• Ｐｈｏｅ •【 ιηαzυмα єℓєνєη gσ 】

• Ｐｒｅｆａｃｉｏ •【 ✔ 】

—¡No te vayas Phoe! —le pidió su hermano.

—Lo siento Masaki, pero no puedo hacer nada...

—¡Huyamos juntos!

—Masaki... Solo tenemos diez años, no podríamos sobrevivir solos.

—¡Mejor esto que nos tengan que separar! —dijo el de ojos color miel mientras empezaba a llorar.

—... Masaki, prométeme que nos volveremos a ver —le pidió Phoe con un balón de fútbol en sus manos—. Estoy seguro que el fútbol nos volverá a reunir.

Sin que Masaki pudiera responder, alguien interrumpió en la habitación donde se encontraban los dos niños.

—Vamos escoria, no tengo todo el día —habló el hombre que recién había entrado con una voz ronca.

—Adiós Masaki —se despidió Phoe mientras cogía una maleta de color marrón oscuro—. Nos vemos en la cancha —dijo con una leve sonrisa dirigiéndose a la salida.

—¡L-Lo prometo! ¡Así que tú también lo tienes que cumplir!

Tras una despedida, ambos hermanos se separaron...

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【 Dos años después... 】

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—Dentro de un mes, Tsurugi Kyousuke y tú, seréis transferidos al Instituto Raimon, ¿queda claro?

—Sí, Gran Emperador.

—Bien, espero que ninguno de los dos me decepcione.

Phoe hizo una reverencia al hombre sentado en aquel trono y se retiró de aquella sala obscura. Al salir pudo ver a un chico de pelo blanco con un mechón largo de color azul claro recostado en la pared.

—Anda Phoe... Tiempo sin verte —le habló con una sonrisa algo siniestra—. O mejor dicho, perro faldero del Gran Emperador.

—¿Y tú qué eres sino? —se defendió el contrario sin mucho interés.

—¿Ah? ¿Acaso crees que estoy aquí para seguir las órdenes de un don nadie? Solo le sigo la corriente para poder ser más fuerte —dijo mientras apretaba su puño de la mano derecha y fruncía el ceño—. Escúchame debilucho, si estoy en el mejor equipo del Sector Quinto es por algo, mejor ve a recoger pelotas, que es lo único que se te da bien —le dijo con una sonrisa de superioridad.

Luego de eso, el chico se fue adentro la sala, donde minutos atrás había estado Phoe. Mientras, el anterior mencionado se fue hacia su habitación como si nada. Las palabras de ese chico no le afectaban para nada, él sabía que era mejor que ese bocazas, así que de forma tranquila y despreocupada se encerró en su cuarto.

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Habían pasado dos años después de que hubiera sido vendido a esa organización que regula el fútbol y dos años del cual no sabía nada de su hermano. Siempre lo extrañaba, pero tenía el presentimiento que pronto lo vería, sin embargo, sabía que muchas cosas habían cambiado. Él había cambiado mucho, era mucho más frío y cerrado que antes, pero no le importaba, tenía miedo de cómo estaría su hermano, es lo único que le importaba en esos momentos.