Amanda se encontraba sentada en la sala de espera. Llevaba casi una hora, esperando lo que los doctores llegaran a decirle algo de Gala o de Tyler; con un café entre sus manos frías, agachaba la mirada cuando se daba cuenta que las personas pasaban observándola con temor, otros con intriga; y el resto simplemente prefería pasar por otro lugar antes que cruzarse en su camino.
Teresa llegó a paso rápido hacia Amanda, con el rostro compungido y los labios entreabiertos, como si estuviera a punto de vomitar una sarta de palabras que, suponía, a la rubia no le iban a gustar. Amanda, subió el rostro, al tiempo en que casi tenía a la cazadora sobre su nariz. Se levantó rápidamente recibiéndola con un interrogante en su rostro con un dejo de frustración y mal presagio.
―Teresa, ¿qué haces aquí? ―Amanda dejó su café sobre el asiento derecho recibiendo las manos de la morena que la miraba con preocupación.
―¿Cómo está Tyler?
―No lo sé. Todavía nadie me dice nada ―contestó Amanda, desviando la mirada unos segundos hacia cualquier parte.
―Escúchame, cariño ―le pidió mujer de piel morena―. Michael viene empecinado en llevárselo. Alguien le dijo que Tyler es el topo de la base, mejor dicho, que Tyler es el causante de la maldición de los Doppelgängers.
―¡¿Qué?! ―exclamó Amanda, tan fuerte que todo el mundo llevó su mirada hacia ella, lo que la incomodó un poco, volviendo al tema con su compañera― Teresa, eso es imposible. Yo pondría mis manos al fuego por Tyler ―aseguró Amanda con determinación.
―Vengo para advertirte y al pobre chico. Lo encerrarán en la Base 4.
―¡Maldito Michael! ―masculló Amanda― Si, le encanta el show, es obvio que lo encerraría junto con los cuatro brujos ―expresó con una sonrisa de odio.
―¿Qué haremos ahora? ―le preguntó Teresa con ademán de preocupación.
―No lo permitiré, Tessa ―aseguró Amanda―. Michael Montgomery tendrá que pasar por sobre mi cadáver antes de encerrar a mi amigo.
―¡Entonces ve preparando tu arma! ―vociferó Michael entrando junto a su hermano y a dos cazadores más.
―¿Qué demonios tienes en la cabeza, idiota? ―inquirió Amanda, acercándose a Michael con rapidez, golpeándole con fuerza el pecho con ambas manos desafiándolo con la mirada.
―No me provoques porque hoy es el día en que perderé la cabeza en cualquier minuto.
―¡Bah! ¡Qué raro! Yo creí que ya lo habías hecho, por eso nunca te vi utilizar el cerebro, maldito pendejo.
―OKay, suficiente ―intervino Samuel separándolos―. Mandy, lastimosamente mi hermano tiene razón. Tenemos que tomar cartas en el asunto respecto a Tyler.
―¡Pero hay que interrogarlo primero, no encerrarlo! ―vociferó Amanda perdiendo los estribos.
―¿Qué está pasando? ―preguntó Tyler apareciendo detrás de todos ellos, sobándose los brazos, intentando darse calor en la piel desprotegida, solo bajo una playera color verde.
―¡Andando Tyler! ―Michael lo tomó del brazo y lo arrastró con él por el poco iluminado pasillo. Amanda intervino, y Samuel la tomó ligeramente del brazo.
―No intervengas en esto, Mandy. Por favor ―solicitó su novio.
―¿Cuándo será el día en que te pongas lo pantalones y dejes de hacerle caso a tu hermano mayor en todo lo que dice y hace? A veces pienso, que soy la pareja de un niño inseguro que no sabe cómo tomar el control sobre su vida y sus decisiones.
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El Lamento del Infierno Libro II - La Profecía Viviente
FantasySi todavía no has leído el primer libro, te aconsejo que vayas y lo leas para comprender lo que pasa en El Lamento del Infierno. SINOPSIS Cuenta la leyenda, que la Guerra le arrebató todo lo que ella amaba. Que el Anticristo y la Peste se llevaron s...