Se consiguió novio el niño

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Más tiempo paso y ahora Bakugou era un joven seminarista de 18 años.

Al principio cuando el cenizo le dijo a sus padres de su llamado a la vocación de sacerdote no se lo tomaron muy bien, sobre todo Mitsuki quien seguía sin creerlo, pero al final de todo terminaron aceptando la decisión de su único hijo. Aunque esté tuviera más pintas de metalero de secta satánica que de párroco de iglesia.

De vez en cuando ayudaba en la iglesia ya que sus estudios en el seminario central consumían su tiempo. Y eso le fastidiaba un poco ya que no tenía mucho tiempo para el y su cuchurrumin.

¿Quien diría que ser sacerdote era difícil también?

Ese era un domingo en el que gracias a Dios podía servir en la misa de la mañana.

Sus partes favoritas de la misa sin duda alguna era cuando el bicolor cantaba.

Se embriagaba con esa dulce tonada que la garganta del chico emitía.

¿Serán así de entonados sus gemidos?

Nononono. Cruz cruz que se vaya el diablo y que venga Jesús.

No era la primera vez que imaginaba cosas sucias en medio de una misa y se sentía en parte mal y en parte ansioso por esto. Ojala que Dios lo perdone por sus deseos carnales.

Decidió tratar de poner atención a lo que Kirishima decía pero fue en vano, así que mejor decidió ver hacía la multitud. En una de las bancas delanteras se encontraba su madre quien le hizo un gesto que significa "pon atención chamaco del demonio". Desvió la mirada de la mujer, mejor vería hacía el otro lado, pero tampoco había nada del otro mundo, solo más gente hipócrita y pecadora.

La misa finalizó y el se encontraba en la entrada de la iglesias junto al pelirrojo que repartía bendiciones. Los últimos de la fila eran unos peliverdes muy peculiares que se le hacían familiares, pero desechó la idea al instante y no quiso darle tanta vuelta al asunto, ya que de todos modos veía a muchas personas entrar al templo y al seminario todos los días.

Por otra parte estaba el peliverde quien miraba de pies a cabeza al cenizo.

Y es que en la casa de Midoriya, en una de las paredes se encontraba la foto enmarcada de su bautizo. En el cual un cenizo lo estaba ahogando mientras miraba a quien sabe dónde, un peliverde con cara de muerte, un sacerdote preocupado por la acción de su pupilo y su madre aterrorizada.

Ese cuadro podía ser comparado con una de las obras de Michael Angelo.

Izuku estaba seguro que el culpable de su trauma a morir ahogado, era aquel cenizo frente a el.

— Tardaste mucho — fueron las únicas palabras que el heterocromatico le dirigió al chico explosivo

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— Tardaste mucho — fueron las únicas palabras que el heterocromatico le dirigió al chico explosivo.

Cómo siempre, se veían en su lugar secreto que era la capilla subterránea que la iglesia tenía.

— Cállate bastardo — contestó el ojos rubí para luego acercarse al chico y besarlo.

Era uno de esos besos necesitados en los que quieres tragarte a la persona y fundir su cuerpo con el tuyo, o al menos eso era lo que daban a entender las manos de ambos chicos que se enredaban en el cuerpo del otro.

— Dios te va a castigar por esa sucia boquita que tienes — dijo en tono burlesco Todoroki para separarse un poco mientras con la manga de su camisa limpia la comisura de sus labios.

— Puedo rezar para que me perdone

— Eres un aprovechado — ambos volvieron a juntarse para unir sus labios en un nuevo beso.

Lo que Bakugou hacía era un tabú, pero le importaba más llegar a tercera base con el bicolor.

Y todo comenzó gracias a la vez que Endeavor lo dejo olvidado en la iglesia a tan altas horas de la noche y el cenizo lo acompaño.

Dato curioso: Yo estaba en el coro de una iglesia y mi novio era un monaguillo xd

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Dato curioso: Yo estaba en el coro de una iglesia y mi novio era un monaguillo xd

Hermosos recuerdos de Vietnam.

Ave María PurísimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora