Lo beso con todas las ganas con las que me había dejado el último en la cocina de su casa. Saboreo sus labios como había anhelado inconsciente todos éstos días.
Sus labios corresponden el beso con la misma intensidad, haciendo que mis piernas flaqueen por todas las sensaciones que me están haciendo sentir sus labios. La mano que tengo libre la uso para agarrarme de la solapa del saco de su traje para así no desvanecerme en el suelo.
La mano que me tenía acorralada, ahora está en mi mejilla y con su pulgar acaricia dulcemente la zona a pesar de que el beso sea todo menos dulce y suave.
Lo pego más a mí y suelta un gruñido en mi boca. Mi corazón late desbocado en mi pecho, siento que se va a salir de ahí. Nuestras respiraciones son entrecortadas y nuestros pechos suben y bajan rápidamente pero aún así no dejamos de besarnos con la misma intensidad con la que empezamos.
No sé cuanto tiempo después me separo lentamente de él al recordar donde estamos y de quienes esperan por nosotros en la mesa. Pero sin querer separarme completamente de él, pego mi frente con la suya sin abrir los ojos todavía. Nuestras respiraciones se entrelazan.
Ninguno dice nada. Simplemente nos quedamos ahí recuperando la normalidad en nuestra respiración.
«¿Qué estoy haciendo?» pienso, haciendo que algo dentro de mí se active.
Él está comprometido, no debería besarlo y ni siquiera desear hacerlo. No debería estar sintiendo todo lo que estoy sintiendo justo ahora. No debería desear volver a unir nuestros labios. No debería estar queriendo más que un simple beso. No debería volver a acercarme a él porque presiento que algo va a salir mal, muy mal.
Me separo de él abriendo mis ojos. Lo noto diferente. Lo veo fuera de esa faceta arrogante y egocéntrica en la que suele estar sumergido. En su mirada puedo ver deseo y algo más que no logro descifrar.
—Esto no debería haber pasado —murmuro negando con la cabeza, alejándome más de él.
— ¿Por qué? —pregunta con la voz ronca.
— ¿Como que por qué? —digo al borde de la histeria. No puedo creer que haga esa pregunta—. Matthew, estás comprometido. Te vas a casar. Además que nos odiábamos.
—Yo nunca te he odiado —confiesa sorprendiéndome.
Lo miro incrédula.
— ¿Entonces por qué me atacabas cada vez que podías?
—No lo sé, no lo sé —niega con la cabeza acercándose a mí pero yo doy un paso lejos de él—. Sé que no estuvo bien cada una de las cosas que te dije y que te llamé cosas horribles.
—Me llamaste de formas de las que no te puedo perdonar. Además, no deberías estar besándome cuando vas a casarte.
—Es cierto, no debería hacerlo porque debo respetar a Olivia pero hay algo en ti que...
Deja de hablar, dejando la frase en el aire.
— ¿Hay algo en mí que qué?
—Sam, ¿por qué tardas tanto?
Escucho la voz de Cassandra provenir del pasillo que da hacia los baños, activando así mi alarma interna. No quiero que me vea con su hermano. Si me ve con él, no dejará de fastidiarme y decir cosas sin sentido alguno.
—Voy a salir yo primero y cuando nos hayamos ido, puedes salir —susurro.
— ¿Por qué no quieres que nos vea juntos? —pregunta confundido.
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Surgir (libro I) ✔️
RomanceTener a Samantha y a Matthew en la misma habitación significaría una colisión de insultos y emociones. Los dos se llevan al límite con sus discusiones, nadie pensaría que de esa relación podría surgir algo más que odio... ¿o sí? *** La mayor parte d...