27

4.4K 302 117
                                    

Eran días caóticos en mi vida. Los exámenes estaban consumiendo todo mi tiempo y energía. Entre el trabajo, las clases en la facultad, las horas de estudio, los trabajos a presentar, apenas tenía tiempo de dormir las horas necesarias y alimentarme lo suficiente para permanecer despierta.

Hacía varios días no veía a Valentín. Estábamos cada vez más distanciados. Él tenía sus obligaciones. Había comenzado a reunirse con músicos en un estudio para crear nuevas canciones. Quería enfocarse en su carrera musical. Por eso su tiempo libre era distinto al mío. El suyo se basaba en reunirse con sus amigos, mientras que el mío significaba horas de sueño recuperadas.

Algo estaba cambiando entre nosotros. Quería evitar esos pensamientos pero lo sentía. Cada vez que hablábamos lo notaba distinto. Y me preocupaba que nuestra relación esté cambiando. Aunque no me animaba a hablarlo porque decirlo en voz alta era abrir una puerta que no estaba segura de querer abrir y descubir qué había del otro lado.

Valen💜
vas a la bresh hoy?

no, tengo que estudiar
paso
diviértanse
saludos a todes

Hasta sus mensajes eran extraños. En otro momento me hubiese invitado o insistido mandando varios emojis, incluso selfies haciendo caras raras para que terminara aceptando ir a bailar. Esta vez ni siquiera respondió ese último mensaje. Lo sentía cada vez más frío y cerrado en sí mismo. Estaba distante. Esa era la palabra que mejor definía su actitud.

Sacudí mi cabeza con los ojos cerrados y volví a fijar mi atención en las fotocopias sobre la mesa. Mis ojos escaneaban las frases resaltadas pero mi mente estaba dispersa. No podía concentrarme en el texto. Leía una y otra vez la misma oración. Estaba hacía varios minutos estancada en la misma página.

Me levanté del sofá y me dirigí a la cocina para calentar agua y hacerme un café que me activara un poco. Sería una larga noche.

[...]

Desperté con dolor de cuello y la espalda contracturada. Me había quedado dormida en el sofá con los apuntes sobre mi pecho. Me había ganado el sueño mientras leía. Tomé el celular para averiguar la hora. 9:37am. Bostecé y estiré mis articulaciones antes de dirigirme al baño y lavarme el rostro y los dientes para despabilarme. Carolina se despertó casi al mismo tiempo y mientras esperaba su turno para usar el baño preparó el desayuno para ambas.

Escuché el relato de mi amiga sobre la película que había visto la noche anterior mientras revisaba las notificaciones en mi teléfono. Tenía tres llamadas perdidas de Valentín a las 5.57am. Era extaño. Jamás me llamaba sin antes mandarme mensaje de texto para ver si estaba disponible. Le escribí rápido para saber cómo estaba y si le había pasado algo.

Entré a Instagram para ver si había subido algo a las stories. Nada. Entré a la cuenta de la fiesta que casi siempre compartían publicaciones de la gente que los mencionaba, solo para ver si había ocurrido algo de lo que me había perdido por quedarme estudiando.

Mi corazón se detuvo por un momento cuando vi una historia en particular. Era de una chica desconocida, al menos para mí, junto a Valentín. La muchacha estaba de perfil, apoyada sobre mi novio, besándolo en la mejilla, mientras él sonreía a cámara con un vaso en la mano. Entré a su perfil y mi ritmo cardíaco aumentó a gran velocidad. Era realmente preciosa, parecía una modelo, tal vez lo era. Además de la foto con Wos, había subido a sus stories selfies con amigas y boomerangs desde el VIP.

Continué mirando las publicaciones de mis contactos, mientras intentaba convencerme de que tal vez era alguna conocida de Valentín, con la que tenía bastante confianza. Algunas personas de la facultad habían pasado la noche en vela como yo estudiando, otros contactos habían compartido imágenes de fiesta y en reuniones con amigos. La mayoría los había conocido gracias a Valentín, por lo que eran selfies y videos en la Bresh.

Una story de Tadeo llamó mi atención. El video estaba muy oscuro pero se veía lo suficientemente claro a Valentín y, a escasos centímetros, la misteriosa chica que le hablaba cerca del oído. Sentí mis oídos pitar y no sabía si era por el sonido saturado del video o por la angustia que se apoderó de mi pecho.

Dejé el mate sobre la mesa, asqueada por el sabor. De pronto se me secó la garganta y sentí cómo se me cerraba el estómago. Esa sensación que es como un mal presentimiento y adquiere una dolencia física en todo tu interior. Cuando sabés que algo anda mal y que lo peor aún está por venir y esa preocupación repercute en cada célula de tu cuerpo.

La siguiente historia me congeló la sangre. En primer plano estaban Tobías y Martín bailando, el video continuó avanzando, el plano se abría hacia el resto de la multitud moviéndose al ritmo de la música y en el fondo estaba mi novio besándose con la morocha de pelo largo y figura esbelta.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi visión se puso borrosa. Sentí que la nariz me picaba y a continuación mis mejillas se humedecieron. Mi mente no podía procesar lo que acababa de ver.

Carolina dejó de hablar, pese a que yo había dejado de escucharla hacía varios segundos.

- Clara, ¿qué pasa? - preguntó seria

Me costaba respirar. Solté el teléfono ya que mis manos temblaban y mis dedos eran incapaces de sostener el aparato.

- Lo sabía, yo sabía - balbuceé levantándome rápidamente de la silla

Comencé a caminar por toda la sala, sin rumbo, sin saber qué estaba haciendo. Una dosis de adrenalina se había disparado en mi interior. Tomé mi cabeza con ambas manos y cerré los ojos. Pero me resultó imposible borrar las imágenes que acaba de ver de mi mente. Esos segundos repetían una y otra vez.

- Valentín - susurré cuando mi amiga me rodeó con sus brazos

Rompí en llanto. Carolina no dijo ni una palabra. Me abrazó en silencio mientras acariciaba mi espalda intentando consolarme.

Todos mis miedos volvieron con mayor intensidad. Me sentía ahogada, como si algo estuviese presionando mi pecho, impidiéndome respirar.

- ¿Qué pasó? - oí su voz a lo lejos, había ido en busca de un vaso con agua - Clari, respirá - intenté seguir sus indicaciones luego de beber un pequeño sorbo, mi garganta continuaba cerrada

- Estuvo... está - ni siquiera podía articular una oración coherente - con otra - solté y el llanto salió de mi interior con más fuerza

- ¿Cómo que 'con otra'? Clara por favor, ¿de dónde sacaste eso? - mi amiga parecía no creerme, como si fuese algo descabellado

Todo tenía sentido. Había sido tan estúpida. No lo quise ver. Había estado todo ese tiempo negando la realidad. Mi amiga intentó calmarme y me pidió que le explicara de dónde había sacado eso. Juntas revisamos una y otra vez los videos, cada vez que veía las imágenes mi corazón se desgarraba un poco más. Era hasta morboso pero necesitaba verlo con mis propios ojos para creerlo, para entender que todo lo que habíamos vivido juntos y construído en esos meses desde que nos conocimos se había arruinado y desvanecido en una noche. En menos de 15 segundos, Valentín había roto mi confianza y mi seguridad.

No me odien, yo no tengo la culpa de que Valentín sea acuariano.

andrómeda | wos • valentín olivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora