Capítulo 27

1.7K 76 7
                                    

Miro mi reflejo en el espejo del baño y me siento mal conmigo misma, pero también me siento mal por lo que acabo de hacer. Acabo de empezar una relación con Jake y de la nada viene Matthew y caigo en su juego de nuevo.

«Soy una persona horrible. ¿Como pude hacerle eso a Jake? Él no merece que le haga eso»

Suelto una queja.

Merezco lo que me pasó con Matthew porque una buena persona no hace lo que acabo de hacerle a Jake, pero tampoco puedo negar que me gustó. Me gustó volver a sentir a Matthew junto a mí. Me gustó volver a sentir su piel y sentir sus besos.

Entro a la ducha a ver si el agua me ayuda a sacar esos pensamientos de mi mente y también para ver si hace desaparecer cada uno de sus besos grabados en mi piel y las marcas que sus manos han dejado en mi cuerpo.

Y lloro.

Lloro de impotencia y rabia por no poder controlar mis sentmientos y no haber caído en su juego de nuevo. Por haberle hecho eso a Jake cuando apenas comenzamos una relación.

No pienso decirle esto a nadie. No pienso decirle lo que sucedió ni siquiera a Cassandra, no quiero que nadie lo sepa.

No quiero que nadie sepa lo débil y estúpida que soy.

Cuando salgo de la ducha, la cama está con las sábanas revueltas y vacía, y la habitación también lo está. No sé cuando se ha ido, pero agradezco que lo haya hecho sin rechistar porque estoy cansada de pelear con él.

Ya no quiero pelear con él, estoy agotada emocionalmente. Quiero que se aleje de mí porque ya hizo su elección.

~*~

—¿Quieres venir hoy a casa? —pregunta Cassandra. Me mira suplicante, haciendo morritos y juntando las manos como rezando a alguna clase de Dios.

—Cass... sabes que no.

—Hoy no estarán mi hermano y la víbora de Olivia —dice encantada—. Viajarán por algo de la boda.

La miro mal porque sabe que no quiero que me mencione nada de eso, pero me ignora y continúa hablando.

» Así que no tendrás problemas y puedes venir conmigo tranquilamente.

— ¿Segura que no estarán? —asiente—. Entonces iré —anuncio, haciendo que por la alegría pegue un brinco de la silla en la que está sentada.

— ¡Al fin! —exclama aplaudiendo—. Después de casi dos meses sin venir a casa, por fin vendrás de nuevo.

—Y no sabes cuanta falta me hace ir a tu casa y estar contigo y tus padres —suelto un suspiro.

He visto a Grace y Leonard fuera de su casa, en alguna cafetería y hasta han ido a mi casa, pero hasta el momento yo no he vuelto a ir a casa de ellos por obvias razones.

—Todos extrañamos tenerte en casa, Sam.

—Todos no —me río, pero sin que realmente me haga gracia.

—Que Olivia no te importe.

— ¡Es que ella no me importa! —exclamo antes de echarme a reír y ésta vez sí me hace gracia lo que dijo.

—Y Matt sí te extraña.

— ¿Podemos irnos? —pregunto ignorando lo que acaba de decir.

Surgir (libro I) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora