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No volví a ver a Valentín desde aquella noche donde tuve que irme rápido de la fiesta porque Caro había quebrado y teníamos que regresarla a la casa para que se le pase el pedo y se estabilice.

Me despedí rápido del castaño, y sus amigos, agradeciéndole por los pases al VIP y él me pidió que le avise cuando lleguemos. Eso hice antes de apoyar la cabeza una almohada y quedarme dormida en un colchón que tiramos en suelo de la habitación de mi amiga.

Sí continuamos hablándonos por mensajes, habíamos intercambiado números de teléfono para mandarnos audios y no escribir tanto. Con el tiempo, me fui acostumbrando y tomando con naturalidad nuestras conversaciones.

Había dejado de ser Wos, para mí era Valentín, el que hacía chistes malos y se reía con risa de Bob Esponja. El que me escribía a cualquier hora porque sus horarios eran un desastre, como el nombre de su crew. Había descubierto qué significaba 'ds3': desastres, el nombre de su grupo de amigos, al parecer los representaba muy bien.

Casi sin darme cuenta, Valentín se había vuelto parte de mi rutina diaria. Hablábamos todos los días, de cualquier cosa, a cualquier hora, y hasta cualquier hora. Mientras esperaba entre clase y clase de la facultad, de regreso a casa en el colectivo, después de estudiar, cuando me iba a acostar. A veces me quedaba dormida y leía sus mensajes cuando me despertaba y recién le respondía mientras desayunaba.

Sus respuestas, en cambio, nunca eran antes del mediodía porque dormía hasta tarde y se quedaba despierto hasta altas horas de la madrugada. De a poco fui conociéndolo a él, a Valentín. Sabía pequeños detalles de su vida, que le gustaban Los Redondos y el Indio era su máximo ídolo, que tenía el pircing en la ceja desde los 12 años, porque rompió tanto las pelotas que su papá lo acompañó a hacérselo.

Él también conocía detalles míos. Sabía que mi color favorito era el púrpura. Me llevó más de media hora hacerle entender que no eran el mismo color que el violeta. También sabía que me gustaba la astronomía y se interesó cuando le hablé sobre la galaxia Andrómeda, que era posible que chocara dentro de unos miles y miles de años contra la nuestra, la Vía Láctea. Se desanimó cuando le dije que probablemente, debido al movimiento, no se produzca un choque sino una fusión entre ambas galaxias.

Por primera vez, me sentía cómoda hablando de mis intereses con alguien. Valentín mostraba curiosidad por cada cosa que le contaba. Ya sea algo relacionado a una clase que tuve en la facultad, o alguna idea que se me venía a la mente y quería su opinión al respecto.

Él no dejaba de sorprenderme con sus delirios y disparates, su torpeza al hablar, donde mezclaba las palabras y las ideas que quería expresar. No entendía cómo podía improvisar sin trabarse, ya que hablando era un desastre. Pero me encantaba escuchar sus audios varias veces, intentando descifrar qué había querido decir porque se iba por las ramas o dejaba el tema de conversación por la mitad.

Eu queres hacer algo hoy?

Leí el mensaje de Valentín cuando la pantalla de mi celular se iluminó mientras me peinaba frente al espejo. Dejé lo que estaba haciendo para responderle.

Hoy no puedooo


Ufaaa seguis estudiando?
No era q ya terminaste de rendir???
:(

No y si
Ya terminé de rendir
Pero hoy es el cumple de mi hermanito

Ahh ok
Bueno pero mas tarde??

No se a que hora me voy a desocupar

Y si voy?

De pronto los nervios volvieron a invadirme junto con la sensación de culpa que aparecía cuando recordaba que Valentín era Wos, el ídolo de Santino, quien no tenía idea de que su hermana se hablaba con él, y que se estaba ofreciendo a asistir a su cumpleaños número diez.

Te estás autoinvitando?

Sip
Dale
Me aburrooo
Me prometiste vernos cuando terminabas de estudiar

Sonreí y rodé los ojos. Hoy estaba intenso. Seguramente había estado fumando marihuana o bebiendo con sus amigos, aunque eso último lo descarté porque aún era temprano y por lo general, escabiaban de noche. Todavía era de día así que me incliné por la primera opción.

No vas a parar hasta q te diga q si no?

Jajajaj
Ya me conoces

Bueno
Si santino se desmaya cuando te vea lo llevas vos al hospital eh

No va a ser la primera vez q alguien se desmaye por ver a esta hermosura

Como comediante sos un excelente rapero...

Ja ja q graciosa
Dale pasame la direc asi busco como llegar


Le mandé la dirección y continué arreglándome, con más nervios que antes. Era la primera vez que lo vería después de mucho tiempo. El simple hecho de saber que iba a volver a ver en persona sus ojos celestes hacía que mi estómago se revuelva en mi interior. Era el único ser humano que me generaba extraña sensación.

Ayudé a mi mamá a servir la comida para los invitados, algunos familiares y varios amigos del cumpleañero. Los adultos estaban reunidos en las mesas que armamos en el patio trasero de casa, mientras que los chicos estaban adentro jugando a la playstation que mi papá le obsequió a Santino.

El timbre sonó y salí corriendo hacia la puerta. Valentín me había avisado que estaba en camino hacía unos minutos. Tenía que ser él.

- Santi, escuchá invité a alguien muy especial para vos, pero te pido por favor que te comportes, ¿si? - dije sosteniendo el picaporte con la mano. Mi hermano detuvo el videojuego y asintió mirándome con curiosidad.

Con la boca reseca como si hubiese tragado arena y el corazón latiendo fuerte en mi pecho giré la manija y ahí estaba él. Con una campera negra y un pantalón de jean del mismo color, algo gastado. Con su cabello más largo que la última vez que lo vi, y sus ojos igual de intensos a como los recordaba.

- Hola - dijo bajito, observándome fijamente, con una amplia sonrisa en sus labios.

- Woooooooooos - oí el griterío de los más pequeños que corrieron hacia donde estábamos parados nosotros, aún con la puerta abierta.

- Hey, ¿qué onda? ¿cómo va? - saludó en general mientras chocaba los puños con los infantes que se lanzaban hacia él - Feliz cumple, campeón - saludó a mi hermano que estaba inmóvil, boquiabierto, en el medio de la sala observándolo al muchacho como si fuese un gran tesoro que acababa de descubrir.

andrómeda | wos • valentín olivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora