Promesa de muerte

capitulo 7

-Guardiana Hathaway es un placer conocerla – dijo Iván Szelsky – eh escuchado hablar cantidad de cosas sobre usted

-Lord Szelsky, gusto en conocerlo – dije – supongo que mi madre tendrá mucho que decir de mí no tan buena conducta – dije tratando de no sonar tan sarcástica, falle.

-Verá su madre no ha sido la única fuente de información sobre ustedes, los padres de nuestra amada Reina eran muy devotos a ustedes dos – dijo Iván viéndonos a ambas

-¿mis padres? – dijo Lissa con curiosidad

-Si, así es, en cada reunión tenían una nueva historia que contar de ustedes – rio Iván Szelsky ajeno a nuestro asombro – a mí en lo particular me agradaba aquella historia del vestido rojo – continuo riendo

-Iván las estas incomodando – dijo lady Szelsky con voz serena – disculpen a mi hermano a veces habla de mas, estar muy lejos de la corte lo hace olvidar sus modales - lord Iván rio ante las palabras de su hermana

-Disculpen su majestad no quise incomodarlas, pensé que las animarían los buenos recuerdos

-No se preocupe Lord Szelsky está bien muchas gracias, en realidad tiene razón recordar los buenos momentos es bueno – dijo Lissa con voz amable

-Creo que lo mejor es irnos – dijo Ariana Szelsky

-De acuerdo, nos vemos su majestad, guardiana Hathaway, con permiso – se despidió Lord Szelsky

Lissa y yo nos quedamos pensativas, en realidad desde el accidente no habíamos hablado tan abiertamente de los Dragomir, ni siquiera nos dábamos el lujo de recordar cosas de nuestro pasado y mucho menos de la infancia, al salir de la sala de juntas nos dirigimos a una sala privada donde nos reuníamos para descansar, ver televisión o cosas así.

-Chicas, ¿a qué se refería lord Szelsky sobre la historia del vestido rojo? - pregunto Cristian en cuanto entramos, se sentó en un sofá para esperar nuestra respuesta

-En realidad a mí también me dejo intrigado – dijo Dimitri, lo cual fue raro a él muy pocas veces se le podía sorprender o intrigar

Lissa y yo nos quedamos viéndonos por unos segundos, después nos reímos de lo gracioso que fue

-Bueno – inicio Lissa – eso paso cuando teníamos seis años, en realidad ya lo había olvidado

-Sí, yo igual, eso fue hace tanto tiempo – dije con tono distraído

-¿Nos van a contar o seguirán divagando? – dijo Cristian con voz molesta, Lissa le sonrió y se sentó junto de él, le dio un beso en los labios

-Si, les contare – inicio a contarles, mientras yo me iba hacia la ventana, mis recuerdos de ese día en seguida llegaron a mi mente.

-Mira Rose – dijo Lissa emocionada, traía unos pequeños frascos de pintura en las manos – me los dio André, dice que podemos jugar con ellas

-¿Dónde los consiguió? – dije dudando de André, a veces cuando estaba aburrido nos hacía bromas, aprendí a ser precavida

-Los utilizo en una tarea que le pidieron en la academia, dice que ya no las ocupara – estaba realmente feliz – vamos Rose busquemos algo que pintar

Bajamos las escaleras para ir al patio, decidimos recoger unas piedras para pintarlas y decorar nuestra habitación, al bajar encontramos a la mama de Lissa, en las manos traía un vestido rojo de noche, ese día tendrían una cena con alguna familia real

-Hola Sra. Dragomir –dije en cuanto nos vio

-Hola Rose, ¿todo bien? – dijo con una sonrisa