Capítulo 12 - La última druidesa

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Más allá de lo desconocido, siete almas se regocijaban en un reencuentro que jamás vieron venir. Para los dos hermanos fue complicado incluso mirar a su hermana a la cara; sentían vergüenza, pero si antes no pudieron conocerla, ahora menos, porque Katherina no los veía con las mismas emociones y pensamientos, ella los amaba, aunque nunca antes hayan podido compartir un momento familiar.

―¿Cómo está mi hija? ―preguntó a todos, esperando a que cualquiera le respondiera.

―Ella está bien ―le respondió Amanda―. Anael y Ariel se quedaron con ella.

―¿Y Lilith? ―Katherina miró a Raphael.

―Si todo sale como espero, después de este encuentro, Jake estará de regreso y será mucho más fácil encontrarla. El poder que tiene es muy fuerte, y aunque yo sea un mago de cientos de años, esto...me ha superado por ahora.

―No es eso ―habló Katherina―. Lilith utilizaba el infierno como un tótem, canaliza el poder de las legiones de demonios que la ven como su reina madre, pero no te preocupes, eso cambiará muy pronto.

―¿Y tú...―intentó hablar Samuel mirándola a los ojos con nerviosismo ―...estás bien?

―Estoy muchísimo mejor ahora que puedo verlos después de un inmenso milenio ―puso su mano en el grueso brazo izquierdo de su hermano Sam.

―Supongo que cuando te refieres a milenio, lo usas como una metáfora ―intervino Tyler rascándose la nariz.

―No. Es literal ―contestó Katherina juntando sus manos a la medida de su ombligo―. Junto a mi maestro, hemos recorrido muchas dimensiones, en algunas el tiempo existe como en la tierra, en otros no existe ni el tiempo, mucho menos la materia. Aquí donde estamos, por ejemplo, solo es un lugar de purificación que el mismo Jinete creo para mí y para él, para mantenernos escondidos, y hasta un tiempo funcionó, hasta que el un arcángel me encontró y ahora ustedes ―Katherina separó sus manos bajando la mirada hacia sus pies por un segundo y luego volvió a mirarlos―. En conclusión, para ustedes han sido seis años, para mí un milenio de aprendizaje y batallas espirituales.

―Nunca oí sobre eso en toda mi vida ―comentó Raphael―, quiero decir, no como tú lo mencionas, pero cambiando el tema ―sacudió la cabeza acercándose a ella un poco más en medio del circulo que habían formado sin darse cuenta―. ¿Cuál arcángel te encontró?

―Fue Rafael, de hecho, vino a buscarme para advertirme que, no seré recibida en el séptimo cielo. Así que, El Jinete fue en busca del plan B. Pero, ¿por qué me lo preguntas con esa cara de intriga? ¿Pasó algo más?

―Es que ―Raphael soltó un suspiro antes de continuar―, Jake está encerrado junto a Demian, en un hechizo muy poderoso. Los dejó a miles y miles de kilómetros lejos de nosotros en un pueblo de Chile. Pude extender el hechizo para que abarcara a más territorio, pero sé que todavía no puedo sacarlos. Ahora están en un refugio de unos cazadores que se nos han unido, pero ya conoces a Jake, él solo quiere regresar.

―Sí. Si esperan un poco más, Jake terminará por asesinar a Demian ―comentó soltando una ligera sonrisa, perdiendo su mirada entre las nubes detrás de sus amigos, mientras pensaba.

―¿A dónde te fuiste, Kat? ―le preguntó Tyler buscando la mirada de su mejor amiga.

―Estaba pensando en una batalla que tuve que combatir hace unos...seiscientos años ―contestó llevándose la mano al mentón―. Dime algo, Raphael. ¿Cómo es el lugar donde los encerró?

―Es un lugar llamado El Valle de la Luna, por lo que logré ver había mucha arena, ellos se estaban refugiando en una cueva subterránea, Jake mencionó la primera vez, que su piel se le había irritado por la sal.

El Lamento del Infierno Libro II - La Profecía VivienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora