Se tomó un descanso el niño

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Miércoles

Despertó a Izuku de un pellizco en el pezón para que lo acompañará al baño, como niño pequeño que tiene miedo de ir solo por temor a que la Creepypasta que vio antes de dormir le salga entre las sombras. La de los Minions específicamente.

Incluso hizo que el pecoso entrará con el al baño. Le ordenó que volteara a otra dirección y para asegurarse mejor, le pidió que cerrara los ojos también.

Nada le aseguraba que estaría a salvo con el real atrás de el, lo comprobó la tarde de ayer. No dejo fluir su chorrito tranquilo, miro a Izuku en todo momento sobre su hombro.

Pero no le pasó nada esa madrugada, ni de camino al dormitorio, ni en el mismo.

Con todos sus sentidos a la defensiva, se acurrucó con el menor en la cama y se hizo el dormido, hasta que finalmente se durmió de verdad.

Por la mañana se despertó con un bulto aferrado a su cuello, se asustó por un momento, su mente maquino rápidamente.
"Me quiere ahorcar", pensó. Guardo la calma y con más detenimiento lo único que vio fue al peliverde dormido con una comodidad envidiable. Relajo su respiración.

Estuvo un buen tiempo solo acostado en la cama, asustado de vivir un día más con la maldición de su ex suegra. Tenía que acabar con el ridículo juego que había comenzado con Shoto desde hace tiempo. Un peligroso juego en el que solo involucraron a un inocente que no tiene ni puta idea de que carajos hay de transfondo.

Flashback

— No digas mafufadas Kirishima

— Bro, solo escúchame. He conocido a más sacerdotes que como tú, han cometido actos imperdonables y ninguno de ellos a sido atormentado como tú. ¿Sabes quién podría estarte haciendo esto? Alguien con quien tengas alguna rivalidad o enemistad, solo piénsalo, alguien que te odie con ganas

Rivalidad. Enemistad. Odio. Tres palabras relacionadas al bastardo mitad mitad.

— No, no tengo idea — mintió para no tener más problemas. Lo resolvería el.

Fin del flashback

Desayunaron juntos, se bañaron juntos, se cambiaron juntos, y ahora rezaban juntos en la capilla dentro del seminario.
Pegados como nariz y moco, hincados sobre el reclinatorio, alzando plegarias en silencio.

Aunque bueno, Izuku no se podía concentrar. No dejaba de pensar en cosas "impuras". Quedó tentado desde esta mañana en el baño, después de su ronda de besos y masturbación.

Se juntó más al cenizo y por supuesto que lo noto.

— ¿Tienes hormigas en la cola o que? — "No, pero tu puedes meter tu hormiga en mi hormiguero", pensó la cabeza baja del menor.

— No, solo estoy algo incómodo

— Ponte en una posición cómoda entonces — "estaría más cómodo entre tus pectorales", volvió a pensar la cabeza baja del menor.

Sus hormonas andan muy creativas.

— Creo que me sentaré — se sentó en la banca de atrás solo para esconder su erección.

Ave María PurísimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora