MIRIAM:
- Enhorabuena, mira qué bonito...
- Ya está aquí. Ay... Miriam cariño, qué bonito. ¡Ha ido todo muy bien, y muy rápido! Cualquier cosa tocáis el timbre, enhorabuena. - todo son mensajes llenos de ternura por parte del equipo médico del hospital cuando cruzamos los pasillos con el bebé entre mis brazos tapados con una manta para no perder el calor de nuestros cuerpos en contacto. Sus deditos me hacen cosquillas cuando acarician mi pecho desnudo, las mismas cosquillas que provocan las mariposas de mi estómago al conocer, por fin, el verdadero amor de mi vida. Con unas gracias eternas de mi parte y de Roi todos se marchan de la habitación y nos dejan a los tres solos disfrutando de la piel con piel.
- Mira que despierto está... Uy... Este pequeño... mira como abre los ojitos. - no me quiero perder ni un detalle de la vida que recién empieza.
- Ya estamos en la habitación, ya lo tenemos aquí. Y ha salido todo muy bien. - dice Roi llamando a sus padres.
- Está muy despierto, mirándolo todo. Es muy bonito y no para de mover las manitas y de hacer muecas. - les cuento sin dejarlo de observar.
- La mamá está muy bien, ya la veréis mañana. - dice despidiéndose ya de ellos. Sus padres finalmente no han podido llegar hasta la ciudad, pero hoy ya es realmente tarde y tampoco tenemos muchas ganas de ver a nadie.
...
Marta entra en la habitación después de que mis padres se hayan ido dejándonos una caja de bombones para sobrellevar la noche, que según ellos, nos espera.
- Ay felicidades, enhorabuena. Qué bonito, es precioso. - dice emocionada y con una lágrima que se le escapa mejilla abajo.
- Oye, ¿cómo ha ido?
- Esto te lo debería preguntar yo a ti, ¿no crees? - Roi nos mira riendo desde el otro lado de la cama con el dedo índice atrapado entre los deditos de nuestro hijo. Mi mirada hacia Marta hace que se apresure a contestar.
- No se han dirigido la palabra, me han utilizado de mensajería para saber si el otro quería un café. Ahora se han quedado hablando con tus padres, yo he entrado que debo marcharme pronto.
- ¿Y ya está? Yo haciendo un gran esfuerzo - digo señalando con la cabeza al bebé - y ellos sin dirigirse la palabra...
- A ver Miri, tú... - sé hacia dónde van dirigidas las palabras que mi amiga calla y me apunto mentalmente tratar este tema con Roi antes de salir del hospital y continuar con nuestras vidas.
- Familia, yo me voy ya. Estoy muy contenta por vosotros y por este pequeñito tan bonito. - dice acariciándole la naricita. – Enviadme muchas fotos, que no quiero perderme nada de sus próximos meses. - Con el niño en brazos de su padre después de pasar por los de mi amiga, me despido tan bien como puedo de ella dejándole besos que quiero que conserve durante las próximas semanas y el tiempo que no nos veremos. Le hizo daño escoger, pero finalmente no pudo renunciar a la oferta de trabajo que la hacía volar al otro lado del mundo y que a la vez levantaba su carrera como diseñadora. Una de las cosas que la tiraba atrás era perderse los pasos de el nuevo integrante de la familia, pero con muchas fotografías, llamadas y videos prometidos terminó aceptando marcharse. Tenía miedo de perderse también su llegada, pero al final el destino así lo ha querido. Y en el fondo todos sabemos que este cambio de aires le irá de maravilla.
Nos quedamos en absoluto silencio cuando Marta desaparece tras la puerta. Después de unos minutos esperando que mis otros amigos entren desisto y miro con atención las interacciones que el pequeño y Roi están teniendo. Cuando este se da cuenta de mi atención hacia ellos deja con cautela el niño sobre mis brazos, pero sin romper el contacto con su manita.

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Procuro olvidarte
RomansaEsta es la segunda parte de "MI REINO", que podéis encontrar en mi perfil. Recomiendo leer la primera parte para seguir al máximo esta historia. ... Después de terminar segundo de bachillerato Aitana se marchó de ese pueblo de Galicia donde había vi...