La historia se sitúa en el mundo real, cuando los digidestinados ya crecieron y están lidiando con sus vidas adultas y el romance que surge entre algunos de los elegidos a medida que van creciendo. La historia es un poquito cursi, espero que la dis...
No podía creer una palabra de lo que Matt decía. Acababa de ver a esa mujer saliendo de su casa, la escuché aullar de placer. Mierda, esto no tiene ningún sentido, si yo lo dejé ir, tampoco es un puritano que antes de mí no tuvo a nadie, él solía tener encuentros esporádicos con chicas y cuando comenzamos a salir dejó de hacerlo. Decía que conmigo era suficiente, pero de alguna manera tampoco podía creerle, siempre pensaba en si realmente yo lo habría hecho mejor que el resto de chicas o si sólo lo decía para complacerme, ya que él es muy complaciente y tal vez diría lo que fuera para que me sienta bien.
Mimi: ¿Cómo puedo creer lo que dices si acabo de ver a esa mujer salir de aquí?
Matt: Porque nunca te he mentido.
Mimi: ¿Estás seguro de que no lo dices para complacerme y terminar esta discusión? Dime, por favor ¿qué demonios tengo yo que no vas a encontrar en otra mujer? Eso quiero saber ¿Por qué yo?
Matt: Nunca he dicho nada que no sienta para complacerte, eso también es mentir y ya dije que nunca te he mentido. Cuando me preguntas qué opino de tu ropa, de tus canciones, de tu comida, siempre soy sincero, ¿verdad? Nunca te doy mi opinión si no me preguntas, pero si quieres saber por qué demonios estoy contigo y no con otra es simplemente porque tú eres perfecta para mí. Odio cuando hablas de ti como si fueras una tonta cabeza hueca, si lo fueras quizás te habría dejado hace tiempo, ¿no lo crees?
Mimi: Eso no me dice nada...
Matt: Oye, ¿es que acaso no sabes lo genial que eres? Siempre estás liderando, quizás por eso Tai es tu mejor amigo, tienen eso en común. Me llenas con tu optimismo cuando estoy triste, me encanta la forma que tienes de ver el mundo, lleno de color, música y luz. Incluso me preocupo los días en que no te paseas cantando por toda la casa, pienso que estás triste...
Mimi: Yo... siempre creí que eso te molestaba. Por eso no decías nada al respecto.
Matt: ¿Qué? No podría molestarme un segundo de tu canto, tu voz es hermosa. Eres maravillosa, Mimi. ¿Qué necesitas que diga para que te des cuenta?
Mimi: Matt, yo no puedo descubrirme si estoy siempre resguardada por alguien, pareces un padre para mí y no quiero ese tipo de relación, agradezco mucho que me quieras y me cuides, pero...
Matt: Esto es tan... ¿Me ves cómo qué?
Mimi: Matt, eres como mi... no lo sé, un peluchito al que abrazo cuando necesito sentirme reconfortada, como un mayordomo que se encarga de que todo funcione como debe. No tengo espacio para fallar ni tiempo para arreglar mis errores.
Matt: ¿Te refieres a la casa?, oye, sí podemos repartirnos mejor las labores, es que como tu carga laboral es más pesada, yo decidí hacerlo por ti, pero podemos cambiarlo si no te gusta. Lo único que busco es que seas feliz, amor.
Mimi: Ya no me llames así. No quiero depender de ti, Matt. Realmente no sé a qué vine, lo lamento.
