MIRIAM:
Encima de la báscula veo como ésta indica que he aumentado de peso cuatro kilos, me acaricio la espalda dolorida mientras bajo para poderme poner las botas con un poco de dificultad debido a la barriga que cada vez se nota más. Cuando me subo la cremallera del abrigo agradezco que ya estemos a finales de febrero y que falte poco para empezar a dejar de utilizarlo, ya que falta poco para que deje de atar.
Acaricio a Lola que descansa encima del sofá, una manía que inevitablemente ya no puedo deshacer y abro la puerta dejando que el viento helado de la calle acaricie mis mejillas contrastando con la temperatura que había dentro de casa. Camino sin prisas con la mano acariciando mi vientre. Saludo con una sonrisa a mi vecina y las gemelas que juegan en el parque al lado de casa y durante el camino me distraigo con el ambiente festivo que hay hoy debido a una festividad religiosa de este pequeño pueblo.
Me paro durante unos minutos ante la pastelería del pueblo donde noto como el primer antojo del embarazo se hace presente. Antes de decidirme a entrar, pero, unas manos me abrazan por la espalda y gracias a su particular olor a rosas puedo saber que es Rose.
Después de unos minutos de conversación donde el principal tema es la barriga que sobresale de mi cuerpo miro mi móvil alertándome de la hora que es y que quizás los minutos que he pasado delante de los dulces han sido más de los que primeramente había pensado. Así que con un abrazo fuerte y un beso en la mejilla me despido de mi amiga que en unos minutos comienza su turno en la tienda.
Llego resoplando al alberge-hotel del pueblo, una preciosa casa de piedra rodeada de naturaleza que des de hace unos años se convirtió en lugar de descanso para los pocos turistas que pasan unos días aquí. Él al verme viene corriendo hasta mí y me obliga a sentarme en un banco de piedra que hay junto al lago.
- Llegaremos tarde a la ecografía...
- Prefiero llegar tarde a que te ahogues en el camino, Miriam. - dice sinceramente mirándome a los ojos.
- Perdona, he tenido un antojo y no he podido separarme de delante de los dulces. - ambos reímos. Y él por primera vez me acaricia la barriga, por encima de las mil capas de ropa que llevo. - ¿Cómo ha ido el viaje? ¿Has podido descansar?
- Miriam - dice riendo debido a la rapidez con la que he hecho las preguntas y la preocupación que se ha notado en mi voz. - Ha ido todo perfecto. Y ahora pongámonos en marcha. - dice cogiéndome la mano para ayudarme a levantar.
...
Saludo a mi ginecóloga una vez llegados al hospital de Cirencester y le presento a Roi. Después de hacer la revisión correspondiente en el peso, centímetros del vientre y pecho, observación de los datos del análisis que me hice la semana pasada y otras pruebas que me he ido realizando y parecen estar dentro de lo correcto, me hace estirar a la camilla. Roi lo observa todo en detalle a mi lado, antes de entrar lo he avisado que si había algo que no entendía me avisara de momento sólo ha preguntado algunas palabras técnicas y es que el hecho de tener una inglesa en casa quizás ayuda..., este pensamiento me hace arrugar la frente y él lo nota.
- ¿Estás bien? - pregunta preocupado y acariciándome la mano, la doctora levanta la cabeza del aparato y me mira pero yo me limito en asentir.
Mientras me levanto el jersey dejando paso a que la profesional ponga el frío gel me avisa de la posibilidad que existe de ver el sexo del bebé. Veo la mirada de Roi llena de esperanza e ilusión. Bastantes minutos después, sin embargo, sólo hemos conseguido saber que todo va bien, pesa 150 gramos y mide 14 centímetros. La doctora nos avisa que podemos volver dentro de quince días donde podremos intentar saber si será un niño o una niña.
Me estoy a punto de limpiar lo que queda de gel de la barriga cuando un ruido inunda el espacio donde estamos, mis ojos se llenan de lágrimas y sé que los de la persona que aprieta mi mano con fuerza, también. Y es que nunca me habían dicho que la melodía más hermosa de este mundo es el corazón de tu hijo o hija.
...
- Os invito a desayunar - dice Roi una vez al coche. Sonrío con la utilización del plural y él me acaricia la barriga al ver que me he dado cuenta. - Sé que esta mañana te has quedado con ganas de aquellos dulces. - Y dicho esto pulsa el pedal, la radio con las últimas novedades de nuestro país puesta y la ecografía que nos han dado al terminar la prueba entre mis dedos.
Llegados a Ablington, antes de bajar del coche, comienza una melodía que nos hace sonreír a los dos y subir el volumen. Pasamos los tres minutos cantando y riendo, cuando "Vas a Quedarte" acaba escuchamos orgullosos la felicitación que hace el presentador del programa a nuestra amiga. Y con sonrisas embobadas salimos a llenar nuestra barriga.
...
Sentada en el sofá me froto los pies helados que me hacen daño, son las tres de la tarde y de lo único que tengo ganas ahora mismo es de cerrar los ojos hasta la hora de comer. Le he enseñado todo el pueblo a Roi y hemos terminado de comer en un pequeño restaurante que hay en la orilla del lago. Hemos hablado sobre mil temas y cuestiones que necesitábamos resolver para saber cómo nos organizaremos de momento, en unas semanas él volverá para comprobar que todo está bien, que está bien.
Tapada con la manta y con Lola a mis pies, cierro los ojos intentando descansar. Cuando los vuelvo a abrir veo que el reloj de encima la chimenea indica que sólo han pasado veinte minutos, así que decido coger el libro más largo que tengo sobre el embarazo y la maternidad, y que me regalaron mis amigas en Navidad.
¿Cómo conseguiré llevarlo todo desde aquí? ¿Y si el parto se adelanta y estoy sola? ¿Cómo tendré que organizarme para que este pequeño ser pueda estar al lado de su padre? Si algo tengo claro es que ahora mismo estoy muy cómoda y feliz viviendo en Ablington, aunque echo de menos a mi familia, no me quiero marchar. No quiero dejar todo lo que he conseguido, pero Roi tiene derecho a estar al lado de su hijo o hija. ¿Quizá no se lo tendría que haber contado? ¿Debería haberle engañado y ser madre soltera?
Alguna lágrima resbala por mis mejillas ante estos nuevos sentimientos que se apoderan de mí. Estoy viviendo una experiencia mágica pero no sé cómo afrontarla, tengo miedo a hacerlo mal, a no saber darle lo mejor a esta personita que crece dentro de mí. ¿Quizá sería mejor que estuviera con su padre? Él le podrá dar una familia "completa" y mucha más estabilidad, aquí yo sólo le puedo ofrecer mi amor pero quizás no es suficiente, puede que cargar yo con todo el trabajo que un hijo implica es demasiado para mí.
Y con las lágrimas aún húmedas los ojos se me cierran, dando paso a la noche más larga y más mala de mis últimos años.
¿Qué creéis que hará Miriam? Quizás es un capítulo sin mucha acción pero que creía necesario para saber cómo ella se siente. Además, Roi ha viajado hasta Ablington pero no ha percibido sus preocupaciones, ¿creéis que actuará de alguna manera?
Os dejo la canción con la que Manuel Carrasco anuncióque iba a ser padre, y que personalmente me encanta. Pronto descubriremos que será el bebé que esperan... ¿Qué pensáis?
Espero que os guste. Como veis ahora todo empieza a pasar bastante rápido porque quiero profundizar en las cosas realmente importantes que pasan en la vida de las chicas. Cualquier comentario será muy bienvenido, como siempre.
Lia.

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Procuro olvidarte
RomansaEsta es la segunda parte de "MI REINO", que podéis encontrar en mi perfil. Recomiendo leer la primera parte para seguir al máximo esta historia. ... Después de terminar segundo de bachillerato Aitana se marchó de ese pueblo de Galicia donde había vi...