy a comprar »
—¿Ya me dirán que tienen entre manos? —Preguntó Daniel al terminar su comida. Ambos adultos se miraron en complicidad y negaron a la par.
—¿Qué deberíamos "tener entre manos"? —Cuestionó Orihime y rio nerviosa.
—Eso me pregunto yo, es extraño que de pronto me dijeran "prepárate para salir", cuando ustedes apenas se soportan y a papá no le gusta salir.
—A mí sí me gusta salir —Dijo Ulquiorra rodando los ojos. Daniel le respondió con una mirada sarcástica que decía: ¿En serio? Ulquiorra aclaró la garganta, sin saber si estar orgulloso por la capacidad deductiva de su hijo... O tal vez debería estar temeroso.
—Dan-chan tiene razón —Se burló Orihime —Incluso hace media hora te quejabas.
—¿Tú también? Que casi no lo haga porque estoy ocupado no significa que no me guste.
—Starrk-kun y Harribel-sama siempre salen —Dijo del modo más casual posible —Tienen las mismas responsabilidades que tú.
—No es lo mismo, en casa estamos solos.
—Tienes razón —Ella se rascó la cabeza y luego le susurró: —Eso podría cambiar, pero tú no quieres.
Ulquiorra se atragantó y comenzó a toser.
—Dijimos que seríamos discretos —Contestó en un susurro después de casi morir.
—Pero hablo en serio —Daniel interrumpió cualquier respuesta que tuviera Orihime —Estoy casi seguro que ocultan algo, ¿qué es? —Se retorció en la mesa desesperado.
—Eres muy listo, pequeño renacuajo. Te lo diremos más tarde —Le dio una palmada en la espalda y Daniel extendió los brazos hacia arriba.
—Me moriré de intriga.
—Nadie se muere de intriga —Ulquiorra rodó los ojos.
—¡Pues yo seré el primero, muchas gracias!
—Vamos, Dan-chan, apuesto que al finalizar el día lo habrás olvidado.
—Eso es algo que más bien harías tú —Le dijo Ulquiorra en forma de burla. Orihime no se hizo esperar y le lanzó un pedazo de pan a la cara —Debes admitir que es cierto.
—No, no es cierto, ¡mi memoria es extraordinaria!
Daniel no resistió reír.
—¡Eso es una gran mentira!
Orihime lo tomó del cuello y comenzó a sacudirle el pelo con violencia.
—¿A caso se pusieron de acuerdo para molestarme?
—¡Bastaaa! —Comenzó a picotear el estómago de Orihime.
Ulquiorra negó apenado por el escándalo que tenían ambos.
Cuando por fin terminaron sus alimentos, y dejaron de pelear entre si, salieron del restaurante y una nueva discusión surgió para decidir que hacer después. Orihime quería ir a un acuario, a Ulquiorra le parecía imprudente y decidió que quería regresar a casa, por su parte Daniel aún no quería regresar, pero el acuario le parecía aburrido, así que mejor quería ir al cine.
Al final terminaron en un parque, ninguno supo porque, simplemente llegaron inconscientemente.
Los tres se sentaron bajo la sombra de un árbol, sintiéndose derrotados.
—¿Tanto discutir para esto? —Se quejó Ulquiorra viendo a los niños correr entre los juegos.
—A mí me gusta —Contestó Orihime enternecida —¿Por qué no vas a jugar con loa niños, Dan-chan?
—No lo creo —Se sobó el estómago —Si doy un paso más vomitare mi comida.
—Te dije que el combo infantil era suficiente —Dijo Orihime masajeando sus hombros.
Daniel no respondió, simplemente se recargó en el pecho de Orihime, disfrutando sus tiernas caricias un su cabeza y rostro. Entró en un estado de semi inconsciencia, donde apenas escuchaba los ruidos del exterior, las voces de los adultos junto a él sonaban lejanas y apenas sentía la vibración del pecho de Orihime cuando reía.
«¿De qué estarán hablando? »Se preguntó y abrió los ojos, pero casi al instante sus párpados de volvieron pesados y cayeron, envolviendolo en oscuridad.
Sintió que lo cargaban en brazos y pequeños movimientos que reconoció como pasos los arrullaron para finalmente quedarse dormido.
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—Moo, es tan tierno —Susurró Orihime viendo a Daniel dormir sobre los brazos de Ulquiorra.
—Siempre pasa cuando come de más.
—Se le llama "mal del puerco".
—Cómo tú digas.
Orihime le picó una mejilla al pequeño, asegurándose de que este dormía profundamente.
—¿Cómo vamos a decírselo? —Preguntó al no tener respuesta de Daniel.
—La verdad es que no lo sé. ¿Tú tienes alguna idea?
—Un montón, aunque no sé cuál es la mejor.
—Escucho tus sugerencias.
—Sé que no hay que andar con rodeos, hay que ser directos, pero a la vez demostrar tranquilidad. Empezaré yo ¿De acuerdo? Me siento preparada para afrontarlo.
Entraron a la casa y Ulquiorra acostó a Daniel en su cama. Preparó café para Orihime y se sentaron en el sofá para ver televisión, esperando a que el niño despertara.
Una hora después Daniel bajó a la sala confundido.
—¡Hola, dormilón! —Lo saludó Orihime.
—Hmp —Se rascó los ojos y se sentó en medio de los adultos. Miró la televisión anonadado —Hola —Dijo por fin.
Ulquiorra se levantó y le sirvió un poco de jugo. Daniel cabeceaba mientras escuchaba la plática de Orihime y Ulquiorra.
Minutos después consideró que estaba completamente despierto y alzó la mirada.
—¿Qué harás en las vacaciones, Orihime-chan?
—Mmm... Kuchiki-san me propuso ir a su mansión una semana, irán varios de nuestros amigos, pero habrá un curso de psicología al que quiero entrar, así que no sé que hacer. ¿Ustedes que harán?
—Yo iré con mis abuelitos el fin de semana, y espero que Katia onee-san esté ahí.
—¿Katia? ¿Es tu prima?
—Es mi tía, es muy divertida, como tú, pero es menos despistada.
—No soy taaan despistada —Cruzó los brazos fingiendo estar ofendida —¿Y tú qué harás, Ulquiorra?
—Estudiar para mis exámenes.
—Pero son vacaciones.
—En enero empieza mi nuevo semestre.
—Que aburrido.
Los minutos pasaron, todos pensaban en diferentes cosas, a veces sonreían cuando pasaba algo gracioso en la televisión, e inmediatamente recuperaban su semblante serio. Cuando la película acabó, Orihime y Ulquiorra se miraron y después miraron a Daniel. Él levantó la vista y los analizó, imaginando lo que podían tener en mente.
—Dime algo, Dan-chan, ¿qué piensas de mí?
—¿A qué te refieres?
—¿Cómo me consideras? ¿Soy digna de tu confianza?
—Mmm... Sí, me caes muy bien y me divierto contigo.
—Entiendo, yo también te aprecio demasiado, por eso creo que debes saber que...
—¿Qué?
—Escucha, Ulquiorra y yo nos apreciamos, así que, decidimos consolidar una relación, una relación amorosa.
—O sea que...
—Mhm, Ulquiorra y yo somos pareja ahora. Tú más que nadie tiene que saberlo.
Daniel miró a Ulquiorra, sin creer en las palabras de la chica. Buscó en su mirada respuestas, y él mayor solo confirmó su temor.
—Entiendo como te sientes en este momento, solo te pido que lo entiendas.
Sin dudar ni un segundo, el menor corrió a su habitación.
Los dos adultos miraron estupefactos como Daniel se perdía en las escaleras. Se miraron con los ojos bien abiertos y soltaron un quejido.
—Iré a verlo —Ulquiorra se levantó enseguida.
—Espera, no puedes presionarlo —Orihime lo tomó del brazo y lo hizo sentar —Solo harás que se enfade contigo.
—¿Y qué se supone que tenga que hacer? ¿Esperar a que se le pase el coraje por arte de magia?
—Más o menos. Si lo obligas a entenderte solo se sentirá atacado. Escucha, permitiste que te celara por tanto tiempo, para él en este momento soy una intrusa, si vas ahora y hablas con él, pensara que te irás de su lado. Déjalo por hoy, mañana estará más disponible.
—Mujer...
—Por favor, no quiero que me odie, también quiero ir a abrazarlo y estar con él, pero no es la manera.
Ulquiorra aceptó a regañadientes, y se sentó a escuchar más de los consejos profesionales de Orihime.
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Orihime colgó el teléfono. Era la tercera vez en menos de diez minutos que no obtenía respuesta. Suspiró se dejó caer en el sofá. Se apresuro a escribir un mensaje para Ulquiorra:
"¿Dan-chan y tú están en casa?"
Inmediatamente obtuvo respuesta.
"Yo estoy en una junta con mis vecinos, pero Daniel sí está en casa."
"No responde a mis llamadas." Escribió este mensaje dejando escapar una lágrima. Desde ella y Ulquiorra se confesaron, Daniel dejó de contestar sus llamadas. Ulquiorra le explicó que al día siguiente trató de hablar nuevamente con su hijo, el pequeño apenas escuchó y le cerró la puerta de su habitación en la cara. La joven trató de ir a la casa de ambos varones para solucionar el malentendido.
—Deja que se le pase el coraje —Respondió Ulquiorra, impresionando a Orihime por invertir los papeles —En este momento no escuchará a nadie.
—Es tu hijo, tú eres su figura de autoridad, le exiges muchas cosas, pero cuando se trata de respetar tus desiciones te limitas.
La discusión se hubiera agravado de no ser por la irrupción de los vecinos de Orihime, quienes querían conocer al nuevo novio de la chica.
El resto de ese día se vieron envueltos en una atmósfera de incomodidad a pesar de no retomar la discusión.
"Yo solo recibí un silencio sepulcral." Recibió el mensaje de Ulquiorra.
Orihime de levantó de un salto y escribió velozmente.
"Ahora mismo iré a verlo."
La respuesta no se hizo esperar.
"Déjalo tranquilo por..." Dejó de leer en cuanto vio la negativa de Ulquiorra.
—Lo siento tanto, querido —Dijo y emprendió el camino.
Sintió sus piernas temblar en cuanto estuvo frente a la puerta. Tocó el timbre y esperó pacientemente.
—¿Quién es? —Preguntó Daniel sin abrir.
—¡Hola, Dan-chan! Soy Orihime —Escuchó los pequeños pasos alejarse —¡Eh! N-no te vayas, quiero hablar —Fue demasiado tarde —¡Vengo en son de paz! ¡Arg! —Dejó que su cabeza se estrellara con la puerta.
—Te dije que no abriría —La voz de Ulquiorra sonó a su espalda.
—Para ser sincera, no terminé de leer tu último mensaje.
—Eso imaginé, te envié un par más. Entra —Él le abrió la puerta.
—¿Puedo ir a su habitación?
—Sí, pero por favor, manténme al tanto si te cierra la puerta en la cara, para burlarme.
—Ja, ja —Subió a dicha habitación y tocó, claro que no obtuvo respuesta —Hey, pequeño bravucón, ¿podemos hablar un par de minutos?
—Vete, por favor.
—Claro, en un instante lo haré, solo quiero decirte que: no soy tu enemiga, jamás lo seré, y te quiero tanto, más de lo que imaginas... Bien, ahora me voy, ¡Qué tengas un lindo día!
Regresó con Ulquiorra y se despidió de él. Salió de aquella casa y comenzó el viaje hacia la suya.
«Solo un poco más »Pensó y sonrió con tristeza.
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¡Hey, amigalletos! ¿Cómo están? ¿Ya se dijeron lo bello que son este día? Más les vale que si 🥰.
Bueno, aquí les traigo un nuevo capítulo. ¿Qué les pareció? ¿Qué piensan de Dani?
Por cierto, he estado desaparecida de los comentarios estos días :c se me descompuso el celular y no podía conectarme, y apenas podía ir a un ciber para actualizar. Pero gracias al cielo ya pude solucionarlo :D

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