Conociendo a Dina.

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Orihime respiró profundamente un par de veces.
«Tranquila... Tranquila»
Se armó de valor y tocó el timbre a las 18:00 en punto.
La puerta se entreabrió dejando a la vista una pequeña mano.
—¿Quién es? —Preguntó una dulce voz con desconfianza.
—Hola, Dan-chan —Contestó con calma para no asustarlo.
—¿Orihime-chan? —El abrió completamente la puerta —¡Orihime-chan! —Saltó a sus brazos.
Ella lo recibió y le revolvió el pelo.
—¿Está papá en casa?
—No pensé que vendrías —Ulquiorra contestó acercándose —Esta tarde casi te orinas del susto que te dí.
—Muy gracioso, pero, te prometí que vendría a cuidar de Dan-chan.
—¿Vas a cuidarme tú? Por eso papá no llamó a mis abuelos.
—¿En serio? —Arqueó la ceja, entonces él si la esperaba.
—Iba a hacerlo más tarde, pero, ya que estás aquí, no veo la necesidad de llamarlos.
—Claro —Respondieron ambos sin creerle nada.
—Entra —Dijo a Orihime ignorando las miradas inquisitivas.
—¿A qué hora regresaras? —Preguntó Orihime sentándose en el sofá.
—No lo sé, yo no lo planee. Dan, ¿Puedes ir por tus libros para que la mujer te ayude con tu tarea?
—¡Sí! —Corrió emocionado, tal vez Orihime le tendría un nuevo juego para hacer su tarea.
—Se comporta más animado contigo —Susurró Ulquiorra sentándose a lado de ella —Lo había notado ese día, pero, hoy lo confirmo.
—¿Qué? ¿Te envidia que me prefiera a mí?
—No, al pensar cómo fue que te ganaste su confianza, no lo prefiero. Pero, escucha, no le digas absolutamente nada sobre Dina.
—¿Por qué?
—Él no se toma muy bien que salga con otra mujer que no sea... «su madre» No le gusta, y no quiero pelear con él.
—¿Eh? ¿Me estás tratando de decir que no sales con nadie solo por no molestar a tu hijo? ¿Estás bromeando?
—No dije...
—Claro que sí lo dijiste, no creo que debas tener secretos con él, algún día saldrás con alguien, ¿y qué vas a hacer? ¿Esconder tu relación solo porque a Dan-chan no le gusta nadie que no sea su madre? —Ulquiorra frunció el ceño.
—No te atrevas a mencionarla, mucho menos frente a él.
—Bien, bien, bien, ya sé que ese es un tema tabú, no lo mencionaré más, y tampoco le diré nada a Dan-chan sobre tu cita, aunque esté fuera de mis creencias.
—Gracias, ahora, tengo que meterme a bañar, ayuda a Daniel con su tarea... Sin darle dulces.
—Esta vez no traje ninguno, pero, si traje juegos.
Él pensó si esa era una buena idea o no, pero, tampoco le reclamó. Recordaba que Daniel se había comportado más animado los días siguientes al que estuvo con Orihime, sabía que era por eso juegos, y, al parecer fueron efectivos.
Decidió no decirle nada al respecto y se metió al baño cuando Dan llegó corriendo con su mochila.
Cuando salió, no le sorprendió verlos jugando Gato (tic tac toe), mientras que Orihime le hacía las preguntas de su tarea y le hacía una cuenta regresiva desde 10.
—¡13! —Exclamó Daniel la respuesta y se apresuró a poner una X.
—¡No! —Orihime chilló al ver como Dan cerraba su jugada. Él carraspeó para llamar su atención —¡Oh! Hola. Acabamos de terminar la tarea de matemáticas. Dan-chan es una bestia de las sumas —Abrazó por el cuello al niño y le revolvió el pelo agresivamente.
—¡Basta, Orihime-chan! ¡Basta!
—¿Podrías dejar de despeinarlo? —Y sus quejas no se hicieron esperar. Ella abrió los brazos para dejar libre a Daniel, y rodó los ojos.
—Tú y tu gran humor.
—Dejé la comida en la estufa, terminen la tarea, mételo a bañar y dale de cenar.
—Ya sé, ya sé, y también sé que horarios respetar.
—Bien, entonces ya me voy.
—¡Suerte! —Lo tomó de los hombros y prácticamente lo sacó a la fuerza —Despídete, Dan-chan.
Se despidió agitando la mano con movimientos robóticos sorprendido por la forma en la que Orihime trataba a su padre.
—Tenemos que terminar esa tarea —Y le cerró la puerta en la cara antes de que pudiera replicar.
Ulquiorra suspiró, sabía que podía confiar un poco en ella, así que, no tendría problemas, por lo tanto decidió irse y no quejarse por la forma tan burda de sacarlo de su propia casa.
Ya en su coche se dispuso a marcar al número de Dina, y ella contestó inmediatamente.
—¿Ulquiorra-kun?
—Buenas noches, Dina.
—¿Pasa algo?
—Dame la dirección de tu casa, pasaré a recogerte.
—¿A recogerme? «¿Orihime-chan logró convencerlo para salir?»
—Si, para nuestra "cita".
—¡Claro! Te la mandaré de inmediato.
Ulquiorra colgó y esperó el mensaje de Dina, el cual llegó casi al instante.
Dina se miró en el espejo frente a su cama, no esperaba que Ulquiorra aceptase a salir con ella, ¡ni siquiera se había bañado! Saltó de su cama ignorando el mareo que le provocó su rapidez y se metió al baño, le daba igual que el agua estuviera fría.
Ulquiorra estacionó su auto frente al edificio. Entró y buscó el departamento correspondiente. Cuando lo encontró, tocó el timbre y esperó pacientemente.
—¡Hola, Ulquiorra-kun! —Saludó ella abriendo y acomodó su vestido.
—¿Qué tal? ¿Estás lista?
—Da-dame un segundo —Corrió dentro del departamento y tomó su bolsa y un abrigo —Listo, podemos irnos —Anunció.
—Bien.
Él le abrió la puerta del copiloto y le tendió la mano para que ella entrara.
—Gra-gracias... Supongo que Orihime-chan te obligó a venir —Quiso bromear un poco.
—Sí, pero, no es culpa tuya —Él no bromeaba. Ella se sonrojo.
—Lo siento tanto, es culpa mía, debí decirle que no.
—La conozco, sé que lo hubiera hecho aún si decías que no, ya no importa.
—Si quieres podemos cancelarlo.
—Sería una pérdida de tiempo, odio perder tiempo —Dina asintió un poco decepcionada.
Ulquiorra decidió llevarla a un restaurante bastante elegante. Le abrió la puerta y la ayudó a salir.
—No tenías que elegir un lugar así, algo más sencillo hubiera bastado —Él alzó los hombros.
—Es un buen lugar.
Reservaron una mesa en una zona bastante alejada de las demás, donde la música se oía tenue, las luces apenas iluminaban las mesas.
Ambos pidieron de cenar y se quedaron completamente callados mientras esperaban por la cena.
Ulquiorra se entretenía un poco leyendo el menú, pero, Dina se impacientaba, miraba a todos lados, y no encontraba nada que le llamara la atención, la música le aburría y no sabía cómo "romper el hielo" con Ulquiorra.
¿Cómo es que Orihime lograba no aburrirse a su lado? ¿Cuál era su truco? ¿Será que ambos se agradaban y Ulquiorra era indiferente solo con ella?
«Supongo que tendré que actuar un poco como ella»
Pero, ¿cómo era ella? Normalmente la veía hablando hasta por los codos, y siempre tenía algo divertido que contar, pero, Ulquiorra no era mucho de bromas.
—Por cierto, hace mucho que no pregunto por Daniel, ¿cómo está? —Él apenas alzó la mirada.
—Está bien, Orihime Inoue lo cuida.
—¿Ah? Genial, no pensé que la dejarías cuidarlo.
—Se ofreció luego de embaucarnos en esto, es lo menos que podía hacer.
—Claro —Un nuevo silencio eterno —Me he dado cuenta de que ella le cae a todos bien.
—Lo dudo, a mí no me cae bien.
—¿En serio? Crea que sí, siempre estás con ella.
—Si, es mí Fracción, cada cosa que haga en la disquera me concierne directa o indirectamente, no quiero cargar con sus errores.
—Sin embargo, no parece incomodarte su presencia.
—Me divierte a veces, cuando se tropieza o cuando se golpea —Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios al recordar la vez que Orihime perdió su pluma y revisó debajo del escritorio, sé golpeó al levantarse sin encontrar nada.
—¿Te-te divierte verla lastimaste?
—Un poco, en ella es divertido, pero, no le digas nada, no quiero verla llegar a la oficina gritándome por ser un bastardo con ella.
—No me sorprendería que lo hiciera.
La comida llegó y comenzaron a comerla en silencio.
«¡Qué incómodo!» Pensó Dina al ver como los comensales alrededor platicaba y degustaban de su cena plácidamente.
—Ulquiorra-kun, ¿puedo hacerte una pregunta?
—Adelante.
—¿Por qué aceptaste venir? No estabas obligado a hacerlo.
—¿Lo preguntas por qué ya te aburriste? —Dina asintió con lentitud, tanto que casi pasa desapercibida.
—¡No es por eso! —Obviamente mentía —Es que... Creo que no estás a gusto aquí... Conmigo.
—No quería quedar mal contigo.
—¿Es por qué trabajamos juntos?
—Un poco, sí, no quiero que renuncies al contrato que tienes con nosotros solo porque te dejé plantada.
—Jamás haría algo así por ese motivo, Si... Si quieres irte, puedes hacerlo.
—¿Quieres que me vaya?
—Obviamente no, pero, tampoco quiero que te sientas presionado. Sabes que me gustas y quisiera gustarte, pero, sé que no es así, por eso, prefiero que las cosas terminen hoy y seguir como normalmente lo hacemos.
—Entiendo —Al menos Dina no era una caprichosa, era... Buena —Terminemos esto entonces —Señalo los platos —Seria un desperdicio dejarlo.
—¡Por supuesto!
Al final de la cena, fue Ulquiorra quien pagó la cena, según él, era una forma de disculpa por rechazarla. También se ofreció a llevarla a su departamento.
—Aunque no fue lo que esperaba, estoy agradecida contigo por compartir esta noche conmigo —Le decía Dina antes de entrar a su departamento —Y... Si piensas que estoy molesta o algo así, no, no lo estoy, y tampoco pienso romper mi contrato con la empresa.
—Es un alivio escuchar eso, en verdad me preocupaba que tomaras represalias.
—Jamás lo haría —Soltó una pequeña risa —Bueno, buenas noches, supongo que nos veremos mañana... ¡Ah! Y no te enfades con Orihime-chan, ella solo quiso ayudarme, tal vez no encontró algo mejor, pero, lo hizo de corazón.
—Eso lo decidiré yo —Contestó con una mueca de burla —Tal vez me dé el día libre y no le avisaré, será un caos para ella.
—Entonces trata de no castigarla tan cruelmente, regresa con cuidado.
—Sí, buenas noches.
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Estacionó el auto frente a su casa, vio que casi todas las luces estaban apagadas, a lo mejor Orihime las apagó para que no molestaran a Daniel, o tal vez ya se había ido a su propia casa.
«Dejaré el auto aquí por si aún está adentro »Entró sin hacer casi ruido, y escuchó una leves risas que provenían del televisor. Entre la oscuridad alcanzó a ver la silueta de Orihime, que apenas se iluminaba con el brillo del aparato.
—Estoy de vuelta —La llamó, pero, ella no respondió —Mujer... —Se acercó y la sorprendió completamente dormida.
Tenía una taza en una mano, la cual, poco a poco se volcaba y su líquido amenazaba con mojar la cabeza de la chica. Trató de quitarle la taza, pero, ella la sujetó con fuerza mientras se despertaba.
Abrió con lentitud los ojos y miró a todos lados tratando de acordarse porque estaba ahí.
—Mmm... ¿Ulquiorra?
—Veo que no estás disponible.
—¿A qué hora me quedé dormida?
—¿Cómo quieres que sepa? Acabo de llegar.
—¿Cómo te fue?
—Hmp.
—Supongo que tendré que pedirle los detalles a Dina-san.
—Levántate, te llevaré a casa.
—Hoy no pienso discutirlo, muero de sueño... Dan-chan me tuvo detrás de él por toda la casa, no quería meterse a bañar y cuando por fin lo atrape, vino tu vecina preocupada por el ruido, entonces él se aprovechó y se escondió.
—¿Vino la vecina?
Orihime bostezo mientras entraba al auto.
—Sí... Poco después de que te fueras, pensé en prepararle un sándwich, pero, no encontré pan, así que salí a comprar y ella me vio entrar a la casa, como no me conocía se preocupó, ya que dijo que no dejabas que nadie entrará a tu casa.
—Tendré que hablar con ella mañana, para que la próxima vez te reconozca.
«¿Próxima vez?»
¿A caso Ulquiorra confiaba tanto en ella para dejarla al cuidado de su hijo en otra ocasión? ¿O a qué se refería?
No lo pensó demasiado, sentía que sus párpados pesaban y el sueño hacía que su mente no trabajara con eficacia, tanto así que se quedó completamente dormida, y solo despertó para entrar a su casa. Cuidar a Daniel le conllevó a mucho esfuerzo, y ni siquiera supo de dónde sacó tanta energía el niño, lo único que aseguró fue que tuvo que correr mucho.
Salió del auto y apenas se despidió con una señal, lo único que quería era acostarse.
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—¡¿Cómo que te has rendido?! —Exclamó Orihime sorprendida. Dina asintió.
—Te dije que no funcionaría, además, me di cuenta de que Ulquiorra-kun no es como creía. Prefiero trabajar cien veces con él a forzarlo a una relación.
—Supongo que simplemente no es para ti... Aunque ahora no dejo de pensar que es mí culpa, debí escucharte.
—No te preocupes, creo que, tarde o temprano me daría cuenta de que no es lo que quiero —Orihime la miró afligida y ella le revolvió el pelo —No te sientas culpable, sé que lo hiciste para ayudarme, lamentablemente no había nada que hacer.
—Eres un ángel. Tengo que irme, y nuevamente lo siento.
—Que tengas un buen día, Orihime-chan.
Orihime caminó con lentitud, pensado en que tal vez Dina si estuviera deprimida y no quería admitirlo para no hacerla sentir culpable, pero, aunque ella no se lo dijera, Orihime si se sentía mal por "arruinar su relación" con Ulquiorra.
Entró a la oficina y lo encontró exactamente igual a como lo dejó. Lo miró unos instantes y tomó asiento.
—¿Hoy no harás tu espectáculo de siempre con el almuerzo?
—No tengo hambre, me siento mal por lo del viernes.
—¿Te sientes mal por Dina o por mí?
—Es obvio que por Dina-san, jamás me sentiría mal por ti, tonto —Y le enseñó la lengua.
—Bien.

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Y aquí les dejo la conti :3 Como ven, Dina no la tuvo fácil, pobrecita, si me siento mal por ella :c 

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