capitulo 28

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El dolor de cabeza que había sentido hace unos días regreso, faltaba solo una hora para que la fiesta iniciara y no tenía ánimos de ir de ninguna forma, Dimitri y yo seguíamos de vacaciones aun así insistimos en asistir para montar guardia en los alrededores del salón, la probabilidad de que haya un ataque Strigoi en la corte era minina, los detalles que Nathan nos dio sobre el plan que armaron tenia demasiados huecos sin llenar desde nuestro punto de vista, no era un plan factible aun así tomamos nuestras precauciones, ya que nadie sabía sobre la confesión de Nathan lo más seguro es que sospecharan ya que el supuesto día del ataque hubo demasiado movimiento por parte de los guardianes, para evitar sospechas directas Mikhail esparció el rumor de yo había sentido algo extraño como en la junta donde los Szelsky fueron atacados

-Roza ¿te sientes bien? – Dimitri acaba de ponerse en guardapolvo mientras yo abrochaba mi blusa blanca del uniforme que casi nunca usaba pero el día de hoy debía usarlo

-Esa pregunta se está volviendo muy frecuente – dije un poco pensativa

-Si, ya lo he notado – contesto, se acercó a mí y me abrazo – sabes que si quieres te puedes quedar, en teoría estas de vacaciones aun

-Debo de ir, es mi deber – le conteste con decisión

-Lo sé – me beso en la sien y me soltó para que terminara de alistarme, media hora después íbamos en camino al salón de baile, estaba lleno de guardianes pocos Moroi acababan de llegar, al entrar un guardián nos entregó los auriculares de siempre para poder estar comunicados entre todos

-Te ves pálida – mi madre se acercó a mí y toco mi frente se veía preocupada, los dhampirs casi nunca enfermamos y cuando lo hacemos no se puede esperar nada bueno

-Debe ser la luz – hable lo más normal que pude – estoy bien ¿ok?

-De acuerdo – suspiro y se giró para tomar sus auriculares – estaré cerca de la puerta en todo momento – nos aviso

-Perfecto – le contesto Dimitri con su máscara de guardián – cualquier actitud sospechosa debemos de avisarla de inmediato – pude ver como todos los que estaban en la sala asintieron, entre ellos se encontraban Moroi entrenados en magia combativa, Lissa decidió que mientras llegaba el nuevo curso escolar, pondríamos en práctica la protección con Morois incluso a ella se le asignaron dos Moroi, uno de agua y otro de aire.

Minutos después se escuchó la voz de un hombre anunciando a Lissa, se veía hermosa en su vestido de fiesta, traía puesta corona de tamaño mediano, por lo regular odia hacer cosas así pero era importante que empezara a dejarle claro a sus detractores quien es la Reina y que por más que presionen ella no cederá, Jill entro justo detrás de ella, a pesar de que estaba sonriendo se podía notar un poco de incomodidad, Lissa la había obligado a asistir a varias fiestas como estas en otras ocasiones aun así seguía siendo incomodo

-¿Rose no has visto a Cristian? – se acercó una Lissa preocupada

-Mmm si lo vi unas horas atrás, me dijo que llegaría tarde, me pidió que te avisara, lo olvide – le dije con una sonrisa de disculpa, parecía que no me lo creía del todo

-Está bien – dijo al final, regreso al mar de gente que ya se encontraba en el salón, sonreía y actuaba amablemente pero en el fondo estaba preocupada

-Rose, Lord Ozera está aquí en la puerta y dice que ya es hora – dijo mi madre un poco confundida por el mensaje de Cristian aun así ella lo transmitió

-De acuerdo – le conteste con una sonrisa – necesito que alguien cubra mi lugar por unos minutos

-Yo lo hago – dijo uno de los guardianes cerca de mí, asentí y fui directo a Lissa – despejen el centro del salón dejando paso desde la entrada por favor – todos estaban confundidos pero obedecieron la orden, me sentía extraña, un frio recorría mi cuerpo lo que atribuí a los nervios por la propuesta de Cristian a mi mejor amiga – disculpen la intromisión – dije lo más educada que pude, escuche algunas risas reprimidas por el auricular

Promesa de muerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora