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Les gusta a wos

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Les gusta a wos.ds3, _wawads3, eldepa.ds3 y 89 más
clariglopez parece de 15 pero cumple 20 feliz vuelta al sol @wos.ds3 💜

wos.ds3 soy como el vino me pongo mejor con el tiempo ;) gracias bb 💜
eldepa.ds3 ke fachero el oso
carodelfino99 tu cara cuando viste el oso fue epicaaa jajaja fc guos

Publiqué en Instagram una foto de cuando Valentín apareció a mi casa con un oso para mi cumpleaños. Según él, era para que lo tuviera siempre presente, aún cuando estuviese lejos. Y no se le ocurrió mejor idea que materializar ese deseo en forma de un peluche gigante. También le pareció una gran idea ponerle Wosito, una mezcla de Wos y osito. Jamás dejaba de sorprenderme con sus ocurrencias.

Esta vez era su cumpleaños y hacía una gran fiesta en su casa, aprovechando también para celebrar que vivía solo con su hermano Manuel y su amigo Tadeo. Sus padres de habían mudado recientemente a una casa más chica y más cómoda, dejándoles el hogar de toda la vida para que los hijos armaran un estudio musical casero.

Habían pasado varios meses desde que nos conocimos. Nuestro vínculo continuaba creciendo día a día. Cada vez éramos más cercanos, pero jamás habíamos hablado sobre ser novios ni estar en una relación formal. Nunca le pusimos título a lo nuestro. Era extraño porque estábamos prácticamente juntos todo el tiempo.

Había conocido a sus padres durante las fiestas de fin de año, cuando después del brindis nos reunimos en su casa con el resto de la DS3 y mis amigas. Valentín ya conocía a la mía, mis padres lo adoraban y mi hermano, además de admirarlo como artista, lo seguía a todos lados que y en todas las locuras que se le ocurrían al mayor. Parecía que lo quería más a él que a mí, y no podía juzgarlo. Valentín tenía un don para conquistar el corazón de cada persona que lo conociera. Era carismático y amable con todo el mundo. Iba por la vida regalando sonrisas y alegrando a las personas con su mirada.

Supongo que algo de eso influenciaba en su carrera artística. A donde iba a competir, la gente lo quería no solo por su talento, también por cómo era como persona. Sus amigos de la infancia y sus colegas de las batallas lo amaban, siempre era recibido con alegría y con brazos abiertos.

- ¡Clariii! - exclamó Wawa abriendo la puerta de la casa de los Oliva - al fin llegaste, están infumables estos pelotudos - dijo haciéndose a un lado después de abrazarme.

- Dejame adivinar, ya se están peleando por la play - dije siguiendo sus pasos por el pasillo hasta llegar al living. La morocha asintió y puso los ojos en blanco. A veces parecía la madre de los ocho varones.

Saludé al resto de los invitados, como siempre los chicos de la DS3 y otros muchachos que recordaba haberlos conocido en algunas competencias de freestyle.

- Feliz cumple - murmuré al llegar al cumpleañero pasando mis brazos alrededor de su cuello y depositando un casto beso en sus labios para luego abrazarlo fuertemente.

- Estás hermosa - dijo cerca de mi oído, lo suficientemente bajo para que solo yo pueda escucharlo.

- Vos también - sonreí y besé su nariz fugazmente haciéndolo sonrojarse.

- ¿Las chicas? - preguntó al no ver a mis amigas conmigo.

- Dijeron que están viniendo así que calculale que en dos horas están acá - bromeé, se caracterizaban por ser impuntuales. Siempre que pactábamos un horario llegaban con 40 minutos de retraso, como mínimo.

[...]

Habíamos bebido mucho alcohol y fumado bastante marihuana. Nos pasamos la noche entera bailando cumbia y reggaetón, y jugando a las cartas, a la play, al beer pong, y cualquier juego estúpido que propusieran Tadeo o Valentín, quienes se ponían más creativos y competitivos a medida que ingerían más sustancias en sus organismos.

Era demasiado tarde o muy temprano, depende como se lo mirara. Los invitados comenzaron a despedirse como podían para regresar a sus casas. Yo juntaba los vasos y ordenaba un poco la cocina antes de marcharme. Sabía que si no lo hacía, los muchachos dejarían que se acumularan hongos y bacterias durante días sin lavar la vajilla.

Sentí unos brazos rodearme por detrás mientras pasaba la esponja por un vaso. Enseguida el rostro pálido apareció a mi lado y su perfume embriagó mis sentidos más que los litros de Fernet que tenía encima.

- Dejá eso, yo después me ocupo. Vamos a dormir - susurró besando mi cuello.

- ¿Vamos? - sentí como si me tiraran una pelota en el estómago, dejándome sin aire.

- Sí, dale, quedate a dormir acá - insistió Valentín hundiendo su nariz en el espacio entre mi hombro y mi mandíbula.

Cerré la canilla de agua y sequé mis manos con un repasador antes de girar y quedar enfrentada con su mirada penetrante.

A pesar de llevar tantos meses juntos aún no habíamos tenido relaciones. Estuvimos a punto de hacerlo en algunas ocasiones pero por diferentes motivos no llegamos a concretarlo. Valentín nunca me había presionado ni insistido para acostarme con él. Al contrario, siempre fue cuidadoso y respetuoso.

Yo por mi parte, tenía miles de dudas y temores. Jamás había tenido relaciones sexuales con nadie, pero ese no era el punto, no me preocupaba la virginidad propiamente dicha. Era un concepto bastante machista producto de la cultura misógina. Sino que tenía complejos con mi cuerpo, inseguidades con las que convivía hacía muchísimo tiempo y miedos internos con los que luchaba a diario.

Todos esos pensamientos aparecían en mi mente cada vez que llegaba a una situación íntima con un muchacho, y aún no había podido sentirme lo suficientemente cómoda y segura con nadie. Sin embargo, con Valentín era diferente, confiaba en él, y aún así, el temor de yo no ser suficiente era mucho más fuerte.

- Podés dormir en mi cama y yo tiro un colchón en el piso, tranqui, pero ya es tarde para que te vayas - aclaró, seguramente al ver mi rostro preocupado. - Por fis - hizo puchero con sus labios causándome termura.

- No, no, está bien, es que... es verdad, es tarde - suspiré haciendo mi mayor esfuerzo por parecer relajada - solo con una condición - Valentín levantó sus cejas esperando que prosiga - que me prestes ropa porque no aguanto más este vestido - señalé la prenda que me había incomodado toda la noche y el castaño soltó una risa.

- ¿Qué pedís permiso? Si siempre me robás la ropa - dijo besando mi frente y rodeándome con un brazo para luego comenzar a caminar juntos hacia su habitación.

Asaaa se asustaron. ¿Qué creen que va a pasar? ¿Harán la cochinada? Ahre.

andrómeda | wos • valentín olivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora