Capítulo 16 - Punta de lanza

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Al día siguiente, Samuel y Michael pusieron a todos los cazadores en busca de Melany, toda la base había sido advertida de su mutación demoníaca, y aunque estaban escondidos en el mismo pueblo, sería difícil esta vez que lo notaran por más vigilado que tuvieran el pueblo; el poder de la bruja protectora de Isaiah era muy fuerte, gracias a la ayuda de Lilith, podía ocultarse de todos, incluyendo a los demonios mayores e inferiores. Lilith tenía todo controlado, a pesar de estar lejos de su cometido. Ya se preparaba para el contra ataque, aunque no estuviera presente, y aprovecho todos los errores que cometieron Jake y Raphael del Castillo, ahora que no estaban protegidos, sería fácil atacarlos desde adentro; y Katherina no podría evitarlo esta vez, hasta que regresara definitivamente.

―Señor, tenemos información muy importante que debe saber el consejo ―le dijo un cazador encargado de la brigada de cibercrimen de Le Gneis, golpeando antes la puerta abierta del despacho de Raphael en su mansión.

―¿Qué pasa Hipólito? ―inquirió observándolo con atención.

―Tiene que verlo usted mismo.

El chico se adelantó y se dirigió a las oficinas de informática donde había otros miembros esperando a Raphael, quien se encargó de llamar a Amanda, Jake, Michael y Samuel, los que fueron llegando al lugar rápidamente después del llamado de Raphael.

―¿Qué es tan importante que debemos saber? ―preguntó Amanda, mirando a Raphael de brazos cruzados.

―Todavía ni yo lo sé ―contestó Raphael, observando al cazador que antes había ido por el dueño de casa.

―Hemos encontrado información que le hará pensar dos veces antes de recibir de brazos abiertos a la familia Van Houten ―comenzó hablar el cazador, entregándole una carpeta color gris llena de información a Raphael.

―¿Qué demonios es eso? ―preguntó Michael inclinándose hacia Raphael para ojear algo de lo que había, pero no lo consiguió.

―Hace un tiempo, le comenté al señor Raphael, que llegó a nosotros de forma anónima información sobre Eleazar Van Houten, pero nos tomó tiempo acceder a ella, ya que estaba conectada a una red que cambiaba sus códigos cada diez segundos. Sin embargo, hace unos días, dejó de hacerlo y logramos recopilar todo lo que había, minutos más tarde la red originaria de la información fue eliminada.

―Perfecto. ¿Ahora podrías hablar en nuestro idioma? Porque no entiendo nada ―solicitó Amanda con cautela.

―Encontramos dos redes criminales. Una de tráfico de personas y una red de pedofilia que está ligada con individuos de alto poder en el mundo, Van Houten ganaba dinero traficando personas en todas partes del mundo ―agregó sacando otra carpeta más ancha, la cual abrió de par en par mostrando fotos de las víctimas antes y después de sus muertes―. Buscaba a las víctimas, Eleazar era de las pocas personas que se da el tiempo de buscar la aguja en el pajar. Cuando encontraba a la víctima, estudiaba toda su vida, sus aficiones, pasatiempos, familia, etc. Se hacía pasar algunas veces por sacerdote, si la víctima era devota o simplemente tomaba la personalidad robada de otra persona, como de un caza talentos y se llevaba a las personas, generalmente estas eran víctimas con depresión o falta de algo importante en la vida, sabía cómo buscar dentro de ese mundo al individuo que él consideraba perfecto; secuestró mujeres, hombres y niños. Una vez fue descubierto por una de las madres de las víctimas, masacró a toda la familia y lo ayudo un político del cual se hizo amigo para borrar todo rastro de que él estuviese involucrado en eso. <<Organizó varias subastas clandestinas y fiestas donde el atractivo principal eran los niños.>>

―Maldito bastardo ―masculló Michael, observando las fotografías, varias de cadáveres que quedaban después de las fiestas con orgias y otro tipo de delitos.

El Lamento del Infierno Libro II - La Profecía VivienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora