capitulo 18

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-¿Hace mucho que llegaste camarada? – me gire hacia Dimitri, mientras los tres caminábamos hacia el palacio Real

-Llegue antes que tú y la guardiana Hathaway, te iba a buscar en cuanto llegue pero en la entrada me dijeron que se llevaría a cabo una junta y querían que estuviera presente, supuse que también estarías ahí – en algo muy poco común de él me acerco hacia el para abrazarme y darme un beso en el cabello mientras caminábamos, yo le devolví el abrazo, si mi mamá estaba incomoda o molesta por nuestra ligera demostración de afecto no lo demostró – estuviste fabulosa en la reunión, estoy tan orgulloso de ti – su comentario hizo que me sonrojara, lo que oculte viendo hacia otro lado

-Ni siquiera recuerdo la mitad de lo que dije pero me alegra haber ayudado en algo – dije sin darle más importancia

-¿ayudado? – dijo mi madre sorprendida – Rose haz hecho más que eso, evitaste que todo se saliera de control e incluso me atrevería a decir que evitaste una rebelión o la retrasaste eso aún no está claro pero hoy haz hecho algo realmente grande – me quede pensando en lo que decía, el hecho de que hubiera una posible rebelión me hacía estremecer y debíamos de evitar a toda costa que algo así pasara

Llegamos hasta la sala donde normalmente estaba Lissa, en la puerta había dos guardianes como siempre

-Que hay chicos – ambos nos saludaron con una inclinación de cabeza y nos dejaron pasar, para variar estaba aún en pijama y con sus típicas pantuflas de conejito, Cristian estaba sentado a su lado

-¡Rose! ¿Dónde has estado? – pregunto con una sonrisa

-En una junta – dije con voz cansada – ¿ya desayunaron? Porque yo tengo hambre y pensaba ir a buscar comida antes de que mi turno empiece

-Tu siempre tienes hambre Rose – dijo Cristian riéndose de forma sarcástica, le saque la lengua lo que le saco una sonrisa, antes de que Cristian dijera algo mas Lissa hablo

-Ya ordene el desayuno, lo traerán aquí en un rato – dijo muy casual

-¿tú ordenaste el desayuno? ¿y tenías puestas esas pantuflas? – pregunte sarcástica

-Si ¿Qué tienen de malo? – pregunto con un puchero

-Sabes que nadie tomara en serio tus ordenes si te ven con esas pantuflas tan cursis, ya te lo eh dicho – me senté a su lado libre y subí mis piernas en el respaldo del sillón para quedar de cabeza

-Vaya Hathaway que madura, seguramente si alguien te ve así te tomaran más en serio – dijo Cristian lo que ocasiono esta vez una risa de todos incluyendo a mi madre quien veía nuestras platicas casuales

-Bueno la diferencia es que si alguien se atreve a decir lo inmadura que soy le daría un buen golpe que le demostrara mi nivel de inmadurez ¿lo quieres probar? – le dije mostrándole mi puño y una sonrisa malvada

-Ya chicos, compórtense – dijo Lissa – guardiana Hathaway es un gusto verla

-Gracias su majestad, el gusto es mutuo – dijo mi madre con una ligera reverencia

-Ya le dije que solo debe de llamarme Lissa por favor – dijo Lissa con voz cansada, mi madre solo asintió

-¿Rose no tienes nada que decir a la Reina? – pregunto mi madre, esta vez tenia voz de guardiana, así que eso es lo único que esperaba y no se iría hasta que lo hiciera

-Así que por eso nos acompañaste hasta aquí ¿eh? – me pare del sofá y me puse seria – quería esperar hasta el desayuno pero de acuerdo

-¿Qué pasa Rose? – pregunto Lissa un poco alarmada

Promesa de muerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora